miércoles, abril 27, 2005

Loco, ¿no te sobra una moneda?

Un colega me recomendó su blog. Ya he citado aquí que cada 7.4 segundos nace uno en el mundo. Ya he editorializado esto diciendo que la porquería se apropia de la súper carretera de la información.

Bueno, reviso la dirección, la escribo en la sección correspondiente, se despliega, lo leo y pienso, vaya, más porquería. Como ésta que lees, como otra que puedes tomar a manos llenas si entras al directorio de Blogs México.

Todos se creen escritores. Todos están tocados por El Don. Todos han sido paridos y después han roto el molde. Todos son incomprendidos y viven adelantados a su época. Todos sólo esperan ese maldito momento en el que aparecerá la tal ansiada maldita oportunidad en la que alguien los descubra y el mundo sepa el talento que se había perdido hasta ese maldito instante.

Nosotros, Los Burócratas del Ritmo, quienes también publicamos porquería (por lo que agradecemos infinitamente a nuestros lectores), hemos dejado en claro desde el inicio que somos eso, es decir burócratas y no escritores, con todo lo que rodea esta palabra en términos de bluff y parafernalia culturosa.

A mí, para ser honestos, me interesa publicar algún día en el Public Administration Review o en Public Management o en Gestión y Política Pública, pero no en tu fanzine ni en ninguna otra cosa que presente muchas palabrotas y reseñas sobre borracheras con el fin de que digan, eh, tú, mira, éste sí es un escritor. Conozco a varios de esa ralea y lo único que se destaca de ellos es su pésima ortografía.

Retomo el tema del blog de mi colega. Vuelvo a leerlo y descubro algunas cosas mías ahí. No sé, ideas o títulos. Quizás un poco el tono del texto. Me avergüenzo medianamente. Si este blog puede considerarse el producto de otros que leía desde hace mucho tiempo, el de mi colega es un refrito del refrito del refrito. Por favor, no me otorguen la paternidad de esas cosas. Tampoco copien mis ideas, ya que no son mías.

Ante esto, lo mejor es hacerse un poco el loco y llevar la fiesta en paz. Decir, eh, sí, lo he leído y me pareció... diferente, a espetar algo como, colega, lo tuyo no es escribir. A final de cuentas, en la política --y en la administración pública-- se trata más de sumar que de restar.

¿Les gustan los blogs? A mí también. Pero también sé que si quiero leer algo mejor, recurro a los libros impresos, lo cual me conduce a revalorar el papel del editor como un necesarísimo filtro social.

¡Larga vida a los editores y a las editoriales!