miércoles, marzo 23, 2005

Caldo de oso

La mexicana alegría no cambia.

Las fotos de los balnearios cercanos a la Ciudad de México aparecidas en los diarios de hoy son idénticas a las que se publicaron en 1986 ó 1992. Miles de doñitas, ñores, macuarros, chavales y demás fauna aportando sus olores y humores al agua para formar el denominado Caldo de Oso. El Rollo, Tepetongo, Oaxtepec, La Malinche. Todos se atascan de alegres mexicanos por estas fechas santas para hacer homenaje a esa pregunta contundente que afirma ¿cuál crisis?

El Caldo de Oso formado por sudor, saliva, orín, menstruación, excreciones de heridas por operaciones, cesáreas o liposucciones. En casos extremos hasta pequeños serotes se pueden notar flotando por el ambiente. No es extraño que en algunas zonas de esas albercas (por llamarlas de algún modo) el agua esté más tibia que en otras. Claro, la presencia de cientos de críos brincoteando con sus camisetas de las Chivas o el Cruz Azul delatan que todos se han orinado ahí y, por lo tanto, la temperatura ambiente se ha incrementado.

Debería sacarse una muestra de esa agua y venderla como producto milagroso en los infomerciales de la madrugada.