miércoles, mayo 10, 2006

Madre sólo hay una

Hoy queremos felicitar a las madres en su día


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Ja, ja



No llegaremos a caer en esas cursilerías, tal vez nos veamos obligados a dar algún que otro regalo o a felicitar a una que otra madre, pero de mi parte no me trago este día de nausea.

Ya las calles estarán, como cada año con un tráfico del diablo y el sol inmisericorde cayendo sobre las cabecitas pintadas de las madrecitas que son llevadas en su día a algún restaurante, o a la casa de alguno de sus hijos para ser agasajadas; o en el peor de los casos, ya estarán terminando de preparar el banquete para todos los invitados que vendrán a su casa a festejarla, será un día duro, pero valsrá la pena.

En este ritual anual no faltarán las visitas a los panteones (abandonados el resto del año), los festivales escolares, las fiestas en la colonia o la clásica empedada con la canción de Juan Gabriel (ahora más de moda con la muerte de la Durcal), ni los pleitos a la hora de la madrugada en los que todos terminan mentandose la madre.

Y así año con año, en una más de nuestras fiestas interminables. Comienzo a pensar que si el objetivo de festejar es no dejar pasar por alto una ocasión importante, ya con tanta festividad ese fin se pierde para cederle el paso a la simple oportunidad de asistir a una comilona gratis o tener un pretexto para no ir a trabajar al día siguiente.

Y para ser coherente, espero poder salir temprano hoy, por lo menos a tiempo para acudir a zamparme un pozole a casa de mi suegra -que le queda bien- previo ritual de felicitarla y entregarle un regalo de flores comprado de paso en Jamaica.