jueves, abril 07, 2005

JUEVES SANTO

Todos conocen la historia: Tras entrar triunfalmente a la gran ciudad y ser recibido por su pueblo es acusado por los altos jerarcas, quienes azuzan al mismo pueblo para condenarlo a muerte, tras el grito ¡DESAFÓRALO! ¡DESAFÓRALO! perdón: ¡CRUCIFÍCALO! ¡CRUCIFÍCALO!

Como dicen: a toda capillita le llega su fiestecita y a AMLO le prepararon un fiestonón. Al escribir estas líneas ya el Peje se había dado su baño de pueblo en el Zócalo y ya había comparecido en la Cámara de Diputados, se encontraban desahogando los argumentos en pro y en contra de los ciudadanos diputados. Aquí es de resaltar el nivel del debate planteado, no soy lopezobradorista ni lo seré (me desagradan ciertos desplantes y estilos autoritarios, digo al nivel de así se hace porque lo digo yo, tampoco es un Stalin en potencia), pero debo expresar mi respeto y admiración por los dos discursos de hoy: una cátedra de ética pública -al nivel yo diría, sin exagerar, del célebre discurso de Martin Luther King en Washington- discursos bien estructurados, por ese simple hecho merece un lugar en la historia política de nuestro país. Nivel que se denota más con los discursos posteriores al favor del desafuero de personajes como el probo y letrado Döring, o el doctor Juan de Dios Castro quien ve claramente el azul como color de los pendones patrios que adornan precisamente la sala parlamentaria.

Una mención aparte merece la intervención de una diputada del PRD de apellido Ladrón de Guevara, no la conocía y con todo respeto no tenía la facha de perredista, inició diciendo que hablaba con la experiencia que la avalaba con años de ejercicio como Juez de Distrito en materia administrativa. Elaboró una exposición centrada, seria y puso el dedo en la llaga de todo sistema judicial, la aplicación del derecho no siempre es la aplicación de la justicia e invocó los casos expuestos en la literatura universal como en Los miserables de Victor Hugo, Voltaire y otros. Ahí está el detalle, no hay un sistema judicial perfecto, al contrario vemos a diario casos en los que la justicia es manipulada. No lo dijo la diputada, pero mientras en el Congreso se desgarran las vestiduras porque el Jefe de Gobierno presuntamente no acató una orden judicial incurriendo, horror, en un delito, los capos se pasean impunemente por todo el territorio nacional con la complicidad de judiciales, ministerios públicos, jueces, gobernadores, que como dicen los diputados protestaron al tomar su cargo cumplir y hacer cumplir la ley.

Cualquiera que haya sido víctima de algún tipo de abuso de autoridad (desde al que golpearon por orinar en la calle o la pareja que es sorprendida en el acto en su bocho, o los que tienen que rogarle a un juez para que no sentencie a 20 años de cárcel aun jóven por robarse un disco en el Walmart) sabe lo limpios e imparciales que son los administradores e impartidores de justicia en nuestro país. O al contrario, los que son diputados y van manejando en estado de ebriedad, o los que son hijos de algún influyente y por ese hecho son liberados inmediatamente despúes de haber incurrido en el homicidio imprudencial de algún desafortunado peatón, también sabe lo amplia que puede ser la manga de la justicia.

En fin, como el propio López (como despectivamente le llaman sus detractores) lo dijo, no hay mal que por bien no venga. Ahora hicimos un breve recorrido por el barrio en el que se asienta este ministerio y encontramos que desde la carnicería y puesto de verduras del mercado, hasta las cafeterías y cantinas, había un monitor o de perdida un radio sintonizando el debate protagonizado en la Cámara de Diputados (ni en sueños acaparará una atención ciudadana similar un informe de gobierno, por ejemplo). Conclusión: nuestros legisladores y nuestro ejecutivo lograron que el ciudadano común se interesara por asuntos de insterés público y tuviera activa participación ciudadana, a ver si lo anuncian como un logro del Gobierno del Cambio o ya de perdida en algún spot de alguna de las a. c. ´s piratas que se dicen defensoras del Estado de Derecho.