jueves, abril 28, 2005

Vuelta de tuerca

Lo primero que hago en este día tan raro es abrir la edición electrónica del diario nacional La Crónica de Hoy. Esto lo hago con el único y declarado fin de leer y darme cuenta cuán ardidos están hoy estos chicuelos mulás y ayatolas de los medios impresos sobre todo lo que sucedió ayer. Me refiero a la claudicación por parte de Presidencia en seguir empeñados hasta la ignominia en joder al que hasta hace unos días era simple y llanamente el Sr. López.

Y aquí está, miren:

"Cambiarán leyes para que "el señor López" sea candidato".
"Congela Fox la consignación de AMLO".
"Propondrá reformas al Congreso para preservar derechos de quien enfrente juicios".

¡Gori gori gori! Dulce es el sabor de los frutos que rinde la paciencia.

Hace apenas unos días, el viernes ocho de abril para ser exactos, el mismo diario se ufanaba y congraciaba por la caída en desgracia del entonces recién desaforado López Obrador. Veinte días después la cosa ha cambiado radicalmente. El mismo personaje no está preso, no ha caído en las encuestas, no se ha olvidado dentro del imaginario colectivo y, por si fuera poco, ha retornado a sus oficinas en el Ayuntamiento. A simple viste se nota que se han retorcido sobre su propio eje de puritito ardor y saña por la repentina vuelta de tuerca de esta tragicomedia mexicana de principios de siglo. No me da gusto tanto por este semi-final feliz, sino porque con esto se desenmascaran de algún modo todos los que usan a los medios públicos para fines personales (¡saludos TV Azteca!).

Por otra parte, ufffff, esta mañana se puede respirar un poco de mesura y orden en el ambiente. Por fin (¡por fin!) ha entrado un poco de razón dentro de los hombres de Estado, de los hombres del sistema. Al final parece que todas las señales y actos en contra de la necedad han otorgado resultados. Afortunadamente todavía podemos decir que México hace un poco de diferencia con sus homólogos latinoamericanos en eso de seguir jalando hacia el abismo con singular alegría y dedicación.

En el discurso que ha pronunciado esta mañana el Jefe de Gobierno del D.F. ha dado las gracias a todos aquellos que, de acuerdo con su particular punto de vista, han ayudado a que la situación se vislumbre un poco más clara y más provechosa para todo el país. Entre ellos ha mencionado a los estudiantes, las amas de casa, los editorialistas, los cartonistas, en fin, todos aquellos que bien pueden ponerse un jersey que diga "Yo soy la sociedad civil profesional", sin temor a ser reprendidos por falsedad de declaraciones.

Sin embargo, yo agregaría un elemento crucial que se está olvidando: el o los asesores de Presidencia de la República.

Quiero creer, en serio, fervientemente, que alguien o algunos dentro del poder le estuvieron diciendo desde el principio de este enredo a Fox que por ahí no era el camino, que su ruta iba directo al despeñadero. Espero que esos mismos hayan sido los que, al final, hayan triunfado sobre los Halcones de petatiux con base en sus argumentos, proyecciones y escenarios. Ojalá su acción haya sido determinante para que el Ejecutivo Federal haya decidido tomar otra actitud y estrategia.

Digo que lo quiero creer con fervor por la sencilla razón de que aún le otorgo un enorme grado de confianza a la Administración Pública y sus hombres como la vía más racional de institucionalizar la resolución de problemas.

Si todo se debió a que se acabó el toloache, el Prozac, o que a la Sra. Marta se le durmió el gallo y no le pudo aplicar puntualmente sus dosis de tenmeacá a su marido, o que el Sr. Fox recibió una visita del Arcángel Gabriel (o hasta del mismo Ángel Caído) para decirle que en el firmamento pensaban ya en crear al Santo Patrono de los Desaforados, o que Ratzinger hizo una llamada vespertina a Los Pinos, o que al echar el Tarot el día de ayer salió una carta esotéricamente premonitoria con la figura del tabasqueño empuñando un garrote, en fin, si tal decisión se debió a un súbido arranque metafísico, entonces, queridos lectores, sí estaremos perdidos irremediablemente.

El daño está hecho. Me refiero al daño que se ha hecho a sí mismo el actual gobierno. Sin embargo, desde esta humilde trinchera bloguera aplaudimos la decisión anunciada ayer y esperamos que todo vaya mejorando para este país que necesita ya que sus mejores hombres tomen el control y se pongan a trabajar.

Estaremos pendientes de cómo vayan evolucionando las cosas.

Alabado sea.