sábado, septiembre 27, 2003

Cuando estaba en la universidad era fan del suplemento cultural de Excélsior, El Búho. Alguna vez fui a entrevistar al director, René Avilés Fabila, a las mismísimas oficinas del diario, a unos pasos del centro del universo burocrático: Reforma y Bucareli (la esquina de la información, según esos weyes).

Bueno, el punto es que, en esa entrevista, Avilés dijo algo que con el paso del tiempo se comprueba y se comprueba y se comprueba:

Cuando entran a la universidad, todos los chavos llegan rebeldes, contestatarios, agresivos: odian a Excélsior, odian a Televisa, odian al PRI y al gobierno, odian la burocracia, odian todo lo que han oído que deben odiar porque no es "alternativo" o "contracultural". Pero... ¿qué pasa al final de la licenciatura, por lo menos los que logran salir de la pobrediabliza y concluyen sus estudios superiores? Pues, nada, que todo lo que alguna vez odiaron forma parte de sus hábitos cotidianos, es decir ahora ya se peinan, se bañan, se ponen trajes, leen Excélsior y a Monsiváis, trabajan para el gobierno y forman parte de la nómina... Ya no leen La Jornada, la cual han sustituido por el News o, en su defecto, por el Unomásuno.

En efecto. Conozco varios tipos que despotricaron al principio contra el gobierno, las normas y sus procedimientos (trabajar para el Estado era algo impensable), pero que ahora forman parte de la lista de empleados que, a costa del pueblo mexicano, reciben cada quincena su retribución en las pantallas monocromáticas Printaform de los ATM.

Así que... no la hagan de emoción y no se digan "rebeldes" cuando a final de cuentas terminarán siendo lo que antes criticaron...

Y no vengan con fellatios de que "están dentro para combatir el monstruo desde sus entrañas...".

Por favor!

mbg