miércoles, agosto 02, 2006

Los nacidos para perder

Hora de comer. Salgo con mi compañero burócrata al Vips de Revolución. Tenemos que cruzar Reforma a la altura de la Glorieta de Colón.

Ahí está el plantón en forma de mantas, sillas, cocinas móviles, sanitarios Sanirent. Mientras sorteamos los afiches de Fox, Traidor de la Democracia y No Pasarán, dos canciones suenan en el ambiente. A lo lejos, una cumbia. La fiesta de la democracia. De cerca, soy del color de tu porvenir, me dijo el hombre del traje gris, en voz del viejo Joaquín.

Un cartel invita a la lectura de poemas con nombres más que desconocidos. Otro anuncia un concierto de Gabino Palomares en la autollamada Plaza de la Libertad (¿cuál será la verdadera?).

Me quedo con la imagen que tenemos una vez concluida nuestra expedición culinaria. Tres jovencitas batallan mientras intentan cocinar unos bisteces sobre una sarten. El amasijo de grasa, cebolla y carne retorcida les quema las manos y ninguna sabe bien a bien qué hacer.

Disculpen ustedes, estamos construyendo la democracia.

No hay más: Sabina canta nacidos para perder.