miércoles, julio 07, 2004

Los miércoles son la indefinición: ni son el principio de la semana ni tampoco el final.

Según un antiguo colega, al mediodía del miércoles la semana había terminado porque ya estábamos de bajada. Es probable. Pero debe recordarse que también hay burócratas de tiempo completo y horas extras que llevan la oficina --así como los usos y costumbres respectivos-- a sus casas y departamentos.

Las solicitudes de desayuno, comida y cena deben hacerse por escrito dos horas antes, y las salidas al parque o al cine son reportadas en un informe quincenal que se envía al Titular de la Unidad, en este caso, el propio burócrata en su papel de padre de familia.

Los arrumacos y escarceos están contemplados en la partida 3347 del Plan de Desarrollo Familiar --anual, por cierto-- en el que también se detallan las peleas, discusiones y malos entendidos a los que puede recurrir la esposa para encarar la actitud de su cónyuge. Los niños, por su parte, sólo pueden gastar lo que está estrictamente aprobado por la Asamblea General, es decir por papá y mamá, y el no cumplimiento de este presupuesto puede acarrear que los parlamentarios del hogar hagan desde un exhorto hasta una llamada de atención con comparecencia incluida hacia los morosos y deudores de los recursos escasos.

Junto a la puerta, abajo de las campanitas con delfín de buena vibra china y al lado de la foto de la nena en su primera comunión, está el reloj checador. Toda entrada y salida es reportada, por lo que es imposible querer engañar a la madre en su versión de Coordinadora Administrativa de la Unidad. Debe agregarse que las visitas también tienen que registrarse, aunque en su caso lo hacen en una libretita marrón que se acompaña de un lapicero Bic amarrado con una liga con el fin de evitar posibles robos o hurtos al interior de la dependencia-hogar.

Como suele suceder, la situación es llevadera o, para decirlo en términos actuales, el balance entre democracia e ingobernabilidad es favorable a la primera, aunque se prevé que al alcanzar la mayoría de edad los chicos puedan rebelarse ante las imposiciones de la Asamblea y el Director General en turno (el Plan de Desarrollo Familiar contempla, en un arranque de futurismo, el que el Director General pueda ser sustituido, es decir modificar al titular pero no a la plaza).

Así, la vida burocrática no concluye jamás. De hecho, no se crea ni se destruye, tampoco se transforma y su reino no tendrá fin.

Nosotros, a final de cuentas, hemos trascendido la idea del tiempo y el espacio: como la Administración Pública somos omnipresentes y eternos.

Ya lo decía un antiguo profesor: el origen de la disciplina puede encontrarse en la Biblia, en el libro del Éxodo y en la narración de la conformación de los 12 pueblos de Judea. Noé también fue un burócrata al haber llevado puntualmente el inventario de todas y cada una de las parejas de animales que abordaron su barco en esa interminable lluvia del final de los tiempos.

Dios mismo tiene un aparato burocrático compuesto por N número de santos, ángeles y vírgenes que se encargan de procesar todas las peticiones terrenales que buscan salud, bienestar, amor y otras pasiones humanas reflejadas en dinero, sexo y rocanrol. Claro está, el demonio también posee una estructura organizacional, aunque, debe recalcarse, es menor a la que posee Heaven, Inc. Esto puede explicar por qué ha perdido la batalla después de 2 mil cuatro años de cristianismo en el hemisferio occidental.