lunes, marzo 30, 2009

Recuento del finde (III)

Decía el viejo Platón que un exceso conduce al exceso contrario.

En mayo cumplo dos años sin fumar. La ingesta de alcohol ha disminuido dramáticamente. ¿Para qué?, si con los puros medicamentos tengo suficiente para poner a prueba a mi hígado y mis riñones. ¿Drogas?, sólo las que venden los chiapanecos de las Farmacias del Ahorro.

Sin embargo, tengo unas ganas enormes de embriagarme, de ponerme beodo, de intoxicarme etílicamente. Ahora con la alergia he desempolvado la prohibición. Nada de alcohol, nada de mariscos, nada de pescado, nada de fresas, nada de chocolate, nada de cacahuates, nada de cerdo, nada de lácteos. No bebo, no fumo, no bailo pegado.

Bienvenido al Claustro.


Recuento del finde (II)

Para muchos, la hora del baile es lo que cuenta en una boda. Para otros, como yo, es cuando comienza el sufrimiento. La gente que baila cree que TODOS saben bailar. La gente que baila bien ESTÁ CONVENCIDA de que todos deben saber, al menos, moverse con ritmo. Esa gente debería ser llevada a la guillotina.

Lo bueno es que, gracias a esos bailecitos o musiquitas que se bailan como si fuesen una tabla rítmica, los arrítmicos tenemos posibilidades de sortear el temporal con menos sentido del ridículo. Me refiero a esas rolas tipo No rompas más mi pobre corazón, Macarena y, como he comprobado este finde, también la canción con la que abría La carabina de Ambrosio. Gracias a ellas podemos confundirnos entre la multitud y hacer como que estamos la mar de divertidos.

Bueno.

Cuando le conté a la parroquia de mis males alérgicos algunos ponían cara de muy interesados y otros como de pobre tío, saliste defectuoso. En fin. Otra coleguita fue más simple y dijo, "estás somatizando". Yo puse cara como de puede ser, pero ya me hicieron pruebas cutáneas, así que tu argumento se derrumba por sí mismo.

Somatizar. Suena como a sodomizar. Se supone que se trata de una reacción del organismo ante algo que de manera inconsciente está jodiendo al sistema. Recuerdo que la primera vez que escuché el terminajo fue en el ISSSTE: estaba a un mes de mi propia boda y no dejaba de tener gripa. Harto, fastidiado, decidí tomar una consulta y la doctora me dijo, oiga, ¿tiene algún acontecimiento importante en puerta?, a lo que respondí, en efecto, galena, en unos días me caso. Ah, respondió, entonces una vez que haya pasado el acontecimiento se va a curar (mejor a currar). Y, dicho y hecho, después ya no tuve ni estornudos ni nada.

Así que, podría ser... Ahora, la chica que me lo dijo no es precisamente alguien a quien le confiaría mi salud mental. Entonces, digamos que estamos tablas.

Somatizar.

Un buroblog somatizado...

Recuento del finde

Se casó el Héctor. Ganó México (la selección suramexicana de fútbol). Hizo mucho calor. Veamos.

Las bodas se están convirtiendo en el lugar de reencuentro por excelencia. Pongamos un escenario así: un grupo de colegas que se conocen desde chicos por su pertenencia a un mismo colegio y por haber convivido en un pueblo de menos de 100 mil habitantes durante varios años. Esos mismos chicos después toman caminos diferentes, ya sea escolares o laborales, pero se siguen frecuentando, de preferencia, en el mismo pueblo. Salen por la noche, beben juntos, de repente se montan algún proyectito interesante. Pasa el tiempo y las coincidencias se van diluyendo. Llegan externos, por ejemplo, novias y esposas, y factores como el trabajo y la distancia van haciendo lo suyo en el proceso de distanciamiento. Ya no es lo mismo llegar a las cuatro de la madrugada cuando en tu casa ya no están los padres, pero sí la pareja. Además, el cuerpo pregunta ¿salir esta noche?, para después contestarse ¡qué hueva! Así, los últimos resquicios para verse y departir son, de acuerdo a la experiencia, las bodas.

Después vendrán, creo, los baby showers y los bautizos o fiestas por los aniversarios de los críos que llegarán a repoblar (?) el planeta. Claro, no olvido que otra de las etapas de los reencuentros deberán pasar, necesariamente, por los funerales. Pero digamos que esos aún no debemos considerarlos en el corto ni mediano plazo. Ubiquémonos, entonces, en el aquí y ahora: la manera para volver a ver a tu generación son los enlaces matrimoniales. Y eso mismo sucedió este finde.

Los suramexicanos ganaron a unos que venían vestidos de rojos y que dicen que son parte de una asociación de fútbol de Centroamérica por dos goles a cero. El Azteca lleno, el presidente en el palco, mucha publicidad, mucho sol y una victoria que es como un tanque de oxígeno para el D.T. sueco Eriksson.

Los jilgueros de las televisoras abiertas, claro, vociferando y alzando los brazos al cielo para exhaltar a más no poder a los suramexicanos por haber logrado esa victoria. Sí, volvemos a ser los gigantes de Concakafka, los invencibles en Tenochtitlán, los únicos que podemos codearnos con la clase mundial. Ajá.

Desde mi punto de vista, el partido estaba como para ganar por cinco o seis goles de diferencia. Los rojitos con azulito no traían absolutamente nada. Creo que dicen que llegaban "invictos". Hombre, ¿pues con quién habrían jugado antes?, ¿con sus vecinitos de área?, ¿con islitas del Caribe? N.P.I. El punto es que México no jugó, repito, en mi opinión, nada del otro mundo y, de hecho, falló ene número de oportunidades de gol. Vaya manera de ser ineficientes a la hora de concretar estos suramexicanos. El equipo sigue esa lógica campirana que afirma que, las pequeñas victorias se logran, claro, después de miles de intentos fallidos. En fin. Al menos cayeron los tres primeros puntos de la clasificación a Suráfrica (peor están, por ejemplo, los peruanos, quienes ya fueron echados de la competición nada más y nada menos que por sus odiados chilenos, con quienes cayeron uno a tres en pleno campo Monumental de Lima).

Por cierto, lo mejor del encuentro fue, por un lado, ese inmenso grito de Nery-Nery por parte de la afición mexica, con lo cual la parroquia le daba una bofetada a esos ayatolas engreídos de los medios de comunicación y, por el otro, ver al líder de los ésos otros que vinieron a jugar alicaído por la derrota, ya que antes había estado bastante soberbio afirmando que nos iban a volver a ganar.

Bueno.

Así las cosas por el momento.

Como dirían los clásicos: seguiremos informando...

sábado, marzo 28, 2009

Gran Torino

Después de un día y de una semana bastante agitada en término de noticias, pruebas, actos y declaraciones, por fin ha llegado el sacrosanto viernes. Gracias Señor.

Y mientras en los altavoces de mi computadora suenan los Pixies, me dispongo a contar que hoy he visto el filme Gran Torino (Eastwood, 2008). ¿Qué decir? Bueno, que es una película eminentemente del corte norteamericano-hollywoodense, pero que nos ha dado a uno de los personajes más entrañables, carismáticos, reales y recordables de mucho, mucho tiempo: el viejo Walt Kowalski.

Sólo por ver la actuación de Clint en su alter-ego de Kowalski vale la pena pagar el boleto de entrada. Vaya tío tan original, tan --repito-- real, tan apreciable. Es una verdadera joya el tal Walt. Sus expresiones racistas, sus posiciones radicales, sus para nada medias tintas, sus valores inquebrantables y su alta dosis de amor intravenoso. Un antihéroe, un modelo a seguir, un oasis entre tantos farsantes cursilentos que leen a Saime Jabines o Bario Menedetti. Un tipo que se avergüenza por haber evadido impuestos, por haber engañado a su mujer. ¡Al carajo los demás! ¡Larga vida a Walt Eastwood!

Por eso, el final es algo duro. Estoy casi cierto que varios derramaron lagrimones cuando aparece la última escena del tal Gran Torino surcando el horizonte con todo y la dulce perrita del buen Kowalski.

Es, vuelvo a repetir (como dicen "los amorosos"), una gringada el filme.

Pero desde ahora siempre recordaremos a Walt.





Un tipo duro mirando de frente a su destino.

viernes, marzo 27, 2009

Si no estas en los medios no existes

No sé, por alguna extraña razón siento que sólo escribo para mi. Y en muchos otros aspectos de la vida me siento mejor alejado de los reflectores, me sentiría expuesto si de repente, todo el mundo estuviera al pendiente de lo que digo y de cada movimiento que hago.

Otros personajes, por el contrario sólo viven para que los veamos en los medios y a algunos más no les queda de otra, de repente se ven envueltos en el mundo mediatico.

Precisamente, hace ya casi un mes quería compartir algunas reflexiones derivadas de la lectura de un ensayo de Vargas Llosa en el número de febrero de la revista Letras Libres, a la que cada vez me hago menos aficionado, pero que en esa ocasión compré por ese motivo.

Dejo pendiente el comentario, de momento sólo quisiera apuntar que la relación con los medios es tortuosa y pueden, como ellos mismos se ufanan, crear o destruir un personaje.

