viernes, marzo 31, 2006

La ley con sangre entra

Sobre la aprobación madrugadora de las reformas a las leyes de Radio y Televisión, y de Telecomunicaciones se han dicho muchas cosas. Que si esto, que si aquello, que si guara guara guara. De hecho, hace 34 segundos he recibido en mi correo un mensaje titulado "La lista de los vendidos / Ley Televisa", el cual, luego de abrir, me he dado cuenta de que se trata de un texto que algún bienintencionado nos ha mandado para que conozcamos a los "vende patrias, erizos, puñeteros y soberbios que han decidido regalarle a los concesionarios de la TV todo el espectro electrónico, que NO les pertenece, que NOS pertenece a TODOS nosotros, a TODOS los MEXICANOS" (¡duro, duro, duro!).

Yo, la verdad, ya no sé ni qué pensar. La verdad, creo que entre más tiempo pasa más cálculos renales se forman en los inocentes cuerpecitos de todos aquellos que seguimos las noticias a través de los medios escritos y electrónicos. Y, la verdad, ¿para qué complicarnos más la existencia si de por sí ya traemos hipotecas, vecinos con mascotas paranoicas y críos berrinchudos, mil juntas interminables e improductivas y demás pequeñas tragedias cotidianas?

Además, me preocupa más el dictamen de una iniciativa de ley presentada por un diputado perredista que buscar modificar el servicio profesional de carrera implantado en la Administración Pública Federal mexicana hace apenas un año y 11 meses. Ya habrá oportunidad de hablar sobre el tema, sobre todo ahora que nuestro abogado de cabecera, el risueño Paco, anda de regreso por esta trinchera burocrática que es champú y acondicionador al mismo tiempo.

Mientras tanto, una bonita página musical del asunto Ley Televisa. Ya para dejarnos de jaladas y de dizque análisis y de todas esas cosas que aburren de sobremanera al amable personal que nos visita aquí día con día, aquí va algo que dice más que todos los discursos de López (pero López Dóriga), López (pero López Obrador) y López (pero José Luis, el "Pareja" López).

Venga la alegría...


"Bartlett gritó a Jackson que respetara el reglamento y que no fuera omiso para dar la palabra a los senadores, luego de que dijera que Vicencio no fue 'mencionado' por Fernández de Cevallos.

Enojado, el también senador del PRI Mariano González Zarur le espetó a Bartlett '¡siéntate!' y 'respeta a la Presidencia'.

Bartlett volteó y señaló a González Zarur: 'tú a mí no me gritas'.

El senador por Tlaxcala se fue casi sobre Bartlett y le respondió 'vas y chingas a tu madre', dispuesto ya a darle un puñetazo.

Pero a un par de pasos del poblano, González Zarur --uno de los senadores más cercanos a Jackson-- fue detenido por el dirigente sindical Joel Ayala, quien lo jaló y con fuerza lo aventó sobre su asiento.

El vicecoordinador Emilio Gamboa llegó al lugar de un furioso Bartlett para calmarlo y pedirle que no respondiera a la agresión.

El senador poblano de un manotazo bajó el micrófono de su escaño y se sentó".

Claudia Salar y Rolando Herrera, "Exhiben PRI y blanquiazul sus divisiones", en Reforma, marzo 31, 2006, p. 6.


¡Eso! Al menos que nos den harta sangre y rocanrol si ya no hay otra cosa que esperar de nuestros representantes.

Además, ¡arriba Bartlett! (que es poblano y rudo, rudo, rudísimo).

¡Ajúa!


Este texto debe leerse escuchando el Back in black de AC/DC, preferentemente la rola What do you do for money, honey?

jueves, marzo 30, 2006

Son politikón

1.
Nuevamente me reintegro a mis actividades normales, después de una temporada encasillado, por decir algo. Realmente estábamos enclaustrados, se nos retiró internet, no salíamos ni a comer(nos traían la comida), terminamos en dos ocasiones a las 6 y 7 de la mañana, para en un par de horas reintegrarnos a terminar la labor. Pero así es esta materia, si me preguntan si lo volvería a hacer, la respuesta es seguro que sí. Por lo tanto no es queja, es más bien una explicación a mi prolongada ausencia.
Los que saben algo de los procesos electorales saben que una de las etapas más demandantes son las de campañas, ahora con la modalidad de las precampañas diría que esas son de las peores actividades, porque no tienes la certeza de que tu gallo sea el ganador, entonces los desvelos, esfuerzos y, en muchas ocasiones, dinero invertidos, pueden terminar en la nada. En las campañas es diferente, ya se tiene un presupuesto y por lo menos se tiene la certeza de una retribución, lo que no se sabe es cuanto ni cuando, a veces los pagos se posponen indefinidamente, si el candidato resultó triunfador, sin duda te pagarán, pero si perdió, seguramente te pagaran menos de lo esperado si bien te va.
En mi actividad como abogado, afortunadamente, se cobra por adelantado, así que pase lo que pase ya nos pagaron, pero la presión también aumenta porque se exigen resultados. Así es esto, me divierte mientras aguante (precisamente en una conversación telefónica que sostuve en esa etapa con el maese Weber , este me advirtió que estaba muy risueño, como si mi dealer se hubiera equivocado, pero eran sólo los efectos de la falta de sueño. Efectivamente, es una forma de liberar tensión, en otra ocasión una de las personas que colaboraron con nosotros, a eso de las 8 de la mañana, cuando habíamos terminado la labor de toda una noche, se reía de cualquier cosa) definitivamente hay cosas que afectan al organismo, pero ahora estamos ya recuperados y como se dice, listos para la otra.
---0---
2.
Creí que iba a empezar a tambor batiente, dando y repartiendo opiniones, pero creo que no será así, tengo que ponerme al corriente del resto de las cosas que suceden en este mundo.
Por lo pronto, y ya que el tema es caliente, van algunos comentarios en torno a la mentadísima ley de medios, que seguramente hoy aprobarán los senadores y que de alguna forma nos afecta a todos:
a) Está probado que la democracia no es perfecta, pero en estos momentos ya raya en la decadencia. La voluntad del pueblo en ninguna forma se puede compaginar con la de sus representantes y se apruebe o no la ley será una decisión de cúpula.
b) Al ciudadano de a pie, le espera un futuro poco promisorio, sujeto a decisiones estatales o de las grandes empresas, por ejemplo, no tendrá de otra que ver el 7 o el 2, contratar esmas, toditopuntocom o t1msn y hablar por cualquiera de las 3 telefónicas.
c) Esto será así, porque en resumidas cuentas la ley en cuestión trata sobre el manejo de la nueva tecnología. Actualmente se usa la antigüa analógica para radio y TV, poco eficiente, por lo que desde los 50s hasta los 90s se tuvo que recurrir al maridaje empresas-estado ( o para ser màs precisos gobernantes, si no pregúntele a Miguel Alemán o al grupo Salinas y Slim) para obtener infinidad de concesiones en todo el país para tener una red nacional. Ahora lo que se aprobará es entregarles de un jalón el espectro digital (sin concurso ni pago al Estado) a las televisoras y radiodifusoras, para poder hacer uso de radio, tv, internet, telefonía, etc. que da el amplio espectro de las nuevas tecnologías.
d) Lo peor es que será así, y sobre todo por lo que las formas significan. Porque en una muestra
de poder real, las empresas de radio y sobre todo de TV presionaron con los mejores métodos gasgsteriles para lograr su cometido y todavía cínicamente usan sus espacios para retar a presentar pruebas y defenestar a los opositores y ahora que la tienen ganada hasta se dan el lujo de transmitir sus alegatos, de forma burlona y cínica, porque saben que tienen logrado su cometido.
e) Y digo lo de las formas, porque cuando el PAN estaba pensando en rechazar en el Senado la minuta de los diputados, simplemente sacaron del aire a Calderón toda una mañana, sólo como una demostración de fuerza, y el mensaje fue o nos dan lo que queremos o no hay campañas en TV. Inmediatamente después se algunos arreglos todo regresó a la normalidad. Ahora el mensje es, no te preocupes de aquí en adelante tus campañas iran a todo vapor, porque ustedes (PRI-PAN) si apoyan a la industria nacional.
f) Por eso resulta inevitable, se aprobará esa ley y el común de la gente ni se enterará de lo que significa y seguirá contenta viendo Cantando por un sueño o desafio de estrellas y comprando su tarjeta amigo o toditocard, con su sueldo miserable y orgullosos de la selección y de que cada vez más mexicanos ingresen al top ten de la revista Forbs.
g) Me queda un cierto temor de que ya ni estos blogs serán libres, tal vez sujetos a la censura de los dueños de los medios o de los dueños de los servidores que hospedan estas páginas, tal vez nos coloquen las listas de los indeseables o en la de los buscados por la policía informática, o simplemente bloqueados.

miércoles, marzo 29, 2006

No entiendo bien a bien de qué va el asunto de las reformas a la Ley de Telecomunicaciones. Sin embargo, al observar a tantos sectores protestando por el contenido de la misma, pienso que algo deberá hacerse ante el rechazo que está provocando. Al parecer, esto no ha sido así. Los senadores --y antes los diputados-- están demostrando, una vez más, que sus verdaderos representados en el parlamento no son los electores, sino sólo algunos empresarios privados. La pregunta es, ¿a cambio de qué?

martes, marzo 28, 2006

Nuevoexcélsior va a por todas

Y hablando del Sr. Rubio, el ex locutor de Radioactivo y ahora empresario de R&R, veo que también se ha convertido en... editorialista. En efecto. Imagino que ya pensarán en qué diario. Exacto. En el Nuevoexcélsior. ¿Qué tal?

Para todos aquellos que tienen curiosidad por conocerlo --sobre todo las chicas-- les sugiero entrar a la página del periódico y pinchar la sección de columnistas. Ahí lo conocerán.

