martes, abril 19, 2005

Herr Ratzinger

Al menos el asunto del Papa ya se solucionó: un alemán sustituirá al polaco en eso de dirigir los designios de la Iglesia Católica. Ratzinger I entra al quite. Lejos, muy lejos se quedaron todos esos arribistas latinoamericanos que ya se veían saludando desde el balcón de la Plaza de San Pedro y cobrando las regalías de su puesto. Claro, más aliviados aún que el cardenal negro de Nigeria tampoco haya llegado al final. Con superticiones o no, pero la verdad mejor no tentar al destino con eso de haberlo elegido como Papa. Mejor que se quede ahí, haciendo misiones de salvación para su empobrecido continente y no le juege al valiente con eso de las predicciones.

Ojalá esto se contagie un poco al otro asunto que nos atosiga por estos días: el desafuero y posible consignación de AMLO. Por Dios, ya que alguien haga algo. Es decir, si lo van a meter a la cárcel, pues que lo hagan ya, ¿no? Por lo menos López Obrador ya dijo esta boca es mía y el próximo 25 volverá por sus fueros a ocupar sus oficinas en la Plaza Mayor de la ciudad. Mientras, del otro lado, tanto el fiscal como el ministro del Interior están hechos bolas. Que si hay o no una salida política negociada, que si todo va a quedar en manos de los jueces. Mil y una patrañas que dan fe de ese espíritu de desunión y falta de liderazgo dentro del gabinetazo.

Mientras tanto, como dice Fangoria, los demás mortales mexicanos vemos sólo la vida pasar. Por aquí y por acullá las noticias de asesinatos, homicidios, inseguridad, robos, desfalcos, fraudes vienen y van con singular alegría. Pero, ok, esperemos a que nuestras autoridades hagan trizas al enemigo público número uno --al menos para ellos-- con el fin de que después volteen un poco la mirada a los temas que nos preocupan a los demás.

Ojalá podamos decir pronto Habemus Presidente en este país.

Por lo pronto, bienvenido Benedictus XVI. Ya el pueblo de México pronto olvidará a su consentido Karol para tratar de quedar bien contigo.

Heil Herr Ratzinger!