lunes, agosto 01, 2005

Los relámpagos de agosto

Hoy vamos a inaugurar una nueva forma de hacer blog. Primero escribo en mi humilde PC de 1998, Pentium III, marca Dell, con algo así como seis GB de capacidad, en programa Word (o procesador de textos, para los puristas del lenguaje... como yo), después se lo envío a mi colega Paco que, apoltronado en alguna oficina de Polanco, vecino del Au Pie de Couchon (o como se escriba ese recinto de los placeres culinarios franchutes) observa la vida pasar por el Paseo de la Reforma, posteriormente mantengo la esperanza de que, en un momento de ocio entre tanta cosa legal que revisa diariamente, lo pueda subir al Sexacional de Burócratas, el blog de confianza del funcionariado público, cuya plataforma sigue bloqueada desde este Ministerio que alguna vez fue tornado y ahora sólo es un volcán apagado.

Bueno, y para abrir boca estoy viendo en una crónica del gran Jairo Calixto Albarrán, cuya materia prima fue el último informe de gobierno de AMLO en el Auditorio Nacional, hecho que lo lleva a comparar con los conciertos de RBD o Luis Miguel en ese mismo recinto, que a Alejandro Encinas, el próximo Jefe de Gobierno de todo este ranchote electrónico, sus coterráneos de partido le llaman... Papá Pitufo. ¡Juar juar! Hasta voltearon a verme mis vecinos de banca por lo estruendoso de mi carcajada ante tal descubrimiento (ojalá esto no dé pie para que también nos censuren desde las oficinas del GDF).

Según Reforma, Maude Versini, actual esposa del todavía gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, cobra como presidenta del DIF de esa entidad la friolera de 146 mil 171 pesos con 56 centavos. Imagino que esos 56 son los que suele donar en los Oxxos o en el Wal-Mart cuando los cajeros le preguntan si desea redondear su pago para alguna causa que, por humanitaria, no tiene que ser especificada. Es bueno ser ejecutivo estatal, pero es mejor ser entrevistadora extranjera que se gana el corazón de un político regional con ambiciones nacionales. Una señal para todas esas egresadas de la Carlos Septién (o de cualquier otra escuela formadora de periodivas) que, en lugar de andar perdiendo el tiempo de culturosas dizque publicando poesía e inefables pensamientos cursis en blogs de baja calaña, mejor busquen exclusivas con algunos de los 31 gobernadores o de los 2 mil 436 alcaldes que existen en el país. Igual y a alguno se lo ligan y, entonces, desde cualquier puesto de poder local, puedan dar rienda suelta a sus más bajos deseos de fama, poder y fortuna, ¿no?

Lo que sigue es un buen ejemplo de lo que eran los llamados "hombres del sistema", algo que le urge al país ahora: de acuerdo al artículo de Gabriel Zaíd publicado el día de ayer en Reforma, "cuando Gustavo Díaz Ordaz fue destapado como presidente de México, mandó llamar a todos sus parientes (según cuenta uno de ellos), que llegaron alborozados para recibir un baño de agua fría. No quiero que me pidan favores. No voy a permitir que usen mi nombre para hacer negocios. Mucho cuidado con que alguno se acerque a un funcionario, buscando tratos especiales. La patria es primero". Ante esto, ¿qué será peor? Un presidente del temple autoritario –pero declarado—de GDO, o bien, un presidente y su familia –supuestamente—democrática que, bajo las sombras del poder, se encarga de enriquecerse y de recibir privilegios por su investidura para luego hacer donaciones para los niños con cáncer?

Dos nuevos personajes para la Galería del Horror de esta oficina. El primero, el Robocop. ¿Quién es este tipo? A grandes rasgos: es un semi-chavo, alrededor de 30 años, office-boy y cuyo rasgo característico –que le valió el mote—es que, por alguna razón, camina como tal, es decir como el policía Murphy una vez rediseñado para combatir el crimen de Detroit. Imagino que es algo así como una malformación congénita, o bien, que fue algún accidente que le dañó el sistema sicomotor. Neto, no es mala leche de mi parte. Es de los clásicos que están entre normales (por decir algo) y los totis. Esos mismos que como que miran raro y siempre están al borde de enredar las palabras con la lengua. De esos que tienen un inmenso poder en sus manos y brazos por su condición. Esos que para enfocar un objeto lo revisan de arriba para abajo una, dos, tres, cuatro, cinco... las veces que sean necesarias. El asunto no iría más allá de eso si no fuese porque este tipo es, en verdad, una fichita. Perrea a todas las chicas habidas y por haber, suelta tremenda carcajadas por nimiedades, se cree galán (es del tipo de los que llegan y dicen "hola, bonita..." a las secretarias) y, además, siempre tiene detalles cotorrones que rayan en el absurdo (el último fue salirse de un curso dizque porque lo que estaban viendo "él ya lo sabía", imagínense...). Robo es un buen candidato para llegar con una granada expansiva (como de las que explotaron en el palenque de Tonalá) y matarnos a todos un buen día en que su parte cuerda se rebele ante la zona down que tiene instalada en su cerebelo.

La segunda personaje de la semana es una secretaria que se llama Laura. Es mujer de otro freak –del cual hablaremos próximamente—y está asignada a un director de área. Bueno, el asunto con esta mujer menudita, feona (la verdad) y en sus 30, es que siempre, siempre, siempre está corriendo o trotando o queriendo desplazarse a la mayor velocidad posible por los pasillos de esta oficina. En serio. No hay día en que no ande con el Jesús en la boca. Todo el tiempo está en posición de ay, no llego, tengo que apurarme, tengo que apresurarme, rápido, rápido, no llego, no llego... Digo, todos hemos hecho eso alguna vez cuando algo verdaderamente urge (y aún en esos casos, la verdad, quien lo hace se ve sumamente ridículo). Pero, por ejemplo, llegar a las nueve de la mañana ¡corriendo! O sea, ¿cómo? Cuando no hay nadie cerca o cuando no están los jefes no la motiva a tomar un receso en su loca carrera. No. Al contrario, anda estresada yo creo que porque no tiene motivo para estar estresada. Su máximo es cuando suena su teléfono. Yo creo que eso le quita cualquier tipo de pena –si es que llega a sentirla—para emprender la mega carrera con destino a su lugar. No puede ser. En serio. Todo el tiempo corriendo. Imagino que le falta sexo que le baje la adrenalina que trae por todo el cuerpo y le hace creer que, en caso de no apurarse, este país y sus vecinos del continente se podrían colapsar. Por favor, un poco más de calma, ¿no?

Bueno, pues hasta aquí esta colaboración. Ya revisaremos si este nuevo esquema funciona correctamente. Paco, por favor, sube este post y seguimos en contacto.

Aguante.

Burocracia ya. Chamba para todos.