jueves, febrero 19, 2004

Las cosas no van nada bien para los burócratas.

Todo comenzó en diciembre pasado. Los señores legisladores federales aprobaron un Plan de Austeridad que impone severos recortes a las dependencias de la APF. Bajo el argumento de que antes nomás había tres subsecretarías por secretaría, han querido adelgazar el aparato y, por consiguiente, lanzar a las frías y sucias calles del país a sus empleados.

Luego, en enero comenzaron a sentirse los primeros estragos de esta embestida. Los perjudicados fueron los secretarios particulares. Adiós.

Hoy, luego de que el secretario Gil anunciara --firmemente-- ante los diputados que no habría recorte de los 50 mil servidores públicos, bueno, pues hoy parece que toda la situación está de pronóstico reservado.

Para acabarla de amolar, ayer nos dejó José López Portillo --o Jolopo-- (1920-2004). Aaah. ¡Qué tiempos aquéllos! Harta burocracia y harto crecimiento de las empresas paraestatales. Pura administración de la abundancia y puros perros saqueadores.

A veces sí pensamos que todo tiempo pasado, si no fue mejor, por lo menos era un pelín más divertido...

Bueno, pero entre tanta señal del Apocalipsis Ahora, hay una buena nueva: nuestra ventanilla virtual vuelve a aparecer aquí a su derecha para recibir sus comentarios sobre nuestra humilde contribución al bienestar de La Nación desde la trinchera weberiana de la Administración Pública.

Chau.