Mientras tanto, su texto.

Vayamos en paz.

¡Urgente!
Olallo Rubio

Yo no tengo una posición política clara en torno de las próximas elecciones del 2 de julio, pero tratando de ser objetivo, y por otro lado intuitivo, creo que si los candidatos realmente quieren competir contra el Peje (quien hace poco se autodenominó políticamente indestructible) deben soltar un golpe mediático muy fuerte que logre un impacto profundo en la opinión popular.

Pero la fe que le tiene un porcentaje considerable de la población es muy poderosa.

Al Peje se le han resbalado videoescándalos como el de Gustavo Ponce en el Hotel Bellagio de Las Vegas o Bejarano llevándose hasta las ligas; comparaciones con Hugo Chávez; ataques de los medios más poderosos, como Televisa y TV Azteca; el intento de desafuero; descalificaciones de periodistas con exposición masiva; comentarios negativos del subcomandante Marcos; incomodidad de grupos y líderes empresariales; la megamanifestación masiva contra la inseguridad que indirectamente podría haberle afectado (por algo tuvo que hacer declaraciones en medios para desacreditarla y relacionarla con movimientos ultraderechistas), y muchos obstáculos más. La popularidad de AMLO ha bloqueado todos los ataques de sus adversarios.

A estas alturas, después de la larga campaña de López Obrador, parece imposible que gane otro candidato. Pero todos tratamos de especular sobre las estrategias de los diferentes partidos y candidatos (sin importar con quién simpaticemos). Es por ello que me pregunto (al igual que varios millones de mexicanos): ¿Qué podría frenar o paralizar la ascendente popularidad del Peje?

Los fans del PRI tienen esperanzas de que “su partido tenga un arma secreta guardada para el final”, pero si no se trata de un video en el que aparezcan AMLO y Hugo Chávez tomándose unos mezcales en un jacuzzi gigante con seis transexuales, mientras inhalan cocaína y hablan de fraudes económicos, planes de dominación continental y el pésimo desempeño de la Selección Mexicana de Futbol, no creo que los otros candidatos puedan hacer mucho.

Además, ese videoescándalo sólo podría ser realizado con el financiamiento del Carlyle Group y los Bush, contratando a Industrial Light & Magic (la famosa compañía de efectos visuales de George Lucas), recreando a ambos personajes digitalmente. Pero Bush y sus socios están más preocupados por hacer algo contra el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad.Carlos Salinas dij “Hay riesgo en la democracia mexicana si gana la izquierda”, a lo que el Peje respondió (entre otras cosas): “Soy políticamente indestructible”.

El comentario fue calificado por muchos analistas y ciudadanos como “arrogante y soberbio”, pero por lo pronto (como dicen los gabachos) su imagen parece bullet proof, está blindada, su chaleco contra balas ha funcionado bastante bien y no creo que piense quitárselo en los próximos tres meses.

Tu rock es posar

Tanto escándalo han hecho por el ya famoso ¡cállate, cha-cha-la-ca! de López O., que me parece injusta la vara con la que se ha medido la sangroncita expresión de ¡si no votas, cállate! con que están promocionando esa bluffería llamada "tu rock es votar".

La verdad, no veo gran diferencia entre ambas frases. En una el candidato izquierdista le dice directo al presidente municipal de México que cierre el pico y en la otra los chicos rockers súper comprometidos con la democracia nacional le espetan la misma recomendación a los chavales que no piensen asistir a las urnas el próximo dos de julio.

En mi opinión, el punto del abstencionismo es algo que no se le puede achacar en su totalidad a los electores. A final de cuentas, es un derecho al que se puede recurrir o no sin que suceda nada. Una típica ley imperfecta, ya que no existe coerción sobre el hecho de no cumplir con una obligación (en este caso la obligación ciudadana de sufragar). Además, el no votar también representa una señal: asco por la política y sus protagonistas, desencanto sobre las opciones. Y eso también es útil saber interpretarlo. ¿Cómo quieren que la gente se entusiasme cuando lo que ven por la televisión es la imagen de Madrazo P. bravuconeando con López O. y suplicándole un pelín de su atención?

Entonces, salen esos monitos rockeros nacionales dizque promocionando el voto joven. Vaya fiasco. Como dijo Olallo Rubio en uno de sus podcasts, tal campaña debería llamarse "tu rock es posar", ya que más bien ese es el asunto de dicha publicidad. ¿Votarás sólo porque la tal Ely Guerra te lo pida (casi casi te lo exija)? Por supuesto que no. Sus fans, a lo mejor (que no deben pasar de 45 en todo el país). El rock de esa gente es, precisamente, posar. Nada más.

lunes, marzo 27, 2006

El fin de dos eras

El sábado falleció Rocío Dúrcal por cáncer en la matriz. Nada anormal. Sólo que alguien que cantó esa enormidad que se llama "Costumbres" de manera orgásmica merece un réquiem desde esta trinchera.

Hoy termina la era del iPod de primera generación. A partir de esta tarde Eliakim se llevará el aparato con todo y sus casi 3 mil canciones acumuladas. Esperaremos a que llegue el nuevo. Mientras tanto, el retorno a la era del reproductor de discos compactos.

viernes, marzo 24, 2006

Burócratas Rebel Power

Mientras mi colega Paco sigue sumergido en su mundo legal, con plazos y sentencias que desafían al calendario occidental de Galván, aquí van algunos temas en cascada sobre lo que algunos llaman "la coyuntura política mexicana", que en otros términos no es otra cosa más que el puro chisme caliente.

a) He ido a ver Un mundo maravilloso. Bien. A secas. Divertida, sí. Light, también. Bien hecha, sin duda. Muchos actores "importantes" de la industria naconal reunidos en menos de dos horas de proyección, verbi gracia, Rojo, Armendáriz, Sariñana, Suárez, Alcázar, Gómez Cruz, Murray, Luna, Ochoa, et al. Se agradece que no hayan incluido a ningún Bichir. Pero, bueno, tampoco es la gran cosa el filme. Una comedia ligera, pero con "conciencia social". Algo así como una entrega de premios del CEMEFI a los mejores filántropos del país. Aunque sí podríamos decir que el final trae un mensaje semi punk. Para no joder la cuestión, sólo citaré una estrofa de Miki extraída de su rola definitiva "Soy pobre" para ilustrar la cuestión:

Soy pobre / me quiero vengar / soy pobre / comenzaré a robar / no tengo lana / cero luz / ni para un viaje / en microbús / soy pobre / te voy a desorejar...

En fin. Por cierto, algunos de los personajes que ahí aparecen me recordaron a varios tipos de esta y otras oficinas públicas, sobre todo a los de esos asesores gays que andan de hinchapollas de sus jefes y que siempre se refieren a los ministros de Estado como ah, sí, Paco (Gil, según ellos), claro, lo conozco bien.

Oh sí.

b) Leo a Jorge Chabat. Vaya buen articulista. Es del CIDE, pero no tiene la gracia de un manatí que les caracteriza. Es decir, a parte de analizar y escribir de manera sobresaliente, lo hace con humor. No como los textos soporíferos de su colega Luis Rubio. Veamos unos párrafos de su columna de hoy publicada en El Universal (a lo mejor al rato también se va para el Nuevoexcélsior).

"Pero el nombramiento de candidatos nos mueve a reflexionar sobre otro problema: el de la oligarquía partidista. Al parecer los partidos se aprestan a designar varios candidatos cuyo único mérito es básicamente ser "cuates" de las dirigencias partidistas o "recomendados" de algún picudo dentro del partido pero que serían incapaces de ganar una elección para jefe de grupo en la escuela primaria de su colonia".

"Algunos de los posibles candidatos dedonominales en el PAN y en el PRI son para erizar los cabellos a cualquiera. En el PRI se mencionan nombres que parecen salidos del Museo de Historia Natural, como Augusto Gómez Villanueva, quien ya en la época de Echeverría parecía dinosaurio".

"En la lista de los dedonominales al Senado (del PAN) figura en primer lugar (de que pasa, pasa, como dijera un anuncio de la pre-verificación vehicular) uno de los peores políticos en la historia del país y sin duda el peor político del gabinete de Fox: Santiago Creel".

"¿Hay alguien que piense que los agraciados con el dedo partidista van a responder a los intereses del pueblo y no a quienes los pusieron ahí? Puede ser que ello ocurra pero la verdad es que, como dijera el cantante José José, lo dudo. Francamente lo dudo. Lo bueno es que ya viene el campeonato mundial de fútbol".

Bravo.

c) La noche del miércoles, imbuídos aún por el espíritu del pastorcito de Guelatao, se realizó otra (¡otra!) junta de vecinos del edificio. No, no, no. La democracia está pegando con tubo, al menos en la Benito Juárez. ¿Qué se puede comentar de actos como éstos cuando se repiten sistemáticamente? No gran cosa. Sería un lugar común afirmar que la participación ciudadana, que la democracia, que bla, bla, bla. En mi caso sólo puedo sacar algunas conclusiones.

Primero, este tipo de reuniones son --en ocasiones-- más provechosas que todas las clases de ciencias políticas en la Universidad. El miércoles aprendí por qué coños en este país las decisiones importantes siempre las han tomado --y las seguirán tomando, al parecer-- las élites. Simple y sencillamente porque el pueblo, la ciudadanía, la banda, el personal o como quieran llamarle a la gente como tú o como yo, nada más no nos ponemos de acuerdo en casi nada.

Segundo, que eso de los liderazgos legales, carismáticos y tal sí es cierto, sólo que el problema radica en aquellos que, a pesar de no tener ni un ápice de este rasgo, se sienten con la suficiente capacidad para dirigir a una colectividad. Dice el refrán que no hay nada peor que un pendejo soberbio, bueno, yo agregaría que no hay nada peor que un pendejo soberbio y que vive en condominio. Me cae.

