martes, abril 26, 2005

26-A

El Sr. López --apelativo que se han adueñado los malvibrosos que lo odian-- sigue ganando. Entre más le pegan, más sube en las encuestas y más firme se ve ante los medios y la gente. Ahí estuvo la Marcha del Silencio, los mítines en Villahermosa, Tepic y Guadalajara, el regreso a sus oficinas en el Ayuntamiento de la ciudad. Nada parece detenerlo. Ni los ataques velados del Sr. Aguilar (el X-Men vocero de Presidencia), ni las chapucerías que los "maquiavélicos" panistas le han tratado de endilgar, ni las fianzas que las almas caritativas se apresuraron a pagar por su libertad (aunque ni siquiera estuviera preso), ni las bravuconadas que nadie toma en serio del ministro del Interior, ni el desdén prozacquiano del Presidente Municipal Fox.

Hace poco leí un editorial de El Universal en el que afirmaban que el plan oficial contra AMLO no era del todo fallido, es decir que los errores que se perciben eran algo así como parte de la estrategia. Yo, la verdad, a estas alturas sólo estoy convencido de que lo único bueno de la presente administración fue haber ganado en julio de 2000 y que su mandato tiene caducidad en 2006. Nada más. Su capacidad de torpeza es infinita. Ni reformas estructurales, ni acuerdos políticos, ni renovación del espíritu de la administración pública, es más, ni siquiera las trampas y malandronadas les salen bien. Todo un catálogo de torpezas de 2000 a 2006. Es más, ni siquiera a los muertos pudieron poner de acuerdo, tal y como lo muestra el hecho de que Jesús Reyes Heroles aún no puede ser inhumado en la Rotonda junto a Manuel Gómez Morin y Heberto Castillo.


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Tal y como lo advertimos, vimos parte de la Ruta de los Cerdos el pasado viernes. No alcanzamos a ver todo el show del Palomazo, pero sí el de la Botella con todo y baile neo-prehispánico incluido en la rola del Tlalocman. Emocionados y todo porque fue como ver un trocito de historia por el reencuentro de esta banda de culto y, además, por ser como una representación bucareliana del vídeo de Where the streets have no name de U2, especialmente en la parte en la que la gente toma por asalto la calle frente a su banda favorita. El viernes pasó algo similar cuando los alrededor de 100 entusiastas rockers se avalanzaron sobre Bucareli para vitorear a sus charrockers bajo la mirada inquisidora de los PeFePos.


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Cierto, por la tarde tuvo lugar el concierto Surf & Arena en la Plaza Mayor de la ciudad. También nos dimos una vuelta y, vaya, casi lleno y un buen ambiente por doquier. En el escenario Los Perversos Cetáceos calentaban el ánimo en espera de Lost Acapulco y, sobre todo, de los StraitJackets. Y lo calentaban literalmente al presentar a unas go-go dancers que se caían de buenas con sus atuendos amarillos-radar ante los aullidos del respetable y la mirada celosa de las damiselas.

Mucha juventud cotorrona y harta vibra sexosa-culturosa esa tarde-noche en el Zócalo.

Por eso la Ciudad de México rifa, electriza y fascina...