martes, noviembre 30, 2004

¡Maldito neoliberalismo! ¡Maldita pobreza! ¡Maldito sistema corrupto!

Veo las notas, páginas, reseñas, chismes, programas oficiales y demás de la FIL de Guadalajara y, luego, volteo a mi alrededor y me encuentro en esta oficina horizontal más parecida a la redacción de algún diario norteamericano que a un Ministerio latinoamericano. Deberíamos estar en GDL, culturoseando, comprando libros (al menos uno, claro), tomando cafecito por las mañanas, chelas y tequilas en La Mutualista en las tardes-noches, caminando por la Plaza del Ayuntamiento, cogiendo el subterráneo local, platicando con otros que, como nosotros, se sienten atraídos por la conglomeración de libros y gente vinculada --de alguna manera-- a ellos. Aún más, deberíamos ir desde ahora para conseguir las entradas para el partido de vuelta en el Estadio Jalisco. La fiesta completa.

Pero no. Aquí estamos. En la Ciudad de México. En el Ministerio. Observando cómo el cielo va nublándose y la temperatura descendiendo. Saturándonos de noticias sobre presupuestos, linchamientos y desacuerdos.

Alguna vez le escuché a un neo-funcionario federal gritar algo así como: ¡MIL AÑOS MÁS DE CENTRALISMO, CABRONES! Lo anterior, debido a que su oficina se llenó de repente de jalisquillos neófitos. Hoy puedo decir que sí envidio estar en la capital de Jalisco.

Ya esperaremos la Feria de Minería.