Tercero, que a pesar de que se rasguen las vestiduras por el abstencionismo y tal, la verdad, ante tanta juntitis y democratitis todo mundo se harta y sólo quiere mandar al infierno tanta política.

Oh sí.

d) "¿Y si Juárez no hubiera muerto?", es la vieja pregunta que nos hacemos muchos en diversos momentos de nuestra existencia mesoamericana. "Viviría en Estados Unidos", ha respondido Villoro en su artículo de hoy en Reforma. Ya luego nosotros hemos agregado que también podría estar en la pizca del algodón en California, o preparando pizzas en Nueva York, o limpiando los ascensores de la Torre de Sears en Chicago, o simplemente bailando la Guelaguetza en el Zócalo. Veamos.


Un sueño burocrático
Juan Villoro

"Si Juárez no hubiera muerto, viviría en Estados Unidos", dijo el hombre a mi lado. Me había dormido, leyendo a un autor de teatro del absurdo. Tal vez por eso, lo que pasó a continuación tuvo un tinte irreal, o quizá soñé una realidad que sólo se explica en clave onírica.

Estábamos en una oficina de gobierno y faltaban 46 fichas para que nos atendieran. Mi vecino insistió: "A Juárez le interesaba huir de la miseria. Ahora los oaxaqueños se van al otro lado. ¿Sabía que a California ya le dicen Oaxacalifornia? En caso de dedicarse a la política, él sería hoy alcalde de Los Ángeles", señaló el retrato en la pared: el Benemérito con su peinado impasible.

Una parte de mi familia odiaba al prócer por haber afectado los bienes de la Iglesia. El niño zapoteca que perdió las ovejas en Guelatao era recordado en plan escatológico. Cuando alguien iba al baño, decía: "voy a verle la cara a Juárez". Ni siquiera le reconocían méritos como flautista.

En cierta forma, mi presencia en esa oficina de cobros era un recordatorio de las leyes de Reforma. El gobierno había expropiado una casa de mi tío jesuita y yo debía seguir los trámites. Aquella finca sólo servía para amenazar a sus inquilinos, temerosos de que el techo se les viniera abajo; la renta era inferior al impuesto predial y no podíamos vender el edificio porque la fachada tenía valor histórico.

Aunque a veces los bancos y las cafeterías se instalan en casas de ese tipo, la de mi tío se ubicaba en una calle que seguía un cuestionable itinerario moral: arrancaba en el corazón de la ciudad, en una zona de cabarets, avanzaba hacia una apretada región de hoteles de paso y desembocaba en una rinconada de iglesias. Los tres movimientos del pecado se cumplían en el trayecto: incitación en el cabaret, consumación en el hotel y redención en el altar. A mi tío le gustaba que la casa estuviera detrás del ábside de la iglesia de San Fernando, circunstancia que, por desgracia, tenía sin cuidado a los inversionistas.

Aunque hizo votos de pobreza, mi tío jesuita conservó algunos bienes que destinó a obras de caridad. El último de ellos había sido expropiado, solución aceptable para un inmueble destinado a matar a algunos de sus inquilinos.

Por eso yo estaba en aquella oficina. En media hora avanzamos una ficha. Si seguíamos así nos iban a atender al día siguiente.

"Vamos con el coyote", dijo mi vecino de asiento. Pensé que aún se refería a los cruces ilegales en la frontera, pero señaló a un tipo que parecía un enjuto cantante de flamenco. No hacía falta que abriera la boca para saber que le faltaban dientes.

El coyote habló como un apostador en el hipódromo: por 200 pesos podíamos avanzar 10 fichas; por 500, treinta; por mil nos llevaba a una puerta lateral. Lo dijo con tal seguridad que pensé que disponía de todas las fichas y la gente que llenaba la oficina era un elenco que simulaba una paciente espera.

Incluso la transa tiene grados y yo actué con la mediocridad de quien da un paso para que el destino dé los demás: pagué para adelantar 10 fichas. En cambio, el profeta del Juárez transcultural compró el atajo de las soluciones rápidas. ¿Qué hubiera pensado Benito de nosotros? Nada bueno, de seguro. De niño, el rostro de Juárez me recordaba que no había hecho la tarea. Nadie se ha superado tanto entre nosotros (el tránsito de Guelatao a la Presidencia es ya una proeza; además, ahí están la intervención francesa, el cargo ejercido a bordo de una carreta, el intento de asesinato). Ante él, sólo podemos estar en falta. Un héroe para pedir perdón.

Al cabo de seis horas fui enviado a una ventanilla donde llené una solicitud que me devolvieron con estas palabras: "Un placer, señora". Creí haber oído mal, pero el funcionario agregó: "Feliz Día de la Mujer". Revisé la solicitud recién sellada. Mi nombre era Juana Martina Villoro. Pregunté si el cheque saldría con ese nombre. La respuesta tuvo una inquietante forma de ser tranquilizadora: "No se preocupe, mi jefa. El cheque sale bien. Este es un trámite interno".

Volví con el coyote. "El cambio de sexo le sale en un milagro", me dijo. Obviamente no se refería a los prodigios en los que creía mi tío, sino a los mil pesos que no había querido darle.

La oficina cobró un aspecto de terminal de autobuses. La gente se disponía a dormir para continuar sus gestiones el día siguiente. Si yo hubiera pagado mil pesos, no estaría ahí, administrativamente convertido en mujer. El Estado primero desamortizaba los bienes y luego el sexo. Vi el retrato de Juárez y corregí mis pensamientos: si fuera honesto, estaría extendiendo un sarape en el piso, con mi identidad intacta. "Vieja rejega", dijo el coyote cuando rechacé su oferta.

La burocracia es el único enigma que nunca se vuelve interesante. Ahí, todo suceso es posible, a condición de que sea molesto.

Cené una torta de tamal. Un anciano, que parecía haber peregrinado desde su juventud a esa oficina, insistió en cederme el asiento. Era noche cerrada y yo contaba los focos fundidos en el techo cuando el coyote se acercó: "Nada más por tratarse de ti, chula, te va a recibir el licenciado".

Pasé a un despacho donde los papeles se alzaban en columnas. "Me dijeron que está usted en estado", dijo con amabilidad el hombre. La vida es rara, yo quería salir de ahí, me rasqué la barba y dije: "sí". El licenciado me felicitó y hurgó en sus papeles. El desorden de su escritorio se volvió admirable cuando encontró el cheque: "¿No le importa que esté a nombre de Juan?" Como ya había perdido prejuicios en ese sentido, dije que no. "¿Espera niño o niña?", preguntó solícito. Ya entrados en convenciones, respondí: "Lo que Dios quiera". Revisé el cheque. Sentí la devoción del mexicano ante el trámite absuelto. En el Estado laico, ningún misterio teológico supera al de la burocracia. Agradecí con efusividad.

"A sus pies, señora", dijo el licenciado.
d) Afortunadamente, hoy es viernes. Oh sí.

jueves, marzo 23, 2006

AMLO o la crónica de una polarización
Lorenzo Meyer

La atracción o el temor que AMLO despierta entre los ciudadanos mexicanos se debe, quizá, menos a sus rasgos de personalidad y más a la vieja deuda que una parte de la sociedad mantiene con la otra

Una elección presidencial cocida a alta temperatura

En la introducción a la crónica que acaba de publicar, con la colaboración de Lucía de Pablo y de Dora Schael, Alejandra Lajous concluye: "López Obrador no es un político más. Los rasgos de su personalidad nos atraen o nos aterran y tenemos que ser capaces de saber por qué". Un intento de dar respuesta a ese por qué es, justamente, AMLO: entre la atracción y el temor. Una crónica del 2003 al 2005 (Océano, 2006), que es, también, la continuación de ¿Dónde se perdió el cambio? (Planeta, 2003), primera parte de una crónica no oficial pero estupenda, del sexenio que está por concluir.

Quizá es inevitable y hasta natural que en México los ánimos políticos estén caldeados y el discurso esté subiendo de tono pues, desde uno de los ángulos de observación, la competencia electoral actual se concibe menos como una confrontación entre fracciones de la clase política por administrar el próximo sexenio y más como la pospuesta lucha de fondo entre proyectos nacionales de izquierda y derecha (aunque en el discurso electoral tales conceptos han sido sustituidos por los que buscan descalificar de entrada al adversario: "populismo" por un lado y "más de lo mismo" por el otro). Sin embargo, aunque la polarización resulte inevitable no deja, por ello, de ser preocupante que en algunos círculos se vea la posible victoria del oponente no como algo tan natural como temporal sino como un asunto de terror.

El concepto de temor que está en el título de la crónica de Lajous cambia a uno más fuerte en la introducción: el de terror. Si bien una elección que se desarrolla en un ambiente de temor -recelo mutuo sobre las consecuencias que pueda acarrear el triunfo del adversario- no es lo más deseable para una democracia, la situación da un salto cualitativo cuando del temor se pasa al terror, es decir, a un ambiente de "miedo extremo", pues ésa y no otra es la definición de este último término. Ése, simplemente, no es el terreno de la democracia sino de alguno de sus antónimos.

El entramado institucional de la vida política mexicana ha mostrado que la debilidad es una de sus características centrales. La disputa democrática por la Presidencia aún no fragua entre nosotros y todavía no se convierte en rutina la seguridad de que el antagonista no es el enemigo a destruir sino un actor más en la pluralidad y que tiene derecho a buscar su lugar bajo el sol. La contienda democrática sigue como algo no bien asimilado en muchos puntos de nuestra geografía, como lo muestran algunas elecciones locales y, sobre todo, el tono ríspido, por momentos apocalíptico, que ha adquirido la campaña presidencial.

