viernes, octubre 22, 2004

El gran Jairo Calixto Albarrán sigue dando buenas líneas como en su mejor época de El Búho. Dale, aquí va algo sobre nuestro hombrecito ministro del Interior.

"...y lo peor es que lloran como mujeres lo que como hombres no supieron complotar, recurriendo al melodrama ranchero para despertar la conmiseración. En ese sentido --y me consta porque lo vi en varias portadas de periódicos donde coinciden que Creel se declara víctima de AMLO-- a nuestros compatriotas no les queda otra que reírse a carcajadas como en la llamarada cuando se fue tu amor. Sí, en qué cabeza cabe que luego de las madrizas y persecuciones que el foxismo ha desatado sobre el GDF, el sospechosista de Creel puede salir e injertarse en víctima triunfante ("¿por qué utiliza López Obrador el escándalo para defenderse?, ¿por qué ha operado de esa manera?", sob, sob).

Digo, que no la friegue. Qué clase de secretario de Gobernación es este que en vez de generar terror como Echeverría, Bartlett, Latrocinio González Garrido o Gutiérrez Barrios, quiere generar ternura y una pizca de piedad.

Como dice el proverbio chino: "hacer las cosas en lo oscurito no quiere decir que se hagan a lo güey".

Milenio Diario, octubre 22, 2004, p. 2.

Resumiendo, colegas, comparado con el actual ministro Creel, Esteban Moctezuma Barragán era una combinación extraña de Ceacescu, Stroessner y Garrido Canabal.