lunes, febrero 13, 2006

Instantáneas del fin de semana

i.

Ese asunto de los Juegos Olímpicos de Invierno me parece que realmente deberían llamarse los Juegos Olímpicos de los Ricos. Es decir, en estas competiciones han quedado fuera los representantes de los países exóticos, tropicales, bananeros y, claro, también los islamistas y musulmanes gobernados por ayatolás clavados en el rollo de enriquecer --a como dé lugar-- el uranio. Así, nos quedamos con los puros bonitos del orbe. Los blancos, los WASP, los que están dentro de la OCDE (claro, a excepción de México que es como el colado de la fiesta en esta y otras organizaciones globales), los que tienen nieve como algo común y no como una contingencia que genera que todos corran a sus ajuscos particulares a embarrarse de tierra y agua congelada mientras comen quesadilladihongo.

Claro, dentro de estas reuniones deportivas podemos encontrar la historia esa de los jamaicanos que fueron a aventarse en su cochecito, a pesar de que en su país la nieve es algo menos que imposible de encontrar. Fuera del folklore y de la contribución a darle el toque cotorrón a la competición, su aventura ha sido perfectamente prescindible de la historia olímpica (y no sólo de la cuestión invernal). En el caso de México, algunos años compitió un "von" alemán que, claro, había nacido en Puebla por accidente durante la expansión de la VW y que nunca, jamás iba a competir por el país de origen de sus padres, así que decidió hacerlo por nuestra patria. Algo como lo que sucede ahora con los ene naturalizados sudacas a los que, de repente, les da el amor fuertísimo por México y deciden volverse ciudadanos de este país. ¿Por qué mejor no hablan claro y dicen, pues sí, la verdad nos jode Méjico, pero, qué quieren, en nuestros países de origen nunca nadie nos iba a llamar a nuestra selección y aquí en Méjico siempre andan necesitados de estrellitas marineras que les brinden un poco de esperanza, sobre todo si son extranjeros?

Si la Copa Europea de Naciones es el Mundial de Fútbol sin Pobres, así los Juegos Olímpicos de Invierno son los Juegos Olímpicos de la Élite. Pero no hay que ponernos tristes. Por nuestra parte tenemos los Juegos Centroamericanos y del Caribe y, por qué no decirlo, los Juegos Panamericanos con todo su color de realismo mágico y el calor inconfundible de su gente. Los países africanos tienen su Copa Africana de Naciones (que siempre ganan los egipcios) y los asiáticos un repechaje con CONCACAFKA para definir un lugar cada cuatro años al Mundial.

Puro darwinismo social aplicado a la máxima potencia.

ii.

Leo que los hinchas de U2 en Monterrey acamparon desde días antes del recital a las puertas del Estadio Tecnológico de esa ciudad. Ah. Uh. Wow. Mi pregunta es, ¿qué acaso sus boletos no especificaban con claridad que cada quien tenía un lugar y un asiento reservado? Vaya. A menos de que toda la entrada fuese considerada como "general", y que motivara que los primeros en ingresar agarraran los mejores lugares, no entiendo otra razón para estar acostado en la entrada del estadio durante algunas noches (y además con el frío que --dicen-- está haciendo ahora en MTY). ¿Será un uso y costumbre norteño? En fin. Ahora también leo que algunos chilangos copiones ya están haciendo lo mismo afuera del Azteca. ¿Para qué? No entiendo, en serio. ¿Ticketmaster no les ha asignado sus sitios correctamente? ¿El que llegue primero se puede sentar en el palco que regularmente usa el Sr. Azcárraga Jean? ¿Todo se realiza al grito de aleluya aleluya que cada quien agarre la suya?

Espero que nosotros, los hinchas de los Rolling Stones, no demos semejantes muestras de etnología y antropología. Nosotros ya tenemos nuestros asientos apartados y --creo-- no habrá necesidad de andar desempacando las bolsas de dormir y las casas de campaña para apoltronarnos afuera de la estación Velódromo del subterráneo desde el próximo fin de semana.

Una muestra más de que las clases sociales existen quieran o no.

Por algo Bono se ha convertido en el paladín de las causas sociales políticamente correctas que enarbolan los culturosos y los frezapatistas.