viernes, junio 12, 2009

Nueva oleada musical

Mañana toca Café Tacvba en el Autódromo por sus 20 años de existencia. Ahí estaremos. Sólo he visto al grupo en directo una vez, una noche en el Zócalo de la ciudad, un concierto gratuito, pero no aquél que reunió a más de 150 mil personas, sino uno previo a ése. Ni siquiera cuando se presentaron en el pueblo poblano a principios de la década de 1990 los pude ver. Sin embargo, vaya cosa, me he encontrado a sus integrantes en solitario en situaciones algo extrañas: a Meme cerrando la puerta de su casa por los rumbos de Ciudad Satélite y a Joselo cargando gasolina por la Roma y en el Bar Centenario de la Condesa (en una mesa contigua estaba Sergio Guillermo Juárez Fadanelli manoteando demasiado mientras trataba de convencer de algo a su acompañante).

Después, el 24, día de San Juan, toca Andrés Calamaro en Puebla. Esperamos estar ahí. El que nos hayan cambiado la fecha de domingo a jueves ha puesto todo un poco más complicado, sobre todo porque habrá que trasladarse a esa ciudad. Pero ver a El Salmón vale la pena eso y más. Ya lo vimos en octubre en el Auditorio y sí es una experiencia que debe repetirse en cuanto se pueda. Además, ya conseguí las 109 canciones de los seis discos de su última producción Obras Incompletas. Los motores están encendidos.

La música en vivo siempre es alucinante. Y más cuando estás junto a miles que hacen click contigo en las preferencias. Recuerdo perfectamente los rostros de la gente justo unos momentos antes de que apareciera Mick Jagger sobre el escenario del Autódromo aquel 14 de enero de 1995, el primer concierto que los Rolling Stones dieron en el país desde su fundación en 1962. Todos extasiados, contentos, maravillados, ilusionados, sabiéndose parte de la historia musical. Un concierto es una verdadera catarsis de la masa. Bueno, los sociólogos sabrán definir mejor estos acontecimientos.

En fin. Siempre es bueno saber que se acercan días musicales.