Si la dinámica de la democracia normal es aún problemática en México, entonces resulta claro que nuestro sistema simplemente no podría resistir una lucha política que provoque terror en algunos grupos, especialmente si tienen capacidad económica o política de respuesta. En efecto, quienes viven la actual disputa electoral como un juego suma cero -ése donde lo que uno gana es considerado pérdida neta por otro- no estarán en la disposición de negociar sino de eliminar al otro como prerrequisito para sacar adelante su "proyecto nacional", lo que daría al traste con el proyecto democrático.

No hay narración inocente

La crónica empleada por Lajous y sus colaboradoras en la obra citada es un tipo de historia con raíces añejas y que se caracteriza por su rigor en "observar el orden de los tiempos". En ella, un hecho o situación se explica por otro inmediatamente anterior. Se trata de un eslabonamiento que constituye una cadena causal que se inicia y concluye donde el autor lo decide y que no requiere de un "marco teórico" explícito que justifique la selección de los hechos y la evaluación general del periodo y del tema se considera tarea del lector. Sin embargo, el que no exista un marco teórico explícito no significa que el implícito esté ausente. La crónica, como cualquier otro tipo de narración histórica, no es neutral sino que toma partido.

En principio, el universo de los hechos a los que se enfrenta el cronista es ilimitado. El papel del autor es zambullirse en el mar de datos para pescar sólo aquellos que se consideren necesarios para armar la narración que, finalmente, es también la explicación. Por eso, la crónica es asunto de oficio, experiencia, sensibilidad y capacidad de observación para captar y recrear la textura de una época y de un proceso.

Alejandra Lajous es una historiadora con una buena dosis de experiencia en materia de crónica política, pues fue ella la encargada de elaborar las crónicas oficiales de las presidencias de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas. Lo notable es que, desde la óptica de la cronista y desde el 2003, el foco se desplaza del Presidente a aquellos que constituyen la alternativa.

En el arranque de AMLO: entre la atracción y el temor, la mirada se centra menos en Fox y más en "los Fox", en el descabellado intento de Marta Sahagún por ganar "Los Pinos" desde "Los Pinos" y en el desgaste que ese empeño le ocasionó al Presidente y a su gobierno. A lo largo de una narración con multitud de personajes también se examinan los vericuetos que tuvo que sortear el PAN para dar forma a su nueva candidatura presidencial o los jaloneos al interior de un PRI que sabe que, si no recupera la Presidencia en el 2006, su futuro se tornará peligrosamente incierto. Sin embargo, el eje de este recuento del 2003 al 2005 es ese personaje que da título a la obra: Andrés Manuel López Obrador.

El temor

No hay duda de que AMLO: entre la atracción y el temor es la crónica más acabada de Lajous y que cumple con la norma establecida desde el siglo XIX en México y que Carlos Monsiváis resume así: "el alegato político, la memoria histórica, el mensaje a los amigos y el recordatorio a la sociedad de que la nación existe" ("De la santa doctrina al espíritu público: sobre las funciones de la crónica en México", Nueva Revista de Filología Hispánica, T. XXXV, No. 2, 1987, p. 754). Ahora bien, ¿por qué una cronista que ha vivido desde dentro a las élites mexicanas afirma que AMLO "no es un político más" y que aterra a una parte de la sociedad? De la narración se desprende que la efectividad política de AMLO se explica como una combinación de fuerte voluntad política con una gran habilidad para explotar las constantes situaciones de confrontación con sus adversarios más una buena dosis de pragmatismo. Todo ello para consolidar con políticas sociales y con un discurso dirigido abiertamente a los pobres -que son muchos- una gran base social entre los menos beneficiados por el modelo económico vigente desde inicios de los 1980.

En el seguimiento puntual de las "situaciones límite" en que se colocó o colocaron sus adversarios a AMLO, Lajous destaca la capacidad de supervivencia del político tabasqueño, y es en esa gran capacidad de sobreponerse a ataques que parecían definitivos, donde debe de encontrarse parte de las razones del temor o terror de quienes no quieren verle como nuevo mandatario. Se formula aquí una valiosa reconstrucción de la negativa de AMLO a pagar mil 810 millones de pesos al supuesto dueño del Paraje San Juan y chocar de frente con la Suprema Corte, del golpe político provocado por los videos que mostraron a personajes del círculo interno del jefe de Gobierno recibiendo fajos de dólares en la oficina de un contratista y la capacidad del tabasqueño para "darle la vuelta a la tortilla" con la teoría del complot. Sin embargo, es en el seguimiento del proceso que desembocó en el desafuero de AMLO a causa de la violación de un amparo en la construcción de una vialidad secundaria en una zona deshabitada del poniente de la capital, en la reacción al intento de desafuero y en la derrota final del gobierno foxista y de sus aliados en este episodio, donde este trabajo alcanza sus momentos más dramáticos.

Al final, lo que aparece como la causa formal del temor o del terror que despierta entre ciertos electores la posibilidad de una victoria de AMLO en las urnas, es una combinación de la debilidad del entramado institucional que nos aqueja con la tendencia del candidato del PRD a favorecer, por sobre la letra de la ley, su sentido de la justicia en circunstancias de una grave e histórica injusticia social. Sin embargo puede haber una razón de mayor fondo al temor-terror que inspira AMLO en la sociedad mexicana: una que no se debe tanto al personaje mismo, sino a la profundidad de la deuda que una parte de esa sociedad -la minoría- tiene con la otra -la mayoría- y a los posibles costos de haber pospuesto desde hace tiempo la confrontación con ese problema histórico.

miércoles, marzo 22, 2006

Primero los nuevos ricos

El sábado tuvimos una cena con nuestros vecinos (el de enfrente, con el que salgo todas las mañanas rumbo al Ministerio) y, como era de esperarse, en algún momento la plática se dirigió hacia las presidenciales de julio. La pregunta concreta fue, ¿por quién van a votar? No recuerdo si la hicimos nosotros --mi esposa y yo-- o ellos --mi vecino y su mujer-- pero surgió. Nosotros respondimos que por el Sr. López y ellos pusieron el grito en el cielo. ¡¿Cómo puede ser posible?! El asunto de las chachalacas ha llegado hasta las apacibles mesas de la clase media mexicana.

La esposa de él, estudiante de comunicaciones en una universidad privada, empleada en una empresa de relaciones públicas y márketing, fue la más entusiasta en denostar nuestra sinceridad. De su discurso pueden destacarse las siguientes posiciones: a) AMLO es un peligro, b) si gana AMLO muchos se irán del país (como según dijo Gutiérrez Vivó), c) AMLO tiene miedo de debatir, d) AMLO es como el mismísimo demonio (y peor, como un demonio naco).

Mi argumentación para sostener nuestras preferencias fue: a) ya es hora de que la izquierda gobierne este país, b) jamás votaría por Roberto Madrazo, c) votar por Patricia Mercado, además de ser un acto bluffero y esnób, se me hace la mejor manera de tirar tu voto a la basura, e) por eliminación, el Sr. López --para usar la terminología que le gusta a sus detractores-- es la opción, no la mejor, claro, pero es lo que hay.

Nuestros vecinos se prendieron --literalmente-- con nuestra declaración. Imagino que pensaron que, al vivir en el mismo edificio clasemediero, nuestras posiciones políticas serían las de la derecha que ellos enarbolan. Y cuando digo "derecha" sé a lo que me estoy refiriendo. En primer término, esa actitud de si no estás conmigo estás contra mí. Segundo, una muy limitada cantidad de argumentos teóricos para sostener sus dichos. Tercero, una fuerte carga de frases hechas escuchadas en los medios de comunicación. Cuarto, una fuerte intolerancia hacia ideas contrapuestas.

Para no echar a perder todo preferí matizar la plática con expresiones como "aún falta mucho", "ojalá todo sea para el bien del país" y otras por el estilo. Además, luego salió el tema de los desvaríos de nuestro actual presidente y, bueno, como el asunto da para muchas horas de solaz a costa de las costillas --o las neuronas-- de nuestro Ejecutivo Federal, la situación se fue amainando.

Moraleja, en estos temas puntiagudos no vale la pena enrollarse en una bandera y aventarse cual Juan Escutia. A final de cuentas, ni ellos conocen a Calderón ni nosotros a López, así que la vida no se nos va en apoyar a ultranza a ninguno de los dos, pero cada quien votará por ellos en su momento.

En efecto, los comentarios de Antropomorfo y del buen Ernesto son acertados: Excélsior, en su nueva versión, está llamando a varios articulistas reconocidos para su renacimiento.

Ya veremos cuál será la línea editorial de Olegario Vázquez Raña, si es una atractiva y moderna, o bien, algo similar a la de su hermano Mario, sensacionalista y sangrienta como La Prensa y los innumerables soles de la OEM.



De: José Antonio Crespo [cres5501@hotmail.com]
Para: ******

Enviado el: Lunes 20/03/2006 09:09 p.m.

HOLA, PRONTO EMPEZARÉ A COLABOARA EN EL NUEVO EXCÉLSIOR, QUE ESTÁ EN ETAPA DE RENOVACIÓN TOTAL A PARTIR DE TENER NUEVOS DUEÑOS Y DIRECTIVA. AHÍ ESTARÉ LUNES, MIÉRCOLES Y VIERNES. SALUDOS Y GRACIAS.

lunes, marzo 20, 2006

CC

Con sorpresa leo que José Antonio Crespo dejará de publicar en El Universal. El miércoles pasado fue Leo Zuckermann quien anunció que ya no publicará más ahí. ¿Qué pasa? ¿Habrá una deserción masiva en "el gran diario de México" o alguna otra empresa está invirtiendo más recursos en reclutar a las mejores plumas del país?