Nuestra selección nacional de balonpié no es la excepción. Así que aunque las verdades esten en el aire, habrá que seguir las buenas maneras y no osar atacar a los omnipotentes medios. El caso del futbolista enfrentado con los medios hoy tuvo una segunda parte, cuando un vocero salió a decir que se disculpaba por "las formas", no entró en detalle de si lo dicho por el jóven deportista era o no cierto, las disculpa y lo importante es la forma en que lo dijo y eso valió una disculpa pública.

jueves, marzo 26, 2009

Castillo, periodistas, fútbol, tensión...

Ayer se suscitó una fricción entre el jugador nacionalizado de la Selección suramexicana Nery Castillo y los chicos de la prensa. El integrante del Shaktar de Ucrania le espetó a los medios --palabras más, palabras menos-- que no saben de fútbol, que tienen mala leche, que en el fondo desean que México pierda y que no clasifique al Mundial de Suráfrica, y que son unos mentirosos.

Los representantes de diarios, revistas, estaciones de televisión y radio, claro, han reaccionado hoy con encabezados en sus medios del tipo "enloqueció", "estalla Nery", "se vuelve loco", "reta a golpes". Anoche, en Fútbol Picante, sin embargo, también afirmaron que las declaraciones de Nery han tenido un buen respaldo por parte de los demás jugadores suramexicanos de la Selección.

En mi opinión, muy en el fondo de mi corazón, también me ha dado cierto gusto la actitud de Castillo frente a los chicos de la prensa. Básicamente porque lo que les ha dicho no se aleja demasiado de la realidad: pese a que varios medios dicen apoyar con todo a México a través del fútbol, también es innegable que esperan que éste fracase para poder vender ejemplares a rabiar. Es evidente en el tipo de notas que presentan, en el manejo de la información que hacen, en la presión que ejercen, en la saña que revelan entre bufidos y gruñidos. Además, todos sabemos que, si hay alguien que se siente intocable y dueño de la verdad son, por lo regular, ciertos periodistas. Así que, de vez en vez, no está del todo mal que alguien coja agallas y les señale sus defectos y errores (me llamó la atención, por ejemplo, que Castillo le reclamara al representante del diario Récord su doble cara: tras bambalinas tenía un discurso para con él y en la rueda de prensa otro, algo que no sería para nada extraño).

En contraste, también ha sido un error del jugador uruguayo nacido en San Luis Potosí y formado en el Danubio de aquel país, el hecho de que haya descalificado a todos los representantes de los medios al señalar que nunca han jugado a fútbol y que, por lo tanto, no saben nada del asunto. Puede ser que muchos de ellos sólo hayan saltado al campo del Deportivo Los Galeana durante las celebraciones de fin de año de sus empresas, pero de ahí a afirmar que por esto hay desconocimiento total hay un error. Cualquiera puede saber de historia sin necesariamente haber estado donde se desarrollaron las aconticimientos, por decir algo trillado y de muy básico sentido común. Además, el hecho de que hayas pateado pelotas sobre el césped alguna vez en tu vida tampoco es garantía de lucidez mental (véase, por ejemplo, los casos de los neo-comentaristas nacionales Peláez, Aspe, Mascharelli, et al).

En fin.

Una muestra más de cómo andan las cosas en el fútbol nacional, con sus sobradísimos extranjeros y nacionalizados, con su estupidez de torneos cortos (vil copia de los que sucede en Suramérica), con su escasa producción de fuerzas básica, con su --en suma-- mediocre nivel de competición.

Yo creo que lo mejor es que, por un momento, todos identificáramos que el verdadero enemigo común es uno y sólo uno: los demás equipos (sic) de Concakafka.



Marie de Hennezel, psicóloga y psicoterapeuta.

"El corazón envejece cuando nadie solicita tu atención".

IMA SANCHÍS

Tengo 62 años. Nací en Lyon y vivo en París. Casada por segunda vez, tengo 2 hijos y 6 nietos. Estoy semirretirada, escribo y doy seminarios sobre cómo envejecer bien. Soy experta en cuidados de enfermos terminales. Creo en Dios, pero prefiero la espiritualidad al dogma.

A algunos de mis pacientes se les despertó el miedo a la vejez cuando alguien les cedió el asiento en el metro.

En su caso, ¿cómo fue?

Yo me di cuenta de que era mayor cuando tuve miedo de subirme a una escalera para limpiar la chimenea de casa.

Así, de sopetón.

Sí, ocurre repentinamente, como la primera arruga, pero los 60 es la edad simbólica, cuando te dan el carnet sénior y te jubilan.

Europa está llena de séniors.

Somos la generación del baby boom,vamos a vivir muchos años y nos da mucho miedo envejecer, pero hay dos maneras de hacerlo: como un descubrimiento y un crecimiento, o como un naufragio.

Cuestión de carácter.

Las personas optimistas se adaptan a los cambios y han aprendido a ocuparse de los demás. Las que lo llevan mal suelen ser personas muy narcisistas que no han resuelto sus problemas emocionales y no tienen confianza en sí mismas ni en la vida.

¿Y dice usted que se puede aprender a envejecer con soltura?

Sí, y la edad idónea son los 60, cuando somos absolutamente conscientes de lo que está en juego. Después, a los 70 u 80 años, es difícil cambiar, y ante la vejez hay malas y buenas actitudes.

Hábleme de ellas.

Las personas que envejecen bien están en paz con su pasado, han trabajado los remordimientos, los reproches y las frustraciones. La ligereza de espíritu es condición para envejecer bien.

Si estás ocupado con algo que te interesa, el pasado pierde peso.

Sí, es muy importante estar activo, pero hoy en día después de la tercera edad, que termina a los 75 años, viene la cuarta y la quinta (a partir de los 90 años), donde la vida interior es sumamente importante porque probablemente ya seremos dependientes y nuestro espacio puede ser muy reducido. Hay que estar preparado para aceptarlo.

¡Qué miedo!

Esta sociedad no es para viejos, la gente llega a la vejez muy sola. Todos nuestros valores tienen que ver con ser joven. Por eso, cambiar la mirada de la sociedad sobre la vejez es un desafío y una responsabilidad para mi generación, porque hasta nuestros hijos temen nuestra vejez. No debemos convertirnos en una carga para ellos.

Ser dependiente no depende de uno.

En parte. Si nos cuidamos psíquica (dando más importancia a la vida interior) y físicamente (comer bien, no fumar, hacer ejercicio), estaremos mejor. Y, aun siendo dependientes, podemos desarrollar cualidades interiores que nos ayuden a vivir mejor.

... Y eso hay que hacerlo a los 60.

Sí, debemos aprender a estar bien con nosotros mismos y cultivar placeres como el de la contemplación de la naturaleza o la música, de manera que si llega la dependencia o la silla de ruedas tengamos recursos. Si uno aprende a recibir de los otros, el día que esté enfermo vivirá mejor esa situación, sabrá abandonarse a los otros.

¿Usted prepara a la gente para eso?

Sí, la entreno en la meditación y en el placer de permanecer sin hacer nada y hablamos. Hay muchas cosas que uno debe trabajar a los 60 para saborear más tarde la vida.

¿Cuáles son los testimonios de ancianos que más le han conmovido?

Los que tienen el sentimiento de que es una suerte envejecer porque hay mucha gente que muere joven; los que saben que el corazón no envejece.

El corazón se endurece.

Cierto, pero la facultad de desear y de amar es lo que nos hace avanzar. He visto a mucha gente en los asilos replegada en sí misma, pero he visto también cómo las atenciones y las caricias diarias de una enfermera han devuelto la alegría de vivir a alguna de esas personas. El corazón humano nunca pierde la esperanza de amar y de ser feliz.

Sigue siendo triste.

Lo que esto pone en evidencia es la responsabilidad que tenemos los unos hacia los otros, porque el corazón envejece cuando nadie solicita tu atención, tu ternura.

Sin afecto, es difícil disfrutar de nada.

Sin afecto, morimos; pero hay que saber que si damos esperando recibir, no recibiremos nada. Las personas resplandecientes que he encontrado tienen una mirada sobre lo que las rodea benévola, y estas personas atraen a los otros. Los 60 años es una ocasión para reflexionar en profundidad sobre el amor.

¿Cómo prepararse para la muerte?

En todas las tradiciones, contemplar tu muerte te hace más justo y ecuánime. Los indios americanos representan la muerte como un pájaro que llevamos sobre nuestro hombro. Todas las mañanas el pájaro nos pregunta: "¿Y si fuera hoy?"... Prepararse para morir es estar lo mejor posible en tu vida.

Aceptada la vejez, ¿cuál es el temor?

Envejecer en una residencia, porque son instituciones que no tienen ningún respeto por el ritmo de cada persona. Hay que levantarse, comer, cenar y dormir a la misma hora. De repente, tras haber dormido toda tu vida en una cama grande, te meten en una camita de niño: sólo eso ya es una violencia.

Hay que cambiar las estructuras.

Muchos grupos de amigos en Francia montan una comunidad, viven juntos pero no revueltos, establecen sus normas y se comprometen a que si uno cae enfermo, se vuelve dependiente o demente, el resto lo cuidará.


