viernes, agosto 10, 2007

Viernes 22.38

Nada más por no perder la tradición... porque de ordenadores ya no quiero saber nada por el día de hoy.

El PIG nos sigue poniendo la bota en el cuello. Pero al final venceremos. ¡Adelante!

Ah, pero, ¿de qué iba el post de hoy?

Ya..., de algo burocrático, tan burocrático como lo puede ser la frase que antecede al nombre de casi cualquier funcionario público de por estos lares: LICENCIADO.

¿De dónde viene la palabra LICENCIADO, licenciado?

De aquí... Veamos.

Tiene el mismo origen que lícito: el latín licitus (permitido), participio pasivo del verbo licere (‘ser lícito’ o también ‘estar en venta’). De ahí el significado de licencia con el sentido de ‘permiso’, y de licenciado como aquel que tiene un permiso otorgado por una universidad para ejercer una determinada actividad. La idea de permisividad a que alude licere aparece también en licencioso, palabra que se refiere al uso abusivo y descontrolado de la libertad. Del otro significado del verbo latino, ‘estar en venta’, se derivó licitación y toda su familia: licitar, licitante, licitador.

Y ya. Por favor, un poco de sueño reparador para mañana seguir en esta jornada (ya no parecemos funcionarios de un país segundomundista, sino mano de obra de maquiladora del sur).

Salud y buena ventura para todos.