Mientras tanto, este es el último texto de Crespo (el cual de cualquier forma iba a subir para dejarlo como constancia del Bicentenario de BJG).




Candidato Juárez
José Antonio Crespo
QUE haya coincidido el bicentenario del nacimiento de Benito Juárez con la elección presidencial, y que el Benemérito sea uno de nuestros máximos héroes (si no es que el mayor de todos), hace de su imagen una bandera de campaña que se disputan los candidatos, en mayor o menor medida.

Cada candidato destaca algunas de sus propias "virtudes" de tal forma que se las identifique con las del prócer, de modo que el ciudadano sienta que al votar por fulano o sutano, en realidad lo hace por Juárez. El truco está lejos de ser eficaz, pero es indispensable enarbolar la imagen del prohombre como acompañando la campaña respectiva de quienes se lo arrebatan. Pero, como mucho se ha dicho, no se trata de la imagen del verdadero Juárez, sino de la pétrea y solemne estatua de bronce, del héroe sobrehumano que se enseña en las aulas, no el verdadero, con sus errores y defectos.

1) Se destaca el legalismo de Juárez, pero no siempre se apegó estrictamente a la ley, cuando esto no le favorecía políticamente. El oaxaqueño era más bien un hábil y pragmático político, que por ello escribió: "Querer que un poder extraordinario, creado por la necesidad y por la voluntad nacional, obre con estricta sujeción a la ley, es querer un imposible. Es querer que haya un huracán sin estragos". Don Emilio Rabasa escribió de Juárez: "Con la Constitución no gobernó nunca". Y de ahí que lo llamara el "dictador de bronce".

2) El guelatense podría hoy asesorar a su candidato favorito -quienquiera que fuera- para ganar la elección con fraudes y compra de votos, pues en ello era diestro. En 1871 ganó en turbios comicios con 93% de la votación, un resultado más bien soviético (o del añejo PRI). Las caricaturas de la época lo dibujaban como hechicero, haciendo pócimas electorales. Un crítico suyo le dedicó las siguientes coplas: "¿Por qué si acaso fuiste tan patriota, estás comprando votos de a peseta? ¿Para qué admites esa inmunda treta de dar dinero al que en tu nombre vota?". Se trata del general Ireneo Paz, abuelo de Octavio Paz.

3) No parece haber sido ajeno a manejos turbios para conseguir sus propósitos políticos. O al menos así lo pensaba Ignacio Ramírez, entonces magistrado de la Suprema Corte, quejándose de que su sueldo no le era pagado por utilizarse en las componendas juaristas. Ramírez escribió una carta a Juárez y su camarilla: "Don Benito, usted y todos ustedes reducen la política a intrigas electorales, a gastos secretos, a corrupción de diputados y a derramar sangre con frecuencia".

Otro liberal, Ignacio Manuel Altamirano, escribió en 1883: "(Juárez) proscribió y persiguió tenazmente o mandó fusilar a liberales sin mancha, a patriotas esclarecidos, si habían tenido la desgracia de no haberle sido adictos personalmente o de ofenderlo de algún modo". Por lo visto, no tan querido por sus contemporáneos era Juárez, a diferencia de como es hoy.

4) Hizo lo necesario para quedarse en el poder hasta su muerte. Él fue el verdadero campeón del reeleccionismo. Por lo cual un columnista del siglo XIX escribía, explicando las revueltas antirreeleccionistas contra Juárez: "Es natural que los espíritus se subleven contra una situación en que un hombre es todo, y la nación nada". Y se dirigía al presidente de la siguiente forma: "Habéis caído de vuestro elevado pedestal para confundiros con el vulgo de los hombres; érais el hombre de la ley, sóis el hombre de la ambición".

5) El legendario nacionalismo juarista es relativo. Lo fue sin duda frente a los franceses. No tanto respecto de los yanquis, a quienes, invocando el tratado McLane-Ocampo (nunca ratificado), convocó a una pequeña pero decisiva injerencia naval en su ayuda durante la guerra de Reforma, cosa que ocurrió. Y tal intervención contribuyó al triunfo de los liberales sobre los conservadores.

6) La mitología juarista lo presenta como un hombre austero, practicante de la "medianía republicana". Así fue durante los años de la intervención, cuando el gobierno apenas si recibía algunos recursos para sobrevivir. Tras la caída del Imperio, Juárez mantuvo una imagen de austeridad, se levantaba temprano en la mañana, se bañaba con agua fría. Sus oficinas estaban modestamente amuebladas. Por la tarde terminaba sus labores y paseaba con algún miembro de su familia en un carruaje propiedad del gobierno, viejo y desvencijado. Empero, Juárez no era precisamente un asceta. Don Benito tenía varias casas, una de ellas en lo que hoy es la avenida Madero, en el primer cuadro de la ciudad que era una zona de lo más exclusiva. Compró también a su esposa una casa de campo en la colonia San Rafael (que aún era campo). Otros terrenos y bienes tenía Juárez, pues al morir dejó a su familia una herencia valuada en 151 mil pesos. Poca cosa hoy, pero equivalente a unos 4 millones de dólares actuales, según calculan historiadores.

Por todo lo anterior, esperemos que lo de la evocación del Benemérito en esta campaña presidencial sea mera retórica, y que los candidatos, particularmente los "juaristas", no se tomen en serio eso de seguir el ejemplo de nuestro héroe máximo.

Aclaración.

El jueves pasado cuestioné la asistencia de Miguel Ángel Yunes y Eduardo Medina Mora al acto en que el gobernador poblano Mario Marín anunció su ridícula fiscalía contra la pederastia. El licenciado Yunes me aclara que su presencia con Marín respondió a un evento distinto, imagen que muchos medios proyectaron al mismo tiempo que se notificaba la creación de la fiscalía. Reporto, pues, la aclaración hecha por el licenciado Yunes.

Despedida.

Con esta entrega me despido de los lectores de EL UNIVERSAL, no sin antes agradecerles su atención y la gentil invitación que hace más de seis años me extendió Roberto Rock para colaborar en este prestigiado diario, cosa que hice con gusto y satisfacción.

Juarez's Bridge

No colegas, no nos hemos ido de puente. Por increíble que parezca, aquí estamos, incólumes y firmes en nuestra trinchera burocrática.

Hoy ha sido una mañana de escaso tráfico. El legado del pastorcito de Guelatao, convertido en presidente definitivo para la historia de este país, le ha dado a una considerable porción de la clase trabajadora la oportunidad de disfrutar un fin de semana atípicamente largo. Desde el viernes por la noche hasta el miércoles por la madrugada. Sin embargo, algunos seguimos aquí y, bueno, como también es atípico que los burócratas no hagamos puente, pues por eso cacareamos tanto el huevo.

De tantos temas por comentar no atino a poner alguno. Mmmm, veamos. Perdió Pumas, lo cual ya no es novedad, mucho menos que la grada abucheé al megatronco de Victorino, ni que le cante Vales verga / España vales verga al técnico universitario. Yo más bien diría Vales verga / Padilla vales verga, pero creo que también se entonó dicho cántico. En contraste, Osasuna ganó y de qué manera, 2-4 al Espanyol en su campo, el Olímpico de Montjuic en Barcelona. Vaya temporada la de los rojillos. La verdad, deseo fervientemente que concluyan --al menos-- en segundo o tercer lugar de la liga española.

Por otra parte, en política todo va en picada. Como bien ha anotado el editorial de La Jornada, mientras unos se lanzan con todo sobre AMLO, éste último va a darse una limpia con un brujo de Catemaco. Y bien, ¿qué clase de campaña es la mexicana? Por lo visto, ésa: la del espíritu gandallezco-montonero y la de lo paranormal sustituyendo a la razón científica. En fin.

Sobre el tema del botellón, mientras en algunas ciudades españolas fue un éxito, por ejemplo, en Sevilla, en otras simplemente fue un fiasco. El sábado Sivel me trajo directamente de Barajas el ejemplar impreso de La Vanguardia --mi diario favorito, por encima de El País-- del mismo día, en una especie de homenaje involuntario al antiguo correo de Moctezuma que le traía el pescado fresco de Veracruz a base de corridas presurosas de varios relevos, y en él pude leer que la Guardia Nacional de ese país evitó la reunión juvenil festiva en diversas ciudades que prohíben esta clase de prácticas lúdicas-etílicas en sus calles.

Mi pregunta es, ¿qué pasaría si en México se organizaran algunos botellones en las plazas públicas de ciudades importantes del interior?

Por cierto, algo que también llamó mi atención fue un editorial de The Times en el que, con todo el ácido humor británico que les caracteriza, apuntaban que "mientras los estudiantes franceses se movilizan, los españoles beben". Ja, ja. Es cierto, mientras los franchutes levantan barricadas por las calles y se manifiestan por la Ley Laboral de ese país, cruzando los Pirineos --donde viven Bell y Sebastian-- los jóvenes gachupines también se organizan, pero para ir a por los pomos, los chescos y las papas.

Pero, aunque ustedes no lo crean, pienso que ambas tareas son igual de complicadas, así que no hay por qué satanizar o santificar a unos en oposición de los otros. En todo caso remataría, ¿y los mexicanos qué hacen? Ni una cosa ni la otra. O bien, una versión revisitada del viejo dicho que afirma: ni pichas, ni cachas, ni dejas batear...

El sábado pasado se celebró San Patricio, el mero mero santo de los Irish. En homenaje a mi buen colega Brendan Kilroe, oriundo de Swinford y vecino ahora de Boston de Zaragoza, estado de Massachussets, reproduzco esta crónica de Jordi Soler, antiguo agregado cultural de México en Dublín, sobre el tema.

Salve a los Puentes de Juárez.