Miedo al futuro

Conoce los miedos de sus pacientes y los propios ante la vejez. Para esa numerosa generación, hijos del baby boom,que ha pasado la barrera de los 60 ha escrito La suerte de envejecer bien (Plataforma), más de 100.000 ejemplares vendidos en Francia, donde hace frente al abismo de la cuarta y la quinta edad, cuando la movilidad queda muy reducida, y proporciona claves para vivir mejor la dependencia sin dejar de advertir que esa posibilidad está en el futuro de todos y de que ya va siendo hora de que dignifiquemos la vejez. "En hebreo, la misma palabra sirve para designar felicidad y vejez.Debería ser el tiempo en el que cultivar más nuestra alma y dar nuestra sabiduría a quienes nos siguen".

miércoles, marzo 25, 2009

Un trabajo más

Creo que ya he mencionado que curiosamente el destino de los dos principales (y únicos) colaboradores de este buroblog, de una u otra forma esta relacionado con el sector educativo. En mi caso, no dejo de sentirme como arrimado, a mí me toca ver las cosas digamos sucias, problemáticas del sector. Pero a veces me toca participar voluntariamente a fuerza en los diversos eventos culturales, musicales y cómicos (en muchos aspectos).

Me gusta, por ejemplo, participar en las ceremonias cívicas los lunes a las ocho de la mañana. Sobre todo en este rincón del sureste, donde a esa hora ya estamos cerca de los 28 grados centígrados, se ve el verde de los árboles por todos lados y sobre todo, escucho tocar el himno nacional con marimba.

Ahora me tocó estar de anfitrión, o si se quiere pilmama, de un huésped, un visitante para una serie de eventos "culturales" en el estado. Dudo del concepto de cultura y de quien es más o menos culto, pero definitivamente, prefiero estar en una de estas cosas dudosas a vender seguros o estar organizando un evento de espectáculos, lo que se resume en la atinada frase de "lo que tiene que hacer uno pa tragar".

No me quejo, aunque no comparto todas las buenas o malas intenciones que implica que el sector gubernamental participe en esta difusión cultural, siempre he querido creer que debe ser algo espontáneo, pero siendo realista si no hay dinero no se puede hacer nada y no se que sea peor si el mecenas sea un particular con fines muy definidos o que sea una de esas funciones de nuestro gobierno, que se supone es para todos.

Por lo menos, en mi caso, me sirvió para conocer otros lugares del sureste, que cada vez se me hace más grande, y salir un poco de la monotonía. Hoy regresaré a mis actividades normales.

Mañana recibiré a una persona que viene de la Procuraduría, la despidieron y seguramente se integrará a las filas del sector educativo, la entrevisté hace dos días, me comentaba que otra persona también la despidieron, se quiso llevar unos documentos y (como legalmente ya no era empleado) lo arraigaron unos días para que escarmentara, a esta persona le dije que por lo menos cuando salgamos del sector educativo no correremos ese riesgo.

martes, marzo 24, 2009

Luis Racionero, las mujeres, el machismo, el amor...

Llevo ya un buen tiempo reproduciendo entrevistas que salen publicadas en la sección "La Contra" del diario barcelonés La Vanguardia. Ésta que subo a continuación es una de las que más me han gustado (y han habido bastantes, pero ésta destaca por algo, quizás porque dice varias cosas que los hombres deberíamos considerar más a menudo en nuestras existencias...).



Luis Racionero, escritor.

"Mi madre me hizo machista".

VÍCTOR-M. AMELA.

Tengo 69 años. Nací en La Seu d´Urgell y vivo en Barcelona. Soy escritor. He vivido en pareja seis veces, y hoy vivo como un ermitaño. Tengo un hijo y una nieta. ¿Política? Soy un liberal inglés, a lo Isaiah Berlin. Soy taoísta, busco armonizarme con la naturaleza.

¿De cuántas mujeres se ha enamorado?

De cinco.

¿Con cuántas ha convivido?

Con seis.

¿A cuántas dejó?

A tres.

¿Cuántas le dejaron?

Tres (una no me dejó dejarla, para dejarme luego). ¡Empate!

¿Se siente despechado?

La última me dejó tirado una víspera de Navidad: "Lo nuestro no tiene futuro". ¿Tanto le costaba decírmelo por Reyes? Eso duele. Estuve despechado, sí, pero hoy puedo comentarlo riéndome de mí mismo.

¿Ha vuelto a emparejarse?

He tirado la toalla de la convivencia con una mujer. Vivo como un ermitaño. ¡Al fin, he aprendido a estar solo!

"El mayor mal del hombre es no saber estar solo en una habitación", dijo Pascal.

Alguna noche, en la cama, siento añoranza de pareja, y entonces me digo: "¿Acaso querrías tener aquí a Fulanita?". ¡No! "¿Y a Menganita?". ¡No! ¡No! Y así me repongo.

¿Y cómo resuelve su pulsión sexual?

Como la han resuelto siempre los monjes.

¿La convivencia mata el amor, pues?

Sí. El roce diario desgasta. Te enamoras y buscas convivir: convives y te desenamoras.

¿Y si hoy vuelve a enamorarse, qué?

Me sé todo lo que puede pasarme con una mujer, conozco sus patrones de conducta.

Compártalos, si le place.

Uno: te hace creer que te las has ligado, cuando es ella la que elige. Dos: te hace creer que fornicas bien, cuando en la cama de una mujer todo hombre es un inválido.

Va bien saberlo...

Tres: la mujer te hace sentir culpable por sistema, para poder cobrártelo luego.

¿Es usted machista?

Mi madre me hizo así, por desgracia. Las madres hacen machistas a los hijos desde niños, y la mía lo hizo conmigo.

¿Cómo?

A mí me gustaba la cocina, pero mi madre me expulsaba: no me enseñó a cocinar, limpiar, lavar, planchar, hacer la cama…

Suena a excusa.

Ojalá las madres dejasen de fomentar la inutilidad doméstica de sus niños y dejasen de jactarse de que "mi niño las trae loquitas"..., pero persiste la conspiración femenina para hacer de los hombres unos inútiles.

¿De qué conspiración me habla?

La madre programa al niño para ser dependiente de una mujer. ¡La madre prepara a su hijo para la futura nuera! Y el niño, de adulto, obedecerá a la esposa como a una madre.

Alguna responsabilidad tendremos...

Somos manejados por el arte supremo de las mujeres: acabas suplicando hacer lo que la mujer íntimamente deseaba que se hiciese. "Vale, lo haré por ti", concede entonces ella. Y él queda en deuda. ¡Magistral! Los hombres deberíamos aprender a hacer esto.

¿No sabemos?

El hombre debe feminizarse, adoptar habilidades femeninas. Sería más autosuficiente, emotivo, detallista y mejor cuidador.

¿Y qué debería hacer la mujer?

Encontrar la manera de dar ventaja al hombre. Al ser ellas superiores, sólo si nos diesen ventaja podríamos ser iguales. Si no, la mujer vivirá en un mundo de capados.

¿Capados?

La mujer ha logrado salir de casa para independizarse del varón y para construir su vida, feliz logro. Pero eso ha descolocado al hombre: el triunfo de la mujer ha dejado, pues, un mundo de hombres mutilados. Y agresivos, algunos, por impotencia. ¡Y vivir en ese mundo no es nada agradable para las mujeres! Deberían hallar el modo de ayudarnos a salir adelante, o si no...

¿O si no, qué?

Las mujeres acabarán tratando sólo con mujeres, y clonándose. Y los hombres, mirando fútbol. Y los hijos, malcriados por madres haciéndose perdonar por estar fuera.

¿Cómo deberían educar a sus hijos?

Adiestrándolos a no depender de una mujer cocinera o mujer asistenta, y enseñándoles que amar a una mujer no es poseerla.

¿Ha hecho alguna tontería por amor?

¡Por amor se hacen sólo cosas amables! Por celos y orgullo herido, en cambio, sí se hacen tonterías: yo le disparé a la ventana del poeta Panero por ligar con mi pareja. Quise asustarle, y se asustó y se largó del pueblo. Mi pareja no me lo perdonó y me quemó el original de mi novela Cercamón...

¿Mantiene tratos con sus ex mujeres?

Con algunas, sí. Con otras no, por engaños y falsedades imperdonables.

¿Qué cree usted que quiere la mujer de un hombre?

Seguridad, controlarle y quedarse con todo.

Hombre...

Seguridad: busca a un hombre espabilado, con recursos y medios. Control: una vez lo tiene seducido, juega a cambiarle (es su ludopatía). Y por ahí yo no paso: rompo. Y entonces ella quiere quedarse con todo: ya he asumido que mi karma en esta vida es poner pisos a mujeres, dejarlas bien situadas.

Diría que es usted algo más misógino que misántropo.

Día sí y día no. "Mire, las mujeres son para mirarlas de lejos y sólo a algunas, de cerca" me dijo una vez el gran Josep Pla.

¿Cómo debería ser una mujer para interesarle?

Intermitente. Aparecer durante tres semanas y desaparecer durante otras tres.



