viernes, octubre 22, 2004

Bien, hemos llegado después de las vacaciones. Han pasado muchas cosas en el país, ¿ah? Ya mi colega el burócrata Justiniano ha dado cuenta de algunos de los acontecimientos que han cimbrado a La Patria en los últimos días. A mí, francamente, el que más me hizo sentir erizada la piel fue la escena en la que Fidel Castro va directamente a morder el polvo durante un acto multitudinario en Cuba. ¡Esa sí que ha sido una imagen para la posteridad! El viejo dictador caminando muy quitado de la pena y, de repente, ¡zas!, golpe y porrazo por no haberse fijado en que había un escalón en su camino. "Me ganó la Ley de Newton", ha dicho en una carta dirigida a sus paisanos. Más bien es la Ley de Murphy lo que le avecina al máximo dirigente cubano.

Pero, volviendo a nuestros campos de tunas y magueyes, de microbuses salvajes y taxis ecológicos, de tortas de tamal y tacos campechanos, la cosa no anda nada, nada, nada bien. Por un lado, la mega-bronca Ejecutivo Federal versus Gobierno del Distrito Federal. Entre recortes presupuestales, increíbles eficiencias en la administración de justicia para coger a fugitivos en zonas místicas y misiles tierra-tierra en versión Betacam SP, el pleito parece tomar un nuevo derrotero de intensidad: no puede haber negociación, todo lo que pierdas tú, lo gano yo. El viejo asunto de la política como el juego de suma cero.

El ministro de Interiores se ha mostrado sorprendido de la reacción del Jefe de Gobierno. ¿Pues qué esperaba? Lo están acribillando por todos lados y aún piensa que debe quedarse con los brazos cruzados esperando la última estocada. Ya lo dijo ayer Godoy, el X presidente nacional del PRD: el que se lleva se aguanta. Pues sí. Primero quisieron arreglar todo como hombrecitos, ¿no?, pues ahora hay una muy buena oportunidad para demostrar qué significa tal expresión.

En fin. No quiero hacer un recuento de lo que todos ustedes ya saben y conocen hasta la saciedad. Sólo quiero resaltar el hecho de que, preocupantemente, los temas públicos y políticos en México no están nada normales. Repito, es preocupante porque, si nos ponemos a pensar todo lo que nos ha costado llegar a estados más o menos democráticos, todo lo que ha tenido que suceder desde 1959, 1968, 1971, 1985, 1988, 1994, en fin, desde la fecha que a ustedes más les mueva el corazón, pues da un cierto sentimiento de frustración el que parezca que todo se puede ir directito al averno por no saberlo cuidar. Nada más acuérdense cómo hace apenas 10 años no había la libertad de expresión que hay ahora.

Pero como ya estoy haciendo discurso ideológico de viejito, mejor aquí me detengo.

El punto es que estamos de vuelta. Y también que los Pumas van remontando posiciones. Y, lo mejor, que las gallinas se hunden cada vez más y más en la peor de las ignominias...