Jordi Soler

Cerca de Cork, en el sureste de Irlanda, hay una piedra que la gente insiste en besar. La piedra que recibe estas muestras de cariño tiene el nombre de Blarney Stone, y como si no fuera ya bastante raro besarla, la leyenda dice que hay que hacerlo de cabeza mientras un colega, de preferencia robusto, nos sujeta de los pies para que no vayamos a dar al fondo del desfiladero que hay que sortear para besarla.

La leyenda también dice que a cambio de ese beso esforzado la piedra otorga el don de la elocuencia.

Hace unos días me integré a uno de los pub crawling de San Patricio, esa actividad tan irlandesa que consiste en ir de pub en pub hasta que el ritmo de la actividad obliga a seguir gateando (de aquí la palabra crawling) de uno a otro.

Venía caminando por la calle en Barcelona cuando vi pasar a una fila de irlandeses con sombreros verdes, visiblemente animados con su fiesta nacional, y para quitarme de encima la modorra de esa noche me integré a la fila y un minuto después ya alguno me había dado un sombrero de leprechaun, esos sombreros verdes de copa que usan los elfos y los gnomos irlandeses mientras fabrican zapatos o entierran tesoros al final del arcoiris.

La fila entró a un pub y yo detrás de ellos con el ánimo de tomar notas sobre la fiesta nacional de Irlanda en Barcelona.

En la porción de barra que nos tocó en suerte en aquel pub atestado atendía un muchacho peruano, "no demasiado irlandés", dijo uno de mis recientes colegas y después ordenó una docena de pintas.

Yo veía la multitud debajo de mi sombrero de leprechaun. Una sensación rara porque debajo de esos sombreros tiende uno a pensar que vive dentro de una casa con forma de zapato, y eso mismo pensaba cuando una muchacha irlandesa que también veía el pub desde debajo de su sombrero me dijo "creo que dejé la puerta de mi zapato abierta".

"Lo único que nos falta en este San Patricio es besar la piedra de Blarney", dije, porque había notado que la mitad de la fila que se arremolinaba en torno a la barra se había puesto a la expectativa con el comentario de la chica y lo que en realidad conseguí fue abrir la caja irlandesa de los truenos porque uno de los vikingos que integraban nuestra fila dijo que sí, que no poder darle su beso de San Patricio a la piedra Blarney era una verdadera pena, pero lo dijo con tal desasosiego, y yo me sentía tan leprechaun debajo de mi sombrero y tan anfitrión de esa tribu festiva de extranjeros, que me vi orillado a decirles que en Barcelona también había una piedra que, a cambio de un beso, otorgaba el don de la elocuencia.

La fila en pleno se iluminó en cuanto dije esta invención comedida y sumamente imprudente, "¿are you shure?", preguntó un anglonormando de más allá y yo opté por distraer la atención que empezaba a ser lacerante ordenando otra ronda de pintas en lo que pensaba algo convincente.

"¿Quieren un pisco sour?", preguntó nuestro barman peruano y en cuanto iba yo a protestar por ser aquello muy poco irlandés, el anglonormando que ya había olvidado la piedra y sus atributos, dijo que sí, que pisco sour para todos, así que cuando llegó la tercera ronda de pintas, lo hizo acompañada por una constelación de vasitos del aguardiente peruano. Antes de pedir la cuarta ronda pedí la palabra, cosa nada fácil en aquel griterío, para sugerir que buscáramos otro pub con la idea de cumplir cabalmente con el mandamiento irlandés del pub crawling, pero en cuanto estaba diciendo esto, vi que uno de los integrantes de nuestra animada fila, que llevaba en ella desde las cinco de la tarde, gateaba entre nuestras piernas, así que mejor opté por respetar ese crawling canónico, callarme la boca y aceptar de buena gana la cuarta ronda con su rémora de pisco sour.

Una hora más tarde la celebración de San Patricio había entrado en un periodo de borrasca, yo seguía viéndolo todo como un leprechaun debajo de mi sombrero verde y tomando nota de todo lo que iba sucediendo, aunque a la hora de escribir estas líneas no pude descifrar nada de esas notas que parecían escritas por la mano de otro, y sin embargo recuerdo que a cierta hora de la noche sosteníamos entre varios las piernas del anglonormando que colgaba de cabeza y se comía la pared del pub a besos buscando la elocuencia que da la piedra Blarney.

viernes, marzo 17, 2006

El botellón en imágenes





Juan Villoro

Como todos los mexicanos, me estoy iniciando en la democracia, y paso sin tregua de la perplejidad al enigma. Voté por primera vez en 1976, cuando sólo había un candidato a la Presidencia. Tal vez por eso, me volví fanático de los cuestionarios en los que uno puede criticar el servicio en un hotel. No concebía otro modo de intervenir en la vida social.

A 30 años de mi frustrante bautizo como demócrata, me encuentro, al igual que la mayoría, ante la disyuntiva de escoger al menos malo de los candidatos. De seguro, esta situación es menos trágica en países como Suiza, donde los gobernantes suelen ser mediocres pero eso importa poco. Nuestro ayuno de democracia fue tan largo que nos gustaría tener un candidato tocado por la grandeza, la magia y la chiripa. Como esto no es posible, nos hemos puesto muy nerviosos. Ya no sabemos si nos cae mal Madrazo o el primo que va a votar por él. Hemos llegado a un punto extraño en la vida conyugal: las parejas se lanzan acusaciones imposibles de comprobar que no se refieren a ellos sino a los candidatos. Conozco al menos tres casos que acabarán en divorcio si Patricia Mercado no declina en pro de López Obrador.

Esta situación ha afectado a los evangelistas del tercer milenio, cuya función social es hacer publicidad. La propaganda se ha vuelto más extraña de lo que ya era. No pretendo desentrañar aquí misterios que serán resueltos por la realidad (es decir, por el voto), pero veo suficientes datos para cuestionar lo que los publicistas hacen en nombre de sus clientes.

Vivimos en un mundo que emite signos. Cada cosa, desde una quesadilla hasta la mente del presidente Fox, es susceptible de ser interpretada como emisora de sentidos. Los mexicanos hemos dedicado seis años a conocer la alternancia democrática y tres milenios a perfeccionar la simbología. Nos podemos equivocar en hacer política, no en descifrar signos.

Madrazo se ha lanzado a la publicidad negativa. En sus nuevos spots, lo más importante no es lo que él puede hacer, sino las posibles fechorías del candidato que va en punta. Esta estrategia pone en el centro del debate a su adversario y muestra lo mucho que le preocupa. Craso error. "Ahí les dejo mi reputación para que la destrocen", decía un célebre locutor, y el refrán agrega: "Que hablen de mí, aunque sea bien". Las habladurías representan una propaganda en zig-zag, que puede acabar en cualquier punta. Hace poco estuve en una cena donde las mujeres hablaron tan mal de una tal Cristina, que todos los hombres tuvimos deseos de conocerla. Algo parecido ocurre con las acusaciones de populismo: "No hay que votar por el irresponsable que regala cosas", se le dice a un país con 50 millones de pobres.

Para mostrar endeble a López Obrador, los publicistas de Madrazo construyen una pared llena de prometedores ladrillos que se vienen abajo. Contengamos el aliento un segundo. Ahora juzguemos la historia nacional. ¡Nuestra máxima seña de esplendor son las ruinas! El hilo conductor del orgullo patrio son las piedras levantadas contra la adversidad y arruinadas por el destino. Además, muchos mexicanos vivimos en zonas sísmicas. El sentido de la existencia en este Valle de Anáhuac es construir las ruinas del futuro. Nadie lo hace con esa intención manifiesta, pero todos sabemos que nuestras paredes están amenazadas. El terremoto de 1985 demostró lo frágil que puede ser nuestro tejido urbano. Sin embargo, para la mayoría de los capitalinos, ésa no fue una razón para marcharnos. La primera piedra de esta ciudad se colocó en suelo incierto, entre la tierra y el agua, como un claro desafío ecológico. Los hombres surgidos de las Siete Cuevas seguían criterios míticos, no urbanísticos. Es obvio que el votante no siempre toma en cuenta estas consideraciones, pero nuestros ladrillos tienen su especificidad: dependen menos de la mezcla que de la fe. Una barda mexicana siempre es un triunfo, aunque luego se venga abajo, como el Templo Mayor, el Hospital General o la casa de junto. Desde el punto de vista simbólico, los publicistas de Madrazo se sirven del peor ejemplo.

¿Y qué decir de las manos de Felipe Calderón? En el ámbito gestual más compartido del mundo, el futbol, quien alza las manos quiere decir: "yo no fui". Mostrar las manos es señal de inocencia, muchas veces fingida, o debilidad ante un asaltante o alguien más poderoso. Obviamente, no es la gestualidad de un líder.

Calderón quiere resignificar el gesto para que represente honestidad. Muestra sus manos vacías, es decir, limpias. El propósito no deja de ser loable, pero confunde el cometido de la propaganda. Lo que debería ser un requisito indispensable se convierte en meta aspiracional. ¿Conviene votar por alguien sólo porque no roba? La honestidad es una virtud en un país donde numerosos políticos han tratado el presupuesto como asunto privado. Pero eso no basta, y el mejor ejemplo vive en Los Pinos. Está bien que Felipe Calderón subraye su honestidad personal, pero lo decisivo es acabar con la corrupción ajena (las tepocatas que nunca encontró Fox pero que tanto le sirvieron en campaña).

Quien muestra las manos admite ser fiscalizado. Como un jugador en el área chica, espera una sentencia absolutoria. La publicidad de las manos alzadas presenta a Calderón como el ciudadano que permite que le revisen la cartera, no como el líder dispuesto a investigar el Fobaproa.