Seis parejas

"La naturaleza incita al hombre a copular y a la mujer a criar", afirma Racionero, y sigue: "En cuanto la esposa tiene un hijo, el marido pierde toda titularidad y pasa al banquillo". Paso un rato entretenido leyendo Sobrevivir a un gran amor, seis veces (RBA), memorias de la vida afectiva de Luis Racionero: relata sus seis emparejamientos, salteados de provocativas reflexiones. Abomina de vivir en pareja, aunque me revela haberse enamorado de una mujer (una tal Isabel, a la que dedica este libro) a la que ha renunciado por vivir en lejanas latitudes... Racionero, autor de novelas y ensayos de éxito, se considera afortunado en todo menos en su vida amorosa. No se queje: ha sido intensa.





Luis Racionero

"Mentimos feroz y descomunalmente"

Entrevista a Santiago Roncagliolo
WINSTON MANRIQUE SABOGAL

En su octavo libro, Santiago Roncagliolo ha vuelto a los albores de su mundo literario. A aquellos días de incertidumbre y sueños de inmigrante y escritor entre los árboles del Parque del Oeste y el Templo de Debod de Madrid, cuando en 2002 se topó con la historia que habría de titular Memorias de una dama, un trampantojo de la realidad y de la ficción donde antes de la verdad está la mentira y el simulacro. Ha vuelto para rescatar esta novela siete libros después, con éxitos como Abril Rojo (Premio Alfaguara 2006), una boda, una casa en Barcelona y una alegría inimaginable de diez meses de nombre Mateo.

Memorias de una dama (Alfaguara) está poblada de emigrantes y cuenta tres historias que se trenzan hasta ser una sola, en tres niveles narrativos: comedia de un álter ego de Roncagliolo en sus días de peripecias como inmigrante; drama histórico del Caribe del siglo XX a través de una aristócrata cuya fortuna procede de la Mafia y vínculos con las dictaduras de Trujillo, en República Dominicana, y Batista, en Cuba; y sátira y trastienda de la literatura. Un casino literario donde los personajes juegan sus fichas y el querer ser usurpa al verdadero ser.

"¡Me encantan los farsantes! Y mientras todos en una novela normal deberían alcanzar el sueño y ser felices, aquí lo logran pero no son felices", advierte Roncagliolo (Lima, 1975), que ni siquiera a las nueve de la noche del final de un día de entrevistas en Madrid se puede desprender de ese rostro adolescente siempre a punto de sonreír. Vestido de azules y con una copa de vino blanco, se acomoda en un sillón casi níveo en una sala vacía suavemente iluminada.

PREGUNTA. ¿Cuándo y dónde empieza la verdad en una novela?

RESPUESTA. (Risas). ¡No tengo la menor idea! Precisamente de eso habla esta novela. Tampoco tengo claro dónde empieza la verdad en las verdaderas historias de la gente. Desde La cuarta espada (la historia de Abimael Guzmán) venía pensando en la idea de que cuando alguien te cuenta la historia de otra persona cada uno tiene su versión, incluso contradictorias. Fue algo que me impactó y animó a hacer esta novela. La idea de que todo lo que consideramos verdad también suele ser mentira; incluso en la Historia, en la política. Lo vemos ahora con el análisis financiero, que parecía totalmente numérico y objetivo, pero que resultó ser una gran mentira también. Me interesaba jugar con esa extraña y delgada línea roja entre la verdad y lo falso.

P. La novela está poblada de impostores, empezando por el aspirante a escritor contratado para contar la vida de una millonaria anciana dominicana.

R. Hay algo que les pasa a mis personajes en otros libros también, y es que ellos no entienden muy bien qué es lo que la vida espera de ellos. Y tratan de ser lo que la vida les pide. El padre de Diana, la protagonista, si tiene que ser fascista, lo es, si hay que estar con la CIA, también, es lo que haga falta.

P. Al árbol que más sombra dé.

R. Y en momentos turbulentos los árboles se multiplican y las sombras cambian muy rápido según la hora del día. Eso le pasa al mafioso, al escritor... La única que siempre ha tratado de ser la misma es Diana, que ha intentado ver la vida como un dechado de glamour y fiestas hasta que el biógrafo la confronta con la verdad. Todos saben que son impostores menos ella. Cuando lo descubre quiere dejar de ser una impostora, al menos al final de su vida.

P. Es una especie de prototipo. ¿Qué lleva a la gente a enmascarar sus vidas?

R. Porque gustamos cuando somos bonitos. Cuando somos jóvenes. Cuando somos ricos. Cuando somos exitosos. Vivimos fingiendo que somos mejores y engordamos el currículo y disimulamos nuestros defectos para ligar; y disimulamos nuestras verdaderas simpatías cuando alguien nos puede servir para algo. Mentimos constante, feroz y descomunalmente. Precisamente por eso en la literatura nos gustan los perdedores. Esta novela, de alguna manera, va de perdedores, y nos gustan porque alimentan a ese pequeño perdedor que no podemos sacar a pasear y que nadie quiere ver y que encuentra en algunas novelas un alma gemela.

Y Roncagliolo sube las cejas y abre los brazos como diciendo: "Es lo que hay". Se reacomoda en el sillón y la pequeña caperuza blanca de la lámpara de lectura parece vestirlo con uno de esos distinguidos sombreros de Fez. Justo antes de que hable del papel del Caribe en el siglo XX y de las raíces corruptas del presente latinoamericano que rastrea a partir del padre de Diana, un "Rasputín del trópico con sangre italiana".

P. Una muestra de la clase política que ha saqueado América Latina, y que como usted dice, "luego ha devorado a sus hijos".

R. Es un ejemplo de lo que quería mostrar. Hace un siglo no eran los latinoamericanos los que emigraban a Europa, sino los europeos los que iban a América. Por los devaneos de la Historia, a muchos les tocó adaptarse a las circunstancias políticas, de mafias, lo que sea. América les da su sueño.

P. República Dominicana con Trujillo, Cuba con Batista, la Cosa Nostra, la CIA, la Mafia italoamericana, ¿qué conclusión saca de la realidad política, al menos caribeña, y de las dictaduras latinoamericanas?

R. Siempre me han desilusionado la Dominicana y Cuba porque son como dos gemelas opuestas. Vivieron dos historias distintas, tomaron decisiones distintas y ahora las ves y son físicamente distintas. Pero lo que más me interesaba no era la relación con América Latina sino el efecto de Europa en el continente. Llega Mussolini, en Italia, y Hitler, en Alemania, y las islas del Caribe tienen que ver cómo acomodan sus piezas en el tablero entre Estados Unidos y los fascistas. Al principio no hay problema, luego la figura cambia y muchos de los que apoyaban caen en desgracia para Estados Unidos, luego éste negocia con la Mafia para entrar en Italia y manda a los mafiosos a Cuba, un momento delirante en la historia y de la Mafia que recoge El Padrino; y después Estados Unidos decide que no puede respaldar que entren en Cuba y es cuando la CIA empieza a eliminar a la Mafia, o por lo menos a disimular. Me interesaba cómo todo esto que sucede en Europa y Estados Unidos rebota en el Caribe. El mundo ya estaba globalizado. Si se va Trujillo es porque no quieren correr el riesgo de otro Batista y, por tanto, otro Castro. Estados Unidos deja que lo maten. Y todas estas historias que los latinoamericanos creemos que son historias latinoamericanas son parte de la historia europea y estadounidense. Por eso me pareció interesante ese momento de la mitad del siglo XX.

P. Se ha escrito mucho sobre los entresijos de la Mafia, la corrupción política y las dictaduras en América Latina. ¿Ha madurado el continente?

R. Muchísimo.

P. Pero las encuestas dicen que los latinoamericanos prefieren un golpe militar o una dictadura para solucionar problemas.

R. Tampoco nos engañemos, no es una cuestión de madurez. Las democracias no funcionan si la gente no vive bien. Las democracias duran sin ningún tipo de disturbio en los países donde hay una distribución de la renta justa y todos están contentos. Donde pierdes más si te cargas la democracia que si la dejas estar. Sin embargo, en América ya no hay golpes de Estado, aunque hay países donde la mitad de la población vive por debajo de la línea de la pobreza. También porque si tú quieres cambiar al Gobierno ya puedes votar a candidatos diferentes. Hace 30 años, decías las cosas que dice Hugo Chávez o Evo Morales y ni llegabas a las elecciones, ahora puedes ganarlas.

P. ¿Qué ha pasado para este cambio en una década, incluso con personajes con tics no muy democráticos?

R. Ha pasado que puedes votar tanto en Venezuela como en Colombia por un autoritario democráticamente. Es una paradoja. Puedes votar por alguien que transgrede ciertas normas, pero lo legitimas mediante el voto, y eso implica una cultura democrática, que ya no hay gente diciendo "cárgate al Gobierno y haz otro", sino: "Vamos a votar por ti y vamos a ir controlando tu autoritarismo". Eso no es un fenómeno raro. Lo raro es Europa. Ocurre en países del ex bloque soviético, África y América. Para que una democracia se consolide, la gente tiene que vivir bien, en el proceso dan una especie de cheque en blanco con límites y van votando; a su manera, implica un desarrollo respecto a las dictaduras bestias del siglo pasado.

