Consideraciones sobre el fútbol nacional en domingo por la tarde
a) Yo no sé en serio qué les pasa a las directivas mexicanas. Su comportamiento sólo podría explicarse si fuesen dueños no del equipo que dirigen, sino de su peor competencia. Sus actos son inverosímiles. Dos casos. Las de Cruz Azul y Santos Laguna (por ser breves). No puede ser cómo sostienen a sus respectivos técnicos cuando sus cuadros hacen agua por doquier. Ni el judío Mizrahi ni el bastante ordinario Daniel "El Travieso" Guzmán me parecen adecuados para dirigir a tales equipos. Ellos están bien para los Petroleros de Salamanca, para el Zacatepec (o "Socio Águila"), para los Lobos de la BUAP o para los Chapulineros de Oaxaca, pero no para un equipo de Primera División, menos cuando se consideran a sí mismos "grandes" (como los cementeros). Pero ahí los tienen, los protegen y, como en el caso de los lecheros, hasta anuncian con bombo y platillo que continuará en el puesto hasta la fecha 17. Ojalá así sea, para que se vaya con todo y los "Guerreros" directito a la Segunda. Joder.
b) Pumas tiene mucho tiempo que es mediocre. Con dolor en el alma lo digo. Recuerdo los tiempos en que el Orgullo Azul y Oro sembraba el terror por los campos mexicanos con ese juego vistoso, espectacular, provocador, emprendedor, no sé... todo lo que podría decirse de un cuadro ofensivo, pletórico de chavales bastante prometedores y con un alto sentido de identificación con la Universidad Nacional. Ahora, lleno pero de anuncios en el jersey, con varios extranjeros bastante chafas y con casi nula producción de la cantera, Pumas es un equipo predecible, cuya máxima aspiración es salvarse del descenso y que es más comentado por lo que la hinchada hace en la tribuna que por el fútbol desplegado en el césped. Lo del bicampeonato me parece que ha sido un espejismo. Una de esas rachas motivadas por la presencia de Sánchez y por ese año dorado del 50 aniversario. ¿Y luego? Vuelta a la realidad. Este espacio es bastante pequeño pero, por ejemplo, ¿qué me dicen de las pésimas contrataciones que ha hecho la directiva --otra vez el tema-- no sólo de jugadores, sino hasta de técnicos? ¿Les dicen algo los nombres de Zermattén, Álvarez, Dulanto, De Almeida, Sabatini, un serbio que siempre que entraba lo echaban expulsado, de Lavallén, en fin... de tantos nombres como ustedes quieran? Pero, como decía, ¿alguien recuerda a Pablo Luna, a Rafael Amador, a Roberto Saporiti, a los eternos bomberos Servín y el otro que sí no recuerdo cómo se llama, en el banquillo universitario? Es más, ¿alguien puede decir que los "arieles" (López y González), que de argentinos tienen lo que yo de noruego, o que hasta el inflado y sobrevaluado Leandro son jugadores que dan el ancho en Pumas? Joder. El único buen extranjero que ha llegado al equipo en mucho tiempo ha sido Verón. ¿Por qué no traen a gente como a la Cobra Muñante, al mismísimo Cabo Cabinho (aunque ahora ha salido bastante chillón), a Domizzi, al chileno Vera que nos condujo con sobriedad y elegancia al campeonato de 1991 contra el odiado rival? Bueno, ahora está el Tuca y los chavales con sus jerseys Lotto atascados de Boletazo, Estrella Blanca, Banamex... en fin. Y, claro, no descenderán. Pero, ¿eso es todo? Pumas, una verdadera pena lo que sucede con el equipo.
c) Y hablando de la publicidad en los uniformes de los cuadros nacionales, ¿no habrá alguien que se anime a reglamentar su inclusión en los jerseys? Veo otras ligas, otros campos, otros países y no encuentro lo que en México (me refiero a verdaderas ligas porque si nos dirigimos al fútbol de Honduras, por ejemplo, sucede lo mismo): la mayoría de los equipos parece que son una carpa ambulante pletórica de anuncios y patrocinadores de cualquier especie. El otro día que jugó el Pachuca en suramérica lo comentó correctamente el narrador: ¿por qué trae tanta publicidad? Exacto. Lo de ya casi no tener espacio para poner el número o el escudo del equipo es de equipos chicos, provincianos, no de los que supuestamente son grandes o al menos quieren serlo. En México casi todos los cuadros ya no encuentran lugar para meter más publicidad. Los casos más patéticos los he visto cuando incluyen anuncios en el short, a la misma altura del esfínter. Aunque ahora también les ha dado la costumbre de ponerse unas como bandas en la cabeza que dicen "Canels" o "Voit". Y luego agarran cada patrocinador que bueno (Farmacias del Ahorro, Banco Azteca, Soriana, ¿por qué mejor no se buscan uno solo, transnacional, y asunto arreglado?). Necesitamos hacer una purga stalinista para limpiar los símbolos de identidad de los equipos mexicanos.
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