domingo, junio 07, 2009

Los mal queridos

Primero fue con el asunto de la influenza humana A H1N1. Países dizque "hermanos" nos cancelaron los vuelos y nos cerraron las fronteras. A saber, Cuba, Argentina, Perú y Ecuador nos eliminaron de su lista de naciones gratas. Al San Luis y al Guadalajara los vieron como apestados en la Confederación Suramericana de Fútbol y nadie les tendía una mano para jugar sus encuentros de los octavos de final de la Libertadores. A los nacionales que viajaban por el subcontinente les daban un tratamiento segregatorio sin presentar síntomas claros de la enfermedad.

Ahora, con motivo del enfrentamiento entre México y El Salvador por la ronda final de clasificación de la CONCACAF al Mundial de Suráfrica 2010, hemos presenciado un hostigamiento superlativo no sólo a la selección de fútbol de este país, sino a todo lo que suene o parezca mexicano. Sólo hay que leer algunas notas y crónicas periodísticas de los que estuvieron en San Salvador por estos días para darse una idea más o menos clara de lo que ello significa.

Con esto sólo repito una cuestión que ya había escrito aquí hace días: México siempre ha creído que es un país amado por todos los rincones del planeta. De hecho, siempre se ha esforzado hasta lo imposible por ser "amable", "hospitalario", "solidario", "cariñoso" y "caluroso" con todo lo venido de fuera. Nos morimos por ser reconocidos como un pueblo que tiende su mano al visitante y que es la mar de simpático con los extranjeros.

Bueno, pues ahí tienen el resultado de esta estrategia: México, un país empalagoso y patético que busca ganarse el cariño de todos los demás a toda cosa, y cuya única recompensa es obtener lo diametralmente opuesto: el desprecio --simulado o abiertamente expresado-- de todos aquellos a los que se desvive por complacer.

México, un atípico país hipernacionalista cuya máxima satisfacción es agradar al extranjero.

Algo se tiene que hacer pronto para dejar de una vez y para siempre este comportamiento ridículo y estéril.

Por lo pronto, habrá que quitarse de la cabeza el creer que somos queridos por el mundo. Digamos que podemos ser más escépticos con los extranjeros y más calurosos con los nuestros.

Espero que el trato hostil que le dieron los centroamericanos a los mexicanos en El Salvador no pase desapercibido cuando ésos vengan acá.

1 Comments:

Anonymous BeN said...

Me acorde de esto

http://www.youtube.com/watch?v=rBPg-W8tmZs

junio 08, 2009 10:12 a.m.  

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1 comentarios

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