P. ¿Hasta qué punto se manipula la Historia?

R. Contar una historia es manipular hechos. Cuesta admitirlo porque supone escuchar a quienes piensan distinto de nosotros, pero todos compramos y vendemos historias manipuladas a nuestro gusto. Compramos el periódico de gente que piensa como nosotros, cuando lo inteligente sería comprar el de los opuestos para contrastar. Compramos lo que queremos oír para ir fortaleciendo nuestra mentira particular.

P. Y volvemos al principio.

R. Sí. ¡Todo es mentira! Me gusta este trabajo de escritor porque eres un mentiroso honesto. Por lo menos, tus mentiras salen con el membrete: "Esto es mentira".

P. En Memorias de una dama, el escritor busca desesperadamente a un autor que le escriba una frase para la fajita del libro, ¿a quién se lo pediría usted?

R. Ummm... Pues al narrador de la novela que tiene mucha maña. Él podría firmarlo con otro nombre.

P. Con qué nombre.

R. ...Martin Amis. Sí, Amis sería una buena fajita. Sería divertida.

sábado, marzo 21, 2009

Bodas, críos, embarazadas...

En efecto, mientras combato con todas mis armas disponibles a la alergia, alrededor se ha desatado una ola de optimismo en la humanidad en tiempos de crisis bastante interesante como fenómeno social: por estos días hay bodas en puerta, hay críos recién nacidos y otros tantos están casi a punto de salir expulsados del vientre de sus madres.

Primero se casó mi colega Brenda en febrero, ahora lo hará el buen Héctor a finales de este mes. Ya era hora. Nos había estado amenazando con este acontecimiento desde..., desde..., creo que ya desde hace bastante tiempo. Bueno, al fin se concretará. Felicitaciones.

Después, aquí en el edificio en el que vivo se ha desatado una ola de apareamientos masivos que nos ha dado como resultado un incremento en el número de residentes. Críos y más críos llegan al mundo como si éste fuese a resistir otros 100 años al ritmo que llevamos de locura y destrucción. En fin. Y como si eso mismo no fuese suficiente para ponernos los pelos de punta, la cantidad de mujeres preñadas no decae. Casi como diría el extinto y mítico Mike Laure (léase Mike y no "Maik"), la cosecha de embarazadas nunca se acaba...

A un costado del piso está una, luego la pareja del hermano de mi mujer también (y eso que había jurado que ella no iba a tener y tal y tal y tal por sus ondas místicas-esotéricas-vibrosas), la esposa de otro buen colega está ya a puntito de parir. ¿Qué coños sucede en este planeta y con sus habitantes?

Me imagino que debe ser un efecto similar al que experimentamos cuando se avecina una catástrofe. Me refiero a las llamadas "compras de pánico" que hacemos cuando sabemos que llegará un huracán, un tifón, un tsunamierda. Sólo que aquí, ante la amenaza de ver destruido el mundo occidental tal y como lo conocemos hasta ahora, a la parroquia le ha dado por casarse, aparearse, embarazarse, reproducirse y aumentar la población nacional y, por añadidura, mundial. Al viejo adagio que reza que a chupar y coger que el mundo se va a acabar, ahora se ha unido el de a chupar, a coger y a parir que el mundo se va a acabar...

En fin. Que con su pan se lo coman.

jueves, marzo 19, 2009

Llegar temprano, Saime Jabines y la vida cotidiana

Me ha dado por llegar temprano a la oficina. He redescubierto las ventajas que tiene esto. En primer lugar hay mucha calma. Casi no hay nadie y lo que hay es silencio y tranquilidad. A veces hay que bajar el volumen del radio que da a tope la hora de Pedro Infante, pero de ahí no pasa. Tampoco hay ese barullo de empleados que comienzan a socializar antes de --según-- iniciar sus labores cotidianas. El sol brilla y entra por la ventana, se siente esa ligera bruma matutina, hay lugar en el aparcamiento, encuentro el diario y me dispongo a leerlo en paz sin que nadie voltee a mi cubículo para criticar que estoy pegado al periódico. En suma, es bastante sano llegar temprano.

Y leyendo las páginas de hoy veo que el gobierno de Chiapas se está montando alguna cosa rara para conmemorar la primera década de ese estado, del país, del subcontinente, de América, del planeta y del infinito y más allá sin el "poeta" Saime Jabines. En efecto, el mismo cuyas líneas del tipo hoy se murió mi tía Chonita y me fui al cine, o bien, los amorosos no saben lo que quieren, pero son muy amorosos (o algo así), o también esa joya que decía que la luna se puede tomar a cucharadas (¡puag!, imagino que con media tableta de Meticorten y una dosis de Omeprazol para la acidez), bueno, decía que el autor de ese tipo de lindezas será objeto de mil y un homenajes por el señor feudal de aquella entidad (su sobrino, por cierto).

Meterse con Jabines es tocar a una de esas vacas sagradas ultras de la culturosidad nacional. ¿Quieres identificar a un culturoso de verdad, de rancio abolengo y entrañas putrefactas?, sólo pregúntale si le gusta "Jaime", "Mario", "Pablo", "Silvio", "Amaury" y otros tíos latinoamericanistas y cursis. Saime Jabines ocupa uno de los primeros lugares, claro. Y lo malo no es que tenga sus fans y tal, sino que varias instituciones públicas se cuelgan de ahí para ganarse las simpatías de esa culturosiza tan ávida de apapacho que calme sus rencores sociales metabolizados en supuesta poesía.

A mí no me gusta tanto ese género literario. Digo, la leo y tal, a veces. Pero desconfío terriblemente de esos poetas que congregan multitudes, como si fuesen Yahír o Cristián dando autógrafos en Plaza Lindavista. Dicen los que saben que este tipo de manifestaciones masivas sirven para acercar a la gente a la cultura. Puede ser. El punto es ahí el tipo de cultura que se les está dando.

Claro, entiendo que Jabines no es como esos tipos que aún integrarían una peor ralea de supuestos poetas: los que se autoasumen como revolucionarios y de izquierdas (tipo Caíto y Mexicanto), cuyos versos van dirigidos al hombre nuevo y al renacimiento de la clase obrera y popular. Digo, Saime fue hasta diputado del PRI, nada tonto el tío, por cierto.

En fin. Yo, en caso de leer poesía más a menudo, me decantaría por uno de verdad y enorme. ¿Para que ir hasta Chiapas si aquí en San Ángel, en Mixcoac, por los rumbos de Coyoacán tuvimos a uno realmente contundente: Octavio Paz.




miércoles, marzo 18, 2009

Sobre Milk, el cine político y el ocio

De repente, cuando estoy en la calle se me ocurren algunas cosas para escribir aquí, pero luego, cuando estoy frente al monitor se me van todas volando. En fin.

Podría decir que he visto Milk (Gus Van Sant, 2008) y que me ha gustado. El rollo éste del primer político abiertamente homosexual que obtuvo un cargo público en la alcaldía de San Francisco, California, Estados Unidos. Muy bonito todo, es decir el discurso, la historia, el colorido y el final, trágico como debe ser y como lo recomiendan los cánones para ganar algo de la Academia. Lo único que, desde mi punto de vista no aparece, es todo ese aquelarre y jaleo que se montaron los gays paralelo a la lucha por sus derechos como minoría.

Me explico: que no todo en esa historia debe ser --literalmente-- color de rosa. ¿Qué me dicen del asunto del VIH?, ¿y de la segregación que también saben montarse --y muy bien-- los propios integrantes de la comunidad del arcoiris hacia los bugas y hacia sus propios congéneres? Sin embargo, lo que sí no está pero para nada a discusión es la actuación de Sean Penn: un tipo que toda la vida nos engañó con sus papeles de machote y rudo. Ah, claro, Diego Luna también sale y causa una que otra angioedema alérgica aguda por el tipo de representación que le ha tocado desarrollar (su personaje es simple y llanamente insoportable).

Una cosa antes de terminar esta breve anotación.

Cada vez que miro este tipo de cine me pregunto, bueno, ¿qué acaso en México estaremos negados a hacer algún tipo de filme que hable sobre algún caso político de la historia contemporánea? No sé, pienso, por ejemplo, en lo que sucedió en 1988 con la elección presidencial y la aparición del Frente Democrático Nacional. También en el asesinato de Luis Donaldo Colosio (ya sé que hay un videohome que se llama Se chingaron al candidato Coloso, pero ésa es otra historia), del propio José Francisco Ruiz Massieu, del cardenal Posadas..., es decir hay bastante material para montarse una historia atractiva para la parroquia nacional.

De hecho, el filme éste sobre las muertas de Ciudad Juárez que protagonizó Ana Gardoki de la Reguera sólo estuvo unos días en cartelera y como que más bien pasó desapercibida o no tuvo la promoción suficiente en las salas. ¿Qué coños? Igual a no toda la mexicaniza le gusta ver esas cosas enredadas de la política y tal, pero tampoco creo que sean la mayoría abrumadora. Además, yo no desestimaría el poder seductor del chisme político para llamar la atención de las masas. ¿No les gustaría ver en pantalla la historia del Ing. Cárdenas y de Porfirio Muñoz Ledo, cuando aún era Porfirio Muñoz Ledo, combatiendo a las fuerzas oscuras del régimen priísta? ¿O también a algún líder regional --tipo Salvador Nava-- dar la pelea por los derechos políticos de sus paisanos?