Otro fallo ha sido quitarle las canas a sus fotos. Uno de los problemas del candidato del PAN es su falta de experiencia como funcionario y gobernante. Su paso como secretario de Estado no fue muy exitoso y no ha enfrentado decisiones equivalentes a las de López Obrador y Madrazo. Resulta obvio que representa la juventud. Enfatizar esa juventud (el look sin canas) lo hace ver poco curtido, es decir, inexperto.

Vivimos tiempos en los que se escoge por el carisma. Tiempos de gestos, no de contenidos. En este carnaval de las figuraciones, López Obrador hace una publicidad deliberadamente pobretona, de mercado sobre ruedas, que confirma la campechanería de un caudillo que muy pronto llegará a la esquina más próxima a darte una cubeta si dices la clave: "Alianza por el bien de todos".

Agua y Coca-Cola

...para afrontar la resaca. Aaaah.

Bueno. Sobre el asunto del botellón. Resulta que no era para el sábado, sino para hoy. En fin. Aquí va info sobre el tema.



Miles de jóvenes de Sevilla, Valladolid y Zaragoza celebran el 'botellón' vigilados por la policía

Alonso alerta del "alto riesgo" de beber en la calle para la salud de los jóvenes

ELPAIS.es

Los macrobotellones convocados para hoy a través de Internet y móviles en más de 20 ciudades españolas han arrancado ya en Sevilla, Valladolid y Zaragoza con una masiva afluencia de jóvenes, en medio de una fuerte presencia policial y sin que por el momento se hayan registrado incidentes.


Algunas comunidades autónomas, como es el caso de Madrid y Cataluña, prohíben y sancionan el consumo de alcohol en las calles, pero otras no han aprobado ese tipo de normativas, por lo que en esos casos la labor policial únicamente consiste en evitar que se produzcan altercados o situaciones de riesgo para la salud de los participantes.

Andalucía

En Sevilla, donde se celebró semanas atrás la primera gran concentración de jóvenes alrededor de la botella y que fue después emulada por otras ciudades andaluzas, cientos de jóvenes han comenzado a poblar los alrededores de los accesos a la Isla de la Cartuja pasadas las 13.30 bajo una lluvia moderada. La mayoría de ellos van pertrechados de lotes de bebidas alcohólicas, refrescos y hielos. Un fuerte despliegue policial y de los servicios de emergencia vigila el desarrollo de la fiesta, ya que en Andalucía no está prohibido beber en la calle.

El edificio Expo de la Isla de la Cartuja permanece vallado y sus zonas de aparcamiento aledañas totalmente precintadas dentro del dispositivo preventivo en el que se integran agentes de la Policía Local y Nacional, bomberos y efectivos del servicio de emergencias sanitarias 061, que había instalado una carpa en la calle Inca Garcilaso, junto a los terrenos que ocupaba el antiguo pabellón de los Descubrimientos. En las explanadas del Charco de la Pava, espacio que ha acogido anteriormente celebraciones de este tipo, cientos de jóvenes también practican esta tarde el botellón rodeados de establecimientos ambulantes de comida rápida, coches con sus equipos de sonido encendidos y ciclomotores que deambulan de un lado hacia otro.

El botellón está convocado para esta noche en el resto de las capitales de provincias andaluzas menos en Córdoba -donde fue ayer- y en Cádiz. Las autoridades han extremado las medidas de seguridad y activado las alarmas, especialmente contra el consumo abusivo de alcohol, y el mantenimiento de la higiene de las ciudades y la seguridad de los vecinos.

Castilla y León

Valladolid también celebra desde esta mañana una gran concentración de jóvenes al aire libre. Al menos 2.000 personas se reúnen desde el mediodía en los jardines contiguos al Aulario, la Facultad de Ciencias Económicas y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Valladolid para celebrar la fiesta patronal de ésta última, con la organización del habitual botellón de San José, en el que no se están registrando incidentes.

Con motivo de la alarma despertada, la facultad de Económicas, el Aulario y la cercana facultad de Filosofía y Letras han sido cerradas, y sus clases suspendidas, para evitar incidentes y destrozos. A diferencia de otras convocatorias, la de Valladolid responde a un evento anual que congrega a miles de universitarios y estudiantes, al margen del macrobotellón previsto para esta noche a partir de las 21.00 en la playa artificial de Las Moreras.

"Vine porque mis amigos me embaucaron", asegura Armando, quien bebe junto a doce amigos que se abastecieron con 24 litros de calimocho (combinado a base de vino y coca-cola) para todo el grupo. "La alarma me parece excesiva, todo se quedará en un susto", ha juzgado. Jessica Sánchez también ha acudido al campus e igualmente define como "excesiva" la alarma social y mediática por las convocatorias de botellón previstas en ciudades de toda España.

Esta joven ha calificado esta actividad como una forma de tomar unas copas en un lugar "sin el ruido de un bar", de forma barata.

También se prevén fiestas en León y Salamanca.

Madrid:

En Madrid, donde el botellón está prohibido, el Ayuntamiento ha informado de que habrá un dispositivo de "prevención suficiente" para disuadir del consumo de alcohol en el Faro de Moncloa y la plaza del Dos de Mayo, integrado tanto por policías municipales, cerca de 300, como nacionales. Desde primera hora de la tarde, los agentes controlarán el acceso a estas zonas. Registrarán a los jóvenes para requisar las bebidas alcohólicas que porten. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, ha asegurado que esta convocatoria es “el acto más irresponsable” que ha visto en los últimos años, y ha llamado a padres y profesores, y a la sociedad en general, a evitar “algo de lo que luego se puedan arrepentir”.

Cataluña

En Barcelona, un dispositivo de seguridad formado por un "mínimo" de 350 agentes de los Mosso d'Esquadra y de la Guardia Urbana "blindará" la Rambla del Raval y vigilará otros puntos de la ciudad para impedir que se lleve a cabo el macrobotellón, cuyo comienzo está previsto a las 23.00. Además, se desplegarán policías en otras zonas por si los jóvenes tratan de trasladar su lugar de reunión. En Barcelona está prohibido el botellón desde enero, con multas de entre 30 y 1.500 euros.

Galicia

La fiesta comenzó el pasado fin de semana en Vigo y Santiago de Compostela, donde se reunieron 2.500 jóvenes por ciudad sin incidentes. Hoy volverán a reunirse, previsiblemente en la playa de Orzán, en A Coruña, y en Pontevedra; la ley no prohíbe este tipo de actos al aire libre, pero se vigilará para evitar altercados y destrozos.

País Vasco

El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, ha anunciado que activará esta noche un dispositivo especial de seguridad, pero no cerrará el acceso a ningún espacio público.

Zaragoza

Centenares de jóvenes se han concentrado esta mañana en el campus universitario de Actur en Zaragoza para celebrar la fiesta universitaria de San Pepe consumiendo todo tipo de mezclas alcohólicas.

Valencia

Fin de semana de Fallas en Valencia, donde 600 agentes patrullarán las calles pero sólo una decena se ocupará del lugar en el que se han citado los jóvenes, el campus de Tarongers de la Universidad de Valencia.

Extremadura

La cita era el pasado sábado y la policía lo evitó, puesto que es ilegal desde 2003. En Cáceres, la siguiente convocatoria es para el jueves que viene.

jueves, marzo 16, 2006

El botellón

Se ha anunciado para este sábado 18 de marzo el macrobotellón en varias ciudades españolas. Una versión expandida del botellón, la bastante interesante idea que los jóvenes de ese país han tenido para socializar y gastar menos durante sus días de descanso: reunirse en las plazas públicas de sus comunidades, comprar varias botellas de alcohol y refrescos, y beberlas hasta la madrugada rodeados de sus pares.

Este uso y costumbre ibérico ya lleva varios años rondando. Cada fin de semana los españoles de entre 15 y 30 años le han rendido culto al botellón por varias razones: a) es más barato para consumir alcohol, b) controlan la calidad de lo que se beben, c) socializan y crean un sentido gregario con los miembros de su generación y d) al parecer, ninguna autoridad se los prohíbe. Así, ya no gastan tanto en irse de bares ni tampoco están expuestos a que les metan la versión gachupina del Ron Potosí cuando piden un Havana Club Siete Años.

Claro, esta práctica también ha dado como resultado sendos manchones de vómito por las calles y las plazas, un fétido olor a orines cuando aparece el sol, así como una que otra pelea callejera por el motivo que se pueda imaginar (desde ver el trasero de la novia de algún tipo, la relajación del Policía de la Verdad Interno de cada individuo que permite realizar actos impensables en estado de sobriedad, hasta por la clásica transformación en duende que provoca el alcohol en alguna de sus fases de consumo generalizado).

En México no tenemos botellón. De hecho, si algo hay al momento de beber es el temor extendido de que, cuando estás en el mejor momento con los colegas, pase alguna patrulla y te lleve a la delegación o a la alcaldía más cercana por las llamadas "faltas administrativas". De esta forma, el sano ejercicio de intoxicarse con etil se suele limitar a los bares y a los domicilios particulares. Algo que --sin duda-- merma la economía y limita la capacidad de extender los lazos fraternos entre los miembros de un mismo grupo de edad.

Cuando vivía en mi pueblo poblano realizábamos una especie de botellón serrano. Los fines de semana comprábamos alguna botella de algo (nótese que he dicho una botella, no varias, debido a nuestra condición de estudiantes con más necesidades que privilegios) y nos apoltronábamos en la plaza mayor de la localidad con el fin de consumirla. En otras ocasiones eran las escalinatas de la Casa de la Cultura o cualquier esquina céntrica que garantizara cierta privacidad. Sin embargo, los municipales se fueron poniendo más y más duros con todo aquel que osara hacer lo anterior, por lo que tuvimos que irnos refugiando en los bares (además de que ya muchos estábamos laborando, por lo que ya no era tan necesario aventurarse en las calles). De igual forma, la presencia de algunas bandas guerreras de intrépidos punks con ánimos bélicos también nos fue mermando nuestra inclinación al Botellón Región Cuatro.

