jueves, octubre 12, 2006

Artículos de escritura (II)

Dos puntos extras al post de anoche.

a) No me gusta que en México se le nombre por igual a todos los artículos de escritura. Puede sonar bastante sangrón, pero una cosa es un bolígrafo, otra una pluma fuente (o estilográfica), otra un lapicero y otra un roller-ball. Por estos lares tenemos la costumbre de llamar a todo "pluma". ¿Me pasas esa "pluma"?, ¿alguien tiene una "pluma"?, ¿dónde compraste esa "pluma"? El punto es que la dichosa "pluma" puede adoptar la forma de los artículos de escritura referidos arriba. No diferenciamos entre unos y otros. Es como si a todo el calzado le llamásemos "tenis". En ese caso hay sandalias, alpargatas, mocasines, botas, zapatillas y así, otras por el estilo. Bueno, pues aquí el comentario va dirigido a que un primer paso es refererise a cada artículo de escritura por su nombre.

b) Un texto sobre artículos de escritura debe tocar, necesariamente, la colección de plumas fuente que por estos días está en los kioskos de la ciudad. Desde hace más de un año, Salvat anunció que daría de manera catorcenal la réplica de estilográficas de diferentes épocas. A partir de entonces hemos visto colgadas junto al Ovaciones de la tarde y a la revista Óooooorale! (con encabezados del tipo "Ninel Conde tiene agujeros en los cachetes" o "El cibernético sí se parchó a sabroso transexual") a esta clase de artículos. Cuando apareció la colección traté de ir adquiriendo todas. Llegué por ahí del número nueve o diez. Después lo he hecho de manera esporádica. Mis razones son: primero