martes, febrero 14, 2006

Faltan 12 días

A golpes y portazos

Problemas del subcomandante Marcos en su gira mexicana para difundir su proyecto

JOAQUIM IBARZ

El subcomandante Marcos rompió su imagen del buen salvaje que tanto ha cultivado y se mostró como un autoritario cacique. El cabecilla zapatista protagonizó una trifulca con unos maestros de Oaxaca a los que insultó. Fuera de sí, rompió una puerta con una silla y una ventana con una caja de refrescos.

El subcomandante, que ahora se hace llamar Delegado Zero, lleva mes y medio en una gira por todo México para intentar difundir un proyecto alternativo de nación al margen de la democracia, de los partidos y de las instituciones.

El incidente se produjo tras un encuentro de delegados zapatistas con maestros. Los ánimos se caldearon cuando un sector de los maestros empezó a abuchear a Marcos, mientras otro llamaba al orden. "¿Por qué no te quitas la capucha?", le preguntaron. "Empecé a usarla por el frío que hacía cuando iniciamos la insurrección", contestó, en tono de burla. Enojado, el subcomandante suspendió su intervención y se marchó a un hotel del magisterio.

Algunos de sus seguidores se quedaron para acabar la discusión y pasar la noche en el local. Por razones de seguridad, se cerró el auditorio para que nadie molestara. Sin embargo, los zapatistas llamaron por móvil a Marcos para avisarle de que no podían salir. Según testigos, salió enfurecido del hotel. Al regresar al auditorio comenzó la trifulca. Entre mentadas de madre, con los ánimos caldeados, el líder del EZLN tomó una silla de metal y la arrojó contra la puerta, al tiempo que le lanzaba puntapiés. Como no cedía, tomó una caja de refrescos y la aventó contra la ventana, sin dejar de maldecir a los maestros. Dentro del local, los forcejeos entre docentes y zapatistas subían de intensidad. Hubo insultos, empujones y descalificaciones. Por fin apareció la persona que tenía la llave y abrió la puerta.

Cuando varios maestros recriminaron a Marcos por los destrozos, contestó con desprecio: "Me vale madres, no le debo nada al magisterio". "Entonces, ¿por qué duermes gratis en nuestro hotel y comes ahí?", le recriminaron. Marcos respondió ordenando a sus seguidores que abandonaran el lugar y fueran a otro sitio a pasar la noche.