Digo, nos emocionan las historias como la del tal Milk, pero al final del día, ¿realmente nos importan? A mí francamente me pareció bien la película, pero tampoco es para volarse la cabeza cuando aquí en el país tenemos casos más dramáticos y rudos que documentar en el cine. Me refiero a que esa gente que sale del cine diciendo ay, qué padre ése Milk, dio la vida por su gente, me suena como si nosotros fuésemos norteamericanos o gays, y como si lo que sucediera ahí mismo, afuera del cine, se tratara de una realidad totalmente ajena a nuestra vida cotidiana.

En fin.



lunes, marzo 16, 2009

El largo y tortuoso camino

Se acabó el sueño. Mañana todo regresará a la normalidad, incluido su humilde servidor, quien no salió para nada a disfrutar de este largo asueto patrocinado por el pastorcito de Guelatao, Oax., debido a este súbito arranque de fragilidad ante la alergia (desconocida, por cierto).

Por lo pronto, esta noche miro los diarios en línea y me encuentro que dan lo previsible: las imágenes de largas filas de coches que desean ingresar a la ciudad por las casetas de cuota. Veo la televisión y me percato cómo ni siquiera en béisbol México puede dar una actuación decorosa (¿estaremos negados como raza a ganar algo, cualquier cosa que sea, por pequeña que pueda ser en cuestión deportiva de conjunto?). Pongo una oreja en la ventana y creo escuchar los alaridos de los fanáticos de mi generación que están presenciando a una de las bandas insignia de los nacidos en la década de 1970: Radiocabeza.

En fin.

El largo y tortuoso camino de la existencia.

sábado, marzo 14, 2009

Finde largo

Mientras espero paciente el fin definitivo de esta bitácora virtual, que ya está dando de sí y no deseo que sufra una agonía penosa, y mientras miro cómo en la Ciudad de México la gente toma sus maletas con la intención de dirigirse a algún destino vacacional por el puente largo cortesía de Benito Juárez, y mientras el suministro de agua disminuye para hacerle frente a nuestro Apocalipsis Ahora capitalino, y mientras el sol sale y brilla con fuerza inaudita sobre nuestras cabezas, mientras todo eso sucede, yo sólo puedo decir que no iré a ver a Radiohead.

jueves, marzo 12, 2009

Resistencia

Dice una parte de ese enorme libro que es Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, escrito por Thomas Hobbes, que las 19 reglas de las leyes de la naturaleza se pueden resumir en una sola:

No desearás a otro lo que no quisieras para ti.

Bueno.

Hace unos días escribí que deseaba que todos esos que mentían para ausentarse en el trabajo afirmando que estaban enfermos merecían, por lo menos, enfermarse de verdad para que experimentaran que no es cualquier cosa dar por sentado un hecho así.

Y, tal cual en el adagio hobbesiano, hoy el que está fuera de combate es el que deseó dicha cuestión.

Esta urticaria está tomando niveles de ataque poderosos. Y yo estoy, como desde 2007, resistiendo los embates. Lo único que tiene de novedoso este asunto es que, quizás, la alergia podría ser la madre de todas las batallas. Veremos

Por el momento, hago un atento llamado a la persona o a las personas que poseen mi muñeco vudú en su poder que, simple y sencillamente, dejen de estar chingando.

Gracias.

miércoles, marzo 11, 2009

El rey de los deportes

En un partido pambolero es difícil hablar de otro deporte. Pero sinceramente si alguien pregunta quien verá el partido México-Bolivia, no dudo en que la respuesta se acerque a cero.

Por otra parte, ha sido decepcionante la participación de la selección mexicana de beisbol (ya lo he dicho, mi deporte favorito) en el mundial de ese deporte, que por suerte se lleva a cabo en nuestro país, pero ante las ausencias por los compromisos contractuales de algunos jugadores, nuestro equipo no se ha podido acomodar. Lamentablemente no hay mucho que esperar, salvo disfrutar el espectáculo los que pueden ir al Foro Sol.

Por otra parte ayer tuve la suerte de tener una comida de trabajo, en el restaurante estaban transmitiendo el partido Real Madrid-Leverpool; hoy estoy en la oficina, más o menos tranquilo y he podido ver hasta el momento los 4 goles del Barcelona al Lyon, todos de perfecta manufactura, el mejor ha sido el de Messi.

Veo estos encuentros de la UEFA y me convenzo de que sí me gusta el futbol. Llego a otra conclusión, en nuestro país no se preactica este deporte, la liga mexica es algo así como de pambol, juego de pelota u otra variedad muy aburrida del deporte cuyas reglas surgieron en las islas británicas.

martes, marzo 10, 2009

Bacterias sindicalizadas

En ciertas oficinas públicas hay una mala costumbre: reportarse enfermo y no traer algo oficial que lo certifique después. Bueno, y si a eso agregamos que las enfermedades sólo se presentan en viernes o en lunes, entonces tendremos dos malas costumbres.

Este tema particularmente me molesta. La razón es sencilla: porque es un abuso de confianza. Al final del día también es corrupción. Pero como está del lado de la sociedad civil buena, entonces no se toma como algo grave.

Me jode, repito, porque se excede en la confianza. Uno puede faltar por enfermedad, por supuesto, ¿pero sistemáticamente los viernes o los lunes? Y, además, ¿sin traer algo que lo demuestre? En efecto, las relaciones laborales están basadas en ese factor crucial, pero cuando alguien nos comprueba con sus actos que sus bichos y sus bacterias sólo actúan de manera puntual en la víspera o después del fin de semana, algo cruje en esa palabra y en esa idea.

Además, me jode porque se trata de algo que es como jugar con fuego. Esa gente que dice que se enferma para ausentarse no sabe o no ha padecido o no se acuerda o se pone una venda en los ojos que le impide ver lo que realmente es estar enfermo, postrado, haciendo largas filas en los hospitales, esperando los resultados de exámenes y estudios de sangre, elucubrando mil y un posible diagnósticos, creyendo fielmente en la capacidad de los médicos. Eso me jode. Me parece que a esa gente sí deberían darles un pequeño paseo por la realidad a través de padecer una enfermedad real verdadera tangible.

Ahora, la culpa es compartida. Cuando estaba en el Ministerio había que llevar casi de manera religiosa algo que comprobara que se estuvo en un hospital o clínica y que, en efecto, esa licencia médica especificara que estabas mal para ausentarse. Por supuesto que esto se presta a corrupción (me refiero a conocer a algún médico que te facilite el papel), pero al menos te obligaba a no tener tanta manga ancha para sólo coger el teléfono, llamar a la oficina y "reportarte enfermo".

Quizás estoy exagerando. Lo más seguro es que sí. Pero cuando veo a la gente decir que estuvo mala y al día siguiente venir como si nada, y cuando me recuerdo a mí mismo ingresado, en laboratorios y demás, y después yendo a conseguir el tal papel de justificación, escribiendo cartas a los directores de las clínicas y pidiendo una copia de mi expediente, no puedo menos que sentir asco y desprecio por esta mala práctica.

Pero, al final, la culpa no es ni de ellos ni de nosotros ni de nadie... Son esas malditas bacterias sindicalizadas que sólo atacan en los días que está estipulado en su contrato colectivo de trabajo, a saber, los lunes y los viernes.

lunes, marzo 09, 2009

García Márquez y yo

Crónica de un sacramento

Empecé a ayudar la misa sin demasiada credulidad, pero con un rigor que tal vez me lo abonen como un ingrediente esencial de la fe.
Vivir para contarla: Gabriel García Márquez

Cuando mi amiga Magdalena me habló para invitarme al bautizo de su nieto, el primero, querido René, es un ángel, un primor, estoy vuelta loca, qué belleza, no puedo describírtelo, sólo imagínate a un querubín de Rubens (y yo lo pensé con sólo cabeza y alitas), es un amor, pensé en cortésmente mandarla a la chingada: mi edad se ha poblado de mujeres que fueron maravillosas, fuego y audacia, y ahora son dulces abuelitas, que trocaron sus pecados favoritos, la vanidad y el sexo, por la cursilería y la exageración. Pero añadió: Gabo será su padrino. Claro, Gabo es Gabriel García Márquez para sus cuates y yo, por desgracia, no lo soy, así que mudé de opinión, era una oportunidad para conseguir su autógrafo en la primera edición conmemorativa de los cuarenta años de Cien años de soledad.

Claro, Magdalena, cuenta conmigo. Y felicidades, tendrás por compadre a un santón de las letras universales, el nuevo Cervantes, dicen los expertos que además lo admiran. Alguna o muchas ventajas tendrá. Pensé: cuando vea a José Agustín le preguntaré, pues si mal no recuerdo también fue padrino de alguno de sus hijos.

