viernes, febrero 10, 2006

Faltan 16 días

Vaya día aburrido.

Hoy ha sido uno de esos viernes que no deberían considerarse laborales. Las horas se han ido lentas, lentas, lentas. Revisé el correo, escribí el artículo para el diario, repasé los blogs que consulto. ¿Y luego? La Abulia Total. Sí, ya sé, esto nada más servirá para aumentar el mito de que los burócratas somos la personificación de la hueva con traje y corbata. Bueno, pero ni eso. Hoy es el clásico casual friday. Es decir, hoy hay discrecionalidad para venir como se nos antoje. Creo que ya alguna vez hablé sobre el tema. Lo que más abunda es ese look sobrio-deportivo, el cual se puede resumir en el típico pantalón Dockers café y camisa de algún color llamativo, aunque casi siempre es azul. Hoy me he puesto una camisa rosa y los vaqueros. Si me ven bien pueden pensar que atiendo un café Internet, que soy estudiante de la Universidad o que acabo de arribar a la Central de Autobuses del Norte vía A.D.O. Todo menos que trabajo para el Ministerio. Ni modo. Así son los viernes.

Las columnas de hoy van por todas direcciones con un referente común: hablar sobre el tema de los cubanos expulsados del Sheraton. Casi todos dicen que fue una violación a la soberanía y que Estados Unidos nos tiene subyugados y que Cuba nos la volvió a aplicar y que Fidel Castro ya le tomó la medida a Fox y que le encanta hacerlo quedar mal ante el respetable mundial y que ya ni la amuela el Ministerio del Exterior y que para eso sirvió el puente largo y que para que nada más se exhibieran la carencia de reflejos de la Administración Pública Federal y que si seguimos a ese paso pronto nos van a invadir por la garita Sonoyta y que... en fin, puro bla, bla, bla.

El texto que más me ha gustado sobre este asunto ha sido el que hoy ha publicado Jorge Chabat en El Universal, del cual extraigo algunos párrafos que me parecen aleccionadores sobre el Sheratongate.

"De todo este lío hay dos puntos que merecen ser analizados. Primero, se ha asumido que el Sheraton aplicó la ley de otro país, en este caso leyes relativas al comercio con Cuba, emitidas en Estados Unidos. Yo quisiera que alguno de nuestros flamantes legisladores me explicara cómo un particular puede 'aplicar' una ley, propia o extraña. Los ciudadanos no 'aplican' leyes: eso lo hacen los gobiernos. Los ciudadanos respetan o violan una ley. No más. En otras palabras, lo que al parecer tenemos con el incidente del Sheraton es una cadena hotelera que violó una o varias leyes mexicanas en agravio de un grupo de ciudadanos cubanos".

"Hay que señalar que llama la atención el ruido de los legisladores mexicanos en este caso de discriminación. Hace un mes una pareja de homosexuales fue expulsada de un hotel de Los Cabos, Baja California Sur, ante lo cual la Comisión Permanente del Congreso se limitó a pedir una investigación".

"También llama la atención la beligerancia del gobierno cubano, quien parece ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Es cierto, lo ocurrido en el Sheraton es un acto de discriminación. Pero uno se pregunta: ¿de cuántos hoteles para turistas son excluidos los cubanos en su propia patria? Claro, en Cuba no hay legisladores que protesten. Tampoco priva la ley que tenemos en nuestro país en contra de la discriminación. Menos mal. Eso sería extraterritorialidad".

Vámonos ya.