martes, julio 24, 2007

EL CIRCO

Hacía años que ya no había ido al circo. Mi recuerdo lejano era bastante malo: el circo Atayde Hermanos, en la Arena México o el Palacio de los Deportes, no sé con exactitud, era niño en la década de los 70´s del siglo pasado. Se trataba de un circo de 3 pistas, no entendía bien cuando unos aplaudían y otros veíamos que no pasaba nada en la pista más cercana, lo cual era un decir, ya que nos tocó un lugar desde lo más alto de las gradas. Otra cosa que permea mi recuerdo es el ambiente algo lúgubre de cualquiera de los inmuebles mencionados; no me daban ni ganas de reir con cualquiera de las gracias de los payasos.

Despues de muchos años, este fin de semana fuí al circo con mis hijos. No se veía mal, pero pensaba, es un circo de pueblo, de ninguna manera mis espectativas eran ver el cirque du solei, pero el espectáculo fué mejor de lo esperado.

Para empezar, estaba lleno, un circo en una ciudad pequeña es todo un acontecimiento, cosa también distinta cuando los ves llegar a la ciudad de México, nunca se llenan y se ven tristes y desolados. Entonces digamos que como que había ambiente y los artistas se inspiraban, se veía el entusiasmo. Había pagado quince pesos por cada boleto como promoción y entrando me ofrecieron que por cincuenta pesos más me daban lugar hasta adelante en una especie de palco, bastante modesto, pero bueno, así que acepté, a los niños les gustó.

Realmente lo único salvable era el espectáculo de los felinos, eran seis tigres, dos de mayor tonelaje, se veían cuidados, bien alimentados y entrenados, a mi hijo le gustó mucho, de hecho fué lo único que le gustó, después de eso se durmió.

El resto de la función fué moderadamente buena. Los trapecistas, la contorsionista, los caballos y camellos y los payasos. Estos últimos sí lograron ser simpáticos, uno era chileno otro tenía pinta como de argentino, pero juro que era el hermano menor de Joaquín Sabina, tenía cierta desisdia, cierto aire de hartazgo que no podía esconderse, pero cumplió como profesional y con la conocida impresión de que los payasoso no son del todo felices todo el tiempo.

Se acabó la función, salimos y ya estaban formados para la siguiente, parece que les va bien a estos circos en provincia, pasamos por la parte trasera del circo donde estaban los remolques, camionetas y hummers de los cirqueros, me dejé de preocupar por la viabilidad del negocio, creo que seguirán existiendo algunos años más.