viernes, octubre 29, 2004

El gabinetazo oligofrénico.

Primero, el ministro de Interiores sale muy hombrecito a decir que si él no pone orden, nadie lo va a poner. ¡Ja! ¿Después de cuatro años se ha dado cuenta? ¿Ya no sólo quiere coger la rienda de los caballos Domecq? ¿Ahora sí va a asumir su cargo? Misterios sin resolver...

Ahora, el presidente municipal de México, Vicente Fox, dice que "gracias a Dios y a las políticas zedillistas México goza de estabilidad".

Juar, juar.

Ya no se sabe si reír o si llorar.

¿No acaso Zedillo era parte de las ratas, víboras y demás fauna elocuente de la que el discurso del guanajuatense se llenaba en plazas y reuniones? ¿No era el objetivo sacar al PRI de Los Pinos? ¿No íbamos a crecer al siete por ciento anual bajo su mandato?

Resulta que hoy día, si no fuese por ese ex priísta multi-chambista de la actualidad, todos estaríamos viendo de cerca el despeñadero.

Cada vez comprobamos más que la presente administración pasará a la historia como la peor dirigida de toda la historia contemporánea reciente. Lo peor es que eso dará alfombra roja al regreso del PRI con todo su ardor y su rencor en menos de lo que ellos piensan.

Dios, Zedillo, por favor, ¡iluminen al Señor de las Botas!