Faltan 11 días
Anoche sí estuvo punk el noticiario de las 22.30. No esperaba otra cosa para el Día del Amor.
Primero, el asunto de la justicia selectiva por dos bellísimas botellas de cognac para mi gober precioso. Traer esposada por 30 horas a una periodista desde Cancún hasta Puebla, meterla a la cárcel y, además, recomendarla con las locas y las tortilleras porque se atrevió a tocar con la hoja de un papel Pétalo al que llaman Rey de la Mezclilla. ¡Qué chula es Puebla!
Segundo, las imágenes bastante surrealistas de la plaza del Ayuntamiento del pueblo de Atitalaquia, Hidalgo, en donde panistas y policías estatales protagonizaron un rudo combate al ritmo de las notas del Himno Nacional. Cohetones, petardos, toletes, botas, escudos antimotines, machetes y gritos y sombrerazos. Pero eso sí, mientras ocurría el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y cara a cara se escuchaba como música de fondo el estribillo de "Mexicanos al grito de guerra...".
Tercero, el caso de un médico que fue secuestrado cuando iba rumbo al aeropuerto y cuyos captores lo mataron a pesar de que la familia ya había pagado el rescate. El que fue su jefe en el hospital donde trabajó envió una carta conmovedora en la que se hace la misma pregunta que tendría en la cabeza cualquiera al que le sucediera tal desgracia, ¿por qué?
Cuarto, no es Irak ni Guantánamo, pero Juchitán, Oaxaca, no se queda atrás en cuanto a violencia a la hora de desalojar a los manifestantes que estaban instalados en la plaza del Ayuntamiento de ese lugar. El bicentenario Juárez García estaría orgulloso de ver en qué ha degenerado la entidad federativa que lo vio nacer.
Quinto, la señora Marta Sahagún, nuestra Evita de petatiux, sacando la cara por sus chavales afirmando que ellos, como todos los mexicanos, tienen derecho a trabajar. Bueno, entonces, ¿por qué no todos los mexicanos se han hecho millonarios como sus vástagos?
Sexto, las imágenes de los hinchas de U2 echados sobre el pavimento que rodea al Estadio Azteca, esperando el momento de avalanzarse sobre las puertas del inmueble y obtener --dicen-- el mejor lugar para ver a Bono y The Edge (¿los otros cómo se llaman?) y ser parte de la historia. Por cierto, a mí me gusta mucho esta banda irlandesa. De hecho, estuve en el último concierto que habían dado en el Foro Sol, el mismo que se dudó que se realizara porque fue un día después del incidente con el equipo de seguridad --es decir, los guarros-- del hijo del ex presidente. El punto es que tanto activismo político ya me dio prurito.
Séptimo, un tal señor aguado que dice ser el director técnico del Amiérdica y que se apellida Aguado con un aparato de comunicación del tipo que usan los coaches del fútbol americano. Dicho artilugio tiene su contraparte en el que manipula Lapuente, ex técnico nacional, quien, sin ningún recato o valoración por su amigo --imagino-- que está a ras del césped, le indica con precisión qué debe o qué no debe hacer. El payaso Krusty y Bob Patiño del fútbol región 4.
Ya después de ver todo esto, dormí como el mismísimo ángel que se llama Cupido.
Love was here.
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