Llegué a la iglesia muy puntual, era obvio, la gente comenzaba a llegar. Los invitados eran todos de la mejor sociedad de Tampico, ciudad de mi amiga. Habían llegado hasta la capital para no perderse el formidable evento social y religioso. La gente iba elegante, distinguida, personas de mediana fortuna, pues luego habría comida en el Polifórum Siqueiros.

A las doce y diez minutos llegó García Márquez con su esposa, o eso imaginé por las fotos que de ella he visto, y por el vestido verde perico que denotaba orígenes tropicales, en tanto que el premio Nóbel iba enfundado en un traje gris que había visto pasar épocas de esplendor y una corbata a rayas. Pudo haber ido con la extraña guayabera colombiana con la que recibió el más alto reconocimiento (liquiliqui) que un escritor puede conseguir y por la que los reyes noruegos preguntaron desconcertados. Desde que llegó y entró con aplomo, quedándose en el dintel, llevaba en brazos al bebé pintado por Rubens y concebido sin el pecado de la carne por la hija de Magdalena. Entre ropones de lana, pañales, una gorra (el niño es tamaulipeco y el DF le resultaba frío), unos siete u ocho meses, se antojaba más salido de los pinceles de Botero. Pobre Gabo, pensé al verlo sudar.

García Márquez con el niño en brazos y la esposa a su lado, encaminó sus titubeantes pasos hacia el pequeño altar donde estaba una pila de agua bendita, pero velozmente se anticipó una silueta con sotana blanca y antes de que García Márquez siguiera avanzando, gritó: ¡Bebé, bebé, ya viste en manos de quién estás, Dios te ha bendecido, estás en los brazos del mejor escritor del mundo, incluso mejor que Borges, Carpentier y Capote! Así (bajando la voz ya muy impostada) como hemos leído a Cervantes y Shakespeare más de quinientos años, García Márquez será leído eternamente. Él escribió para la gloria del señor y ahora tú estás en brazos del elegido. ¡Dios te ama y te dio el mejor de los regalos posibles, angelito de amor, nadie podría tener mejor padrino que tú, claro, a menos que este insigne y glorioso narrador de nuevo lleve a la pila bautismal a otro elegido celestial, criatura encantadora! El Señor dijo en Levítico: Los niños caminarán guiados por el poeta… Para fortuna del cura, en esa sala nadie había leído la Biblia.

Así siguió el clérigo otros minutos, mostrando su formación de crítico literario en el Seminario del Verbo Sangrante, donde Christopher Domínguez imparte la materia La crítica literaria soy yo II. García Márquez comenzaba a sentir que el niño, el enviado de Dios, era bastante terrenal y que además pesaba unos siete kilos. Como pudo reacomodó en sus brazos al angelito. Le faltaba al padre Pacheco hablar de Macondo, de Amaranta, del realismo mágico… Con discreción, su esposa le dio literalmente una mano y se preparó para evitar la posible caída del ángel.

Al fin concluyó la perorata mezcla de literatura y catolicismo, qué alivio, pensé observando que todos en el sacrosanto lugar platicaban discretamente sin atender a la clase del sacerdote. Al fin los padrinos y la familia se encaminaron a la pila bautismal, pero ya el bebecito berreaba opacando al organista que trataba de interpretar la Marcha triunfal de Aída como si fueran unos abominables quinceaños organizados por Marcelo Ebrard. ¡Niño bendito, que no te digan que una editorial torpe rechazó Cien años de soledad, es una calumnia de los enemigos del genio! En todo caso (suavizó la voz), es un error. El clímax fue alcanzado cuando el emocionado sacerdote roció en exceso con agua bendita al niño y de pasada a García Márquez, quien en cuanto pudo deshacerse del infante-fardo se pasó el pañuelo por la cara para quitarse la llovizna bendita y limpiar sus lentes. Durante la ceremonia pude apreciar que el Nóbel sabía los rezos y cómo persignarse. Curioso, yo le imaginé ateo. No cabe duda, el león piensa que todos son de su condición y yo no soy creyente; qué pena.

Cuando todo hubo concluido, fuimos al edificio World Trade Center en busca de la comida. Y yo, además, a cazar la firma del laureado narrador y periodista. Como en el glorioso evento había todo menos escritores, imaginé que podría quedar cerca de Gabo durante la comida, a salvo de aduladores intelectuales. Así fue, me asignaron un sitio no distante, a unos cuatro pasos, así que pude observar al genio sobarse los adoloridos brazos, darse un discreto masaje. Cuando estábamos por concluir el pastel cortado inicialmente por el novelista y la orquesta se preparaba para tocar unos danzones en honor del bebé de Dios, decidí que era el mejor momento para pedir el autógrafo. Hasta Gabriel llevé mi ejemplar verde con prólogo de Mario Vargas Llosa y añadidos de Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Carlos Montemayor, Carlos Salinas, Carlos Peralta, Carlos Abascal (crítico literario) y Carlos Slim. Maestro, soy
René Avilés Fabila, me haría usted muy feliz si firmara mi libro. Me miró sorprendido: ¿No es una edición pirata, verdad? De ninguna manera, lo compré lejos de Tepito, en Perisur. Quiero ponerlo en una repisa donde le tengo a usted un amplio altar barroco con su foto y muchas flores, desde luego, arriba de Carlos Fuentes.

García Márquez suspendió la maniobra para sacar su pluma. Oiga, Avilés -dijo con tono de falsa indignación- soy muy amigo de Carlos Fuentes, es mi hermano… Antes de que dijera alguna otra pendejada, expliqué: Fue una broma ingenua, maestro, no tengo altares. No me escuchó, firmó el libro, mientras yo pensaba que el tipo había perdido el sentido del humor, tanto éxito no puede ser bueno. Al regresarme el volumen añadió: A mí deberían pagarme por dar autógrafos, no por escribir libros. En ese momento le cayeron encima docenas de señoras elegantes que deseaban retratarse con él. Comprendí que no las resistiría, si se ha fotografiado con Fidel Velázquez, Fidel Herrera y Fidel Castro, no hay razón para negarse a posar junto a mujeres maduritas y bien emperifolladas, algunas francamente atractivas. No me despedí, más todavía, no hubiera sido posible debido a la algarabía de tanta dama culta que deseaba inmortalizarse con el Nóbel. Cuando intentaba salir del barullo, miré al padre Pacheco correr hasta el grupo para continuar hablando de Cien años de soledad y pedirle la firma. Había perdido la comida porque tuvo que ir a una librería a comprar la novela. Pero recuperaría el tiempo, comentaría el libro con el autor y más adelante, pensó: si Dios me da licencia, hasta puedo leerlo.

Moraleja: entre la sabiduría popular circula una definición de libro clásico: es aquel que todos citan y nadie ha leído.

domingo, marzo 08, 2009

Quisiera ser millonario

¿Y quién no? Para diversos fines, pero todos desearíamos serlo. Claro, menos San Francisco de Asís. Bueno.

Tengo que admitir que entré a ver el filme con muchas reservas. Mis claros prejuicios sobre la India y, en general, sobre todos esos países exóticos de Asia y África, me impedían ir con gusto al cine expresamente a pagar por ver una película tipo Bollywood. Digo, para ver realidades tropicales y kitsch tengo a mi propia nación.

Pero, ahí tienen ustedes que vaya cosa he visto hoy en la pantalla: Slumdog Millionaire (Boyle, 2008) es una gran película que recomiendo ampliamente. En serio.

No me ha quedado mal el director del filme que ocupa el primer sitio de mi muy particular Top Ten de películas (Trainspotting, 1996).

Quisiera decir más sobre la obra, pero el tiempo del fin de semana se acaba. Quizás mañana haya otra ronda sobre la cuestión. Para rematar sólo diría que con bastante gusto repetiría la experiencia de verla. La escena del niño bañado en mierda, corriendo y con una fotografía de su héroe de la pantalla en una mano me hizo reír bastante.

Tenía bastante tiempo que no salía medio contento del cine (por cierto, Quisiera ser millonario me recordó también a Ciudad de Dios, otro filme que me devolvió un poco la confianza en la humanidad y en su capacidad de creación...).





The Beatles y The Rolling Stones, vistos por su agente

El País.

Mick Jagger con unos calzoncillos muy poco eróticos. Keith Richards agarrado a su pene y sonriendo. John Lennon con un gorro calado, tirado en la cama agitando una banderita de Gran Bretaña. Son, una vez más, The Rolling Stones y The Beatles, pero esta vez vistos a través de la mirada inédita de Bob Bonis, el hombre que ejerció de tour manager durante la conquista norteamericana de ambos grupos, entre 1964 y 1966.

Hay filones que nunca se agotan y entre los más prolíficos están ambas bandas británicas, sin las que el sonido del siglo XX, sin duda, habría sido diferente. Lo saben bien los expertos en memorabilia rockera como Larry Marion, dueño de la galería Not Fade Away, en Nueva York, donde esta semana se inauguró la exposición The british are coming: The Beatles and The Rolling Stones 1964-66, que puede verse hasta el 14 de abril. Al ritmo marcado por la pinchadiscos Alexandra Richards, hija de Keith, los invitados pudieron lanzar una mirada hacia un pasado que ha permanecido oculto en los archivos de Bonis (fallecido en 1991) hasta el pasado año, cuando su hijo descubrió que su padre había tomado cerca de 3.500 imágenes de las primeras giras americanas de ambos grupos.