A lo largo del tiempo he escuchado a muchas personas decir que los mexicas no sabemos beber. Es decir, que luego de varios tragos empezamos a escandalizar, a querer madrear al de junto y a ponernos a llorar sobre nuestro propio bolo alimenticio regado por el suelo mientras encargamos un grupo norteño con el fin de llegar hasta el balcón de la perra que nos ha dejado. Esto puede ser cierto. De hecho, escribo esto y pienso en la rola "No sabes chupar" de Vago, en especial en esa estrofa definitiva en el descubrimiento del genoma del mexicano promedio:

"..te guacareaste todo y te pusiste a llorar / te querías pelear, pateaste la grabadora / le pegaste a tu vieja y le mentaste la madre / y a toda la banda la mandaste a la guerra...".

En contraste, esos mismos suelen afirmar que los europeos --lo que incluye a los baturros-- sí saben chupar, es decir que se pueden empinar no sé cuántas botellas o calimochos, pero que lo hacen "sin hacerla de pedo". Bueno, lo que la experiencia me dice es que, en efecto, entre nosotros los mesoamericanos el alcohol sí es un factor altamente explosivo cuando se engulle de manera masiva. Para muestra nada más tenemos que pensar en lo que sucede en celebraciones familiares del tipo de quince años, bodas y bautizos, o bien, lo que pasa en concentraciones aún más grandes como las ferias de pueblos como Aguascalientes y Texcoco. Pero, de eso a que los españoles sean más resistentes, lo dudo. Probablemente sí adopten el alcohol como algo no bélico, pero ni modo que sean de otro planeta y el factor etílico no se les incruste en la sangre y luego en la cabeza si se meten dos botellas de JB. En fin.

Para finalizar, diría que no sería una mala idea que tuviéramos una especie de botellón en algunas ciudades mexicanas. Es decir, no al estilo de Guanajuato como cuando es tiempo del Cervantino, en el que todo mundo anda como escandalizando porque se siente tocados por el arte y la cultura, sino algo más gregario e íntimo al mismo tiempo en las plazas mayores de los pueblos.

Cualquiera que haya participado en alguna de estas experiencias masivas sabrá que, de una u otra forma, gran parte de nuestra socialización y sentido de la comunidad, han provenido de la ingesta de alcohol rodeado de colegas.

Además, ya todos sabemos que cualquier felicidad que no provenga del alcohol es ficticia.




Como corolario, el éxito del momento: el Dj Pechocho en el Hit Parade.

miércoles, marzo 15, 2006

Casa de citas citables

¿Me das una cerveza, Indio?

¿Quieres una paleta, Payaso?

¿Conoces a Vladimir, Putín?

¿Quieres un vaso con agua, simple?

¿Me das unos Kamel, Nacif?

Ómnibus de temas sexacionales

Algunas feminazis --y uno que otro admirador de Brokeback Mountain, mejor conocida en esta su Región Cuatro como El Cerro del Soplanucas-- andan muy envalentonadas en contra de esa joya de la literatura mexica conocida como la "Epístola de Melchor Ocampo".

A saber, desde hace casi 150 años esta bonita tradición oral se ha transmitido de generación en generación al momento en que dos jóvenes nacionales, por su propia voluntad o siguiendo los preceptos de algún dios menor pero con la suficiente fuerza, deciden unir sus vidas a través del contrato llamado matrimonio civil. Bajo sus líneas se han transmitido preceptos fundamentales que han mantenido la cohesión de La Patria y que han servido de guía, faro y coordenada en momentos de flaqueza por parte del núcleo familiar.

Sin embargo, los tiempos suelen cambiar más aprisa de lo que uno puede soportar. Así, hoy, en el año 2006 del Señor, también nombrado Año Dos Caracol Rayita por los ultramexicanistas zócalobailaores, algunas feminazis --repito-- andan queriendo privarnos de este pilar decisivo, piedra angular de la edificación de la sociedad mesoamericana.

La pregunta es, ¿qué tiene de malo el siguiente texto para nuestra vida en común?

"El hombre, cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando este débil se entrega a él, y cuando por la sociedad se le ha confiado".

¡Qué belleza! ¡Qué intensidad! Este párrafo forma parte de la mencionada Epístola --no confundir con e-pistola-- incluida en la Ley de Matrimonio Civil del 23 de julio de 1859, es decir por el tiempo en que se dieron a conocer las Leyes de Reforma.

Yo no sé, la verdad. Todas esas feminazis que quieren derogar esta joya suelen ser admiradoras de Jaime Sabines. De hecho, la mayoría de las culturosas de este país suelen tener cuatro rasgos comunes: primero, les gusta Sabines; segundo, les gusta Benedetti; tercero, les gusta Silvio; y cuarto, son feas. Bueno, pues este texto bien lo pudo haber escrito aquel chiapaneco priísta que tenía versos que compiten en cursilería con el referido por el liberal Ocampo, por ejemplo, el que decía "la luna se toma cucharadas", o bien, el de "ayer se murió mi tía Chonita y me fui al cine". ¿Entonces?

Además, que yo recuerde (y yo ya lo experimenté en carne propia), ya ni se utiliza esta bonita pieza literaria en los matrimonios contemporáneos. Cuando yo me casé en el muy conservador estado de Puebla (en tiempos de Melquiades, afortunadamente), la jueza ni la mencionó.

Así que, por favor, feminazis del mundo precolombino, no jodan.

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Algunos colegas de mi generación recordarán a la perfección la caricatura de Los Súper Campeones que daban por el cinco. El asunto era más o menos que unos nipones alocados querían ser los mejores futbolistas del mundo. Para ello, la estrategia a seguir era piratear todo lo exitoso del panbol para aprehenderlo y luego explotarlo (es decir, como hacen con casi todo, por ejemplo, las teles, los electrodomésticos, la informática...). Después de corroborar que los brasileños eran los más chidos para jugar este deporte, mandan llamar al Ronaldinho de la época con el fin de que les dé unas clasesitas en sus high schools de petatiux. Además, otra característica de la serie era que los protagonistas intentaban ser todo excepto orientales, por lo cual visten como gringos, hablan como europeos y se apasionan en la grada como sudacas. Era gracioso --o patético, según el gusto-- observar que en la tribuna virtual se mostraran imágenes como de una especie de "barras" compuestas por puros hijos del sol naciente con cánticos que ni Hirohito imaginó para poner bravos a sus kamikases durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, este dibujo animado también era célebre por dos cosas principalmente:

a) Por presentar siempre la misma trama consistente en jugar un partido de fútbol que, luego de ir perdiendo hasta el último minuto, los muchachos chichos ganaban con alguna jugada súper campeona digna de los súper campeones, y

b) Que en el desarrollo de los partidos los campos de juego podían alcanzar las dimensiones de cuatro kilómetros de largo y dos de ancho, debido a que los monitos siempre se la pasaban corriendo a gran velocidad sin que se viera el área chica y, quizás, ni siquiera el manchón central en el césped. Claro, no olvidemos también que los balones eran como naves espaciales luego de que alguno de los chicos los patearan con la fuerza suficiente para ponerlos en órbita.

Ah, qué tiempos aquellos.

El punto es que estos nipones se creen todo lo que crean en sus animes y mangas y hentais (incluidas las hipermamis con cara de Sailor Moon porno). Así, los japoneses en serio se metieron en la cabeza la existencia de esa lagartija gigante llamada Godzilla (y, por añadidura, de su hijo totis Godzuki) y, de esta forma, Los Súper Campeones fueron sólo el aviso de que algún día quieren llevarse --en serio-- la Copa del Mundo.

Por tal motivo, hasta organizaron junto a los coreanos del sur (igual de fanáticos y copiones) el Mundial de 2002. Por poco les salía el chistecito, claro, a base de trampas y fraudes --sobre todo en el caso de los hijos de LG-- y arribaron hasta cuartos de final. Afortunadamente, el orden natural de las especies expuesto por el viejo Charles se hizo presente y estos remedos de humanoides fueron echados por la puerta de atrás de su "fiesta" futbolera.

Todo este inmenso rollo preliminar es para presentar un audio aparecido hoy en El Universal, pero tomado de El País, en el que --supuestamente-- se han descubierto algunos mensajes ocultos en la canción de dicha caricatura. El asunto es que, al momento de poner al revés la parte donde dice "Benji, Oliver, sueños de campeón", sale la verdadera esencia de esta rola y se escucha "Que viva Hitler, que viva Hitler". Ay, cucú.

Cierto o no, aquí está el link para que cada quien lo compruebe por sus propios medios:

"Vuelven Oliver y Benji"

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Reforma ha publicado hoy una foto del multicitado góber pechocho durante un periplo desafortunado que padeció ayer en la Ciudad de México. Según las crónicas, al mixteco se le ocurrió llegar a un restaurante de Polanco a disfrutar un momento de solaz cuando, de pronto, la concurrencia se dio cuenta de quién era el personaje que hacía su aparición y --obvio-- comenzó a soltarle frases del tipo ¡cínico!, ¡corrupto! y ¡viejo ratero! (ver, por ejemplo, las notas de La Crónica de Hoy y de La Jornada).

Sin embargo, buscando la imagen en su edición en línea, resulta que no la tienen en tamaño normal. Mmmm. Entonces, lo único que se puede apreciar es la página dos en formato pdf, por lo que el impacto de la ilustración no es tan contundente. En todo caso, se trata del propio Marín, atrapado en un cuarto habilitado como cava del Centro Asturiano, mientras esperaba que le abrieran la puerta de atrás con el fin de huir de los comensales enfurecidos. Como está rodeado de varias bellísimas botellas, se le plantea frente a sus ojos un precioso panorama...



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Y vió el burócrata que era bueno.