jueves, agosto 03, 2006

En contra

De nuevo, la hora de comer. Ahora vamos cuatro funcionarios públicos federales rumbo a la Plaza de la República. Por lo tanto, tenemos que cruzar Paseo de la Reforma. Y ahí siguen. La democracia transformada en verbena popular. Con sus mantas, con sus equipos de sonido, con sus cumbias. Unos demócratas fuman, otros juegan fútbol, otros ajedrez, otros muestran pancartas a los automovilistas.

De regreso caminamos sobre la avenida. Una inmensa lona nos cubre las cabezas. No hay nada abajo, pero el territorio está marcado. Aquí se está construyendo la democracia, dicen. De repente, vemos un gran libro abierto que dice "A favor" y "En contra". Se supone que la gente puede ir a apuntarse de uno u otro lado y, de esta forma, mostrar su simpatía o su desdén respecto al plantón.

Por supuesto, la parte de "A favor" está llena y la otra vacía. O estaba. Porque mi compañero y yo mismo tomamos el bolígrafo Inoxcrom y, con súbita parsimonia, escribimos nuestros nombres en la contra.

Los demócratas nos ven con cara de, ¿pero cómo se atreven? Para darle un toque más dramático al asunto les decimos, hey, miren, también hay gente que está en contra. Me gustaría decirles que no voté por FJCH, pero que me parece bastante ridículo cerrar Reforma a estas alturas de la existencia. No abro la boca, sólo pienso.

Como somos de la contra, nadie nos hace caso.

Seguimos caminando hacia el Ministerio.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Best regards from NY! »

abril 25, 2007 12:49 a.m.  

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