Mick Jagger ve, en la habitación de un hotel, la actuación de su grupo en el programa The Red Skelton Show, rodado el 5 de agosto de 1964. El programa fue reemitido en octubre en EE UU, con motivo de la gira del grupo. (Fotografía Bob Bonis, © 2009 by 2260 Productions, Inc).


Keith corta el pelo de Charlie en los camerinos, antes de un concierto. (Fotografía Bob Bonis, © 2009 by 2260 Productions, Inc).
En la quinta parada de la tercera gira de los Stones en EE UU, Mick se pasea por la piscina del hotel Jack Harrison, Clearwater, Florida, hoy convertido en sede de la Cienciologia. La noche anterior Keith soñó con el tema '(I can't Get No) Satisfaction'. Ese mismo día Mick y Keith compusieron el tema, que iba a ser el primer número de la banda en territorio americano (Fotografía Bob Bonis, © 2009 by 2260 Productions, Inc).
Mick Jagger durante un descanso de la sesión de grabación en los RCA Studios de Hollywood, California (Fotografía Bob Bonis, © 2009 by 2260 Productions, Inc).

Keith y Brian beben y hacen muecas y gestos a la cámara en la piscina del del hotel Jack Harrison (Fotografía Bob Bonis, © 2009 by 2260 Productions, Inc).

jueves, marzo 05, 2009

Recuperándonos

Después de la rabieta de ayer, me dispongo a iniciar un día más en esta oficina autónoma.

Ayer el PRI cumplió 80 años. LXXX aniversario del partido hegemónico que condujo los destinos de este país por más de siete décadas. Bueno, aún lo sigue haciendo de manera indirecta, pero al menos ya no están formalmente apoltronados en Los Pinos. Un viejito de 80 con alma de 15, he leído que declaró una militante del PRI en el pueblo poblano durante la conmemoración. Pues que le den su viagra...

Ayer también se dieron a conocer algunos resultados de evaluaciones sobre transparencia en instituciones de educación superior. Como era de esperarse, pocas salieron bien libradas, entre ellas, vaya cosa, la Universidad de Guadalajara, la misma que hace unos meses estuvo en la picota por un lío entre dos tíos que se abrogaban el cargo de rector. La Nacional, la Metropolitana y el Politécnico, dice la misma nota, no salieron muy bien. Sin embargo, la edición de hoy de El Universal trae en primera plana una información con el título de "En el Colmex (El Colegio de México) más opacidad que en la SSP (Secretaría de Seguridad Pública)".

Bueno, eso está bien, es decir que se exija transparencia y tal a instituciones que suelen ser de las más quisquillosas al momento de exigir lo mismo al Estado y sus organismos. Pero, no debe perderse de vista que, como ya bien lo afirmó Max Weber en alguna borrachera, las universidades no deben regirse por principios democráticos, sino meritocráticos. Entonces, en efecto, que se pidan cuentas de lo que gastan los funcionarios y tal, pero no vayan a querer cuestionar cualquier decisión de corte académico que se tomen en esos lugares. Al menos eso pienso. Se suelen cometer bastantes barbaridades en el nombre de la democracia y sus hijitos, entre ellos, la siempre etérea e invisible transparencia.

También ayer se dio a conocer que un trabajador que está asignado a las obras en el Circuito Interior de la Ciudad de México falleció luego de ser baleado por unos tipos que, después de armar un escándalo porque no les dejaban pasar rápido, se bajaron, se liaron a golpes y, finalmente, dispararon contra este señor y sus acompañantes. Un caso más de locura y de festín de la muerte en este Distrito Federal y en el país. Por cierto, ayer también hubo 20 muertos (o al menos ésa es la cifra que se reporta) en el penal de Ciudad Juárez, localidad que por el momento funge como cuartel general del 666 en este planeta. Para rematar, hoy por la mañana alcancé a ver que un diario traía en su portada algo así como que la Cruz Roja ya estaba aplicando protocolos de guerra para actuar en la frontera. Bueno.

Así las cosas por estos días iniciales de marzo del año 2009 del Señor. Viéndolo fríamente, lo del Tuca sería irrelevante. Pero no lo es. Espero que algún día sus vidas de gato se le acaben (nunca lo han echado de un cuadro durante la temporada regular) y por fin lo veamos abandonando el banquillo de Pumas, equipo al que tanto daño ha hecho por su timorato, mezquino, ineficiente estilo de plantearse los partidos.

Tal cual.

miércoles, marzo 04, 2009

Una rabieta más...

RICARDO FERRETI:

LÁRGATE DE PUMAS.

martes, marzo 03, 2009

Marzo 3, 2008-2009

Pues sí, hoy cumplo mi primer año en esta oficina autónoma. Vaya manera de volar del tiempo.

Creo que esta frase que voy a escribir ya la he puesto ene veces en la bitácora, pero no importa: qué largas son las horas y qué rápido se van los años (Antonio Machado).

lunes, marzo 02, 2009

Inicio de semana (II)

Mientras escucho una tanto cuanto emotiva canción que pregunta ¿cómo te voy a olvidar? varias veces, escribo lo que viene.

El sábado se me volvió a joder el iPod. Sí, el mismo que la iPod Shop me había cambiado por un problema en la rueda táctil (o click wheel) allá en el mes de octubre de 2008. Bueno, pues resulta que el problema fue el mismo: la tal rueda táctil sólo subía y bajaba en el menú, pero no daba el enter necesario para ingresar a las funciones.

Eso fue el sábado, repito, y me puso mal el fin de semana. El iPod es uno de esos artilugios tecnológicos cruciales en el desarrollo de mi vida cotidiana. Lo llevo en el coche y cuando camino. Si Nietzche hubiese tenido uno seguro hubiese dado más énfasis a su clásica frase de que la vida sin música sería un error. El hubiese dicho algo así como y sin iPod, peor error aún. En fin.

Pero hoy un buen colega de por estos rumbos autónomos le hizo algo y volvió a funcionar, justo antes de que me dirigiese a la tal iPod Shop a reclamar y hacer mi escándalo. Sólo un reseteo y zas, iPod como nuevo.

No cabe duda que, como ya lo dice un viejo adagio católico, Dios aprieta, pero no ahorca, ni siquiera en el tema de las nuevas tecnologías (¿Dios tendrá iPod?, y si es así, ¿qué tipo de música guardará?, ¿tendrá Sympathy for the devil, The number of the beast y otras lindezas por el estilo? Misterios de nuestro mundo).

Y otra cuestión por el estilo.

Resulta que algunas computadoras que conozco --no diré dónde, pero ya se lo imaginan-- habían estado sacando una estrellita sangrona donde Windows nos informaba que la última versión de Office instalada no era original, al tiempo en que nos exhortaban amable, pero insistentemente, a que comprásemos una buena. Al principio, la recomendación aparecía que cada vez que iniciabas, por ejemplo, Word. Después, se instaló de manera definitiva en todo el programa, lo cual, sin quitarle la operatividad al asunto, era como bastante molesto (eso que te recuerden a cada instante que estás fuera de la ley es penoso).

Pero hoy, alguien de por estos rumbos, me ha mostrado una ruta bastante engorrosa y complicada, pero muy efectiva, para eliminar esa dichosa estrellita del monitor.

Dos asuntos solucionados en menos de dos horas. Me gusta eso.

Ahora, en una noticia de último minuto, me he enterado gracias al buen Efrén que Fito Páez y Zoé estarán en la llamada Cumbre Tajín que se realiza en Papantla, Ver., cada año por estas fechas vibrosas del equinoccio. Eso está muy bien. El pero es que ambas se realizarán entre semana, es decir el miércoles 18 y el jueves 19, es decir como si todos tuviéramos ese tiempo valioso para ir hasta el norte de Veracruz.

La Cumbre Tajín está diseñada para gente que no trabaja o para niños pijos que no firman lista de asistencia ni checan tarjeta (sonora rechifla del personal).

Inicio de semana

El sábado fui a la Feria del Libro del Palacio de Minería. Ya tenía dos o tres años que no ponía un pie ahí, cuando en mi etapa de estudiante era obligada una o más paradas por ese rumbo. Como ya fui bastante tarde, casi a punto de cerrar, los pasillos estaban un poco --sólo un poco-- más transitables que a las horas pico. De cualquier forma, esta FIL sigue siendo muy bonita, pero muy poco práctica.

Los descuentos no estaban como para volarte la cabeza. Sin embargo, compré dos ejemplares. Este año estoy decidido a romper todos mis récords de lectura. A día de hoy llevo tres ya en mi lista y voy a por el cuarto y el quinto y el sexto, los cuales ya me están esperando en mi buró. De hecho, en este momento sólo estoy pensando en qué sucederá con el tío que protagoniza El guardián entre el centeno....

Ayer ganaron los Pumas, lo cual mantiene a Ferreti en el banquillo. En fin. También ganó el Atlético de Madrid al Barcelona (qué casualidad).

Así las cosas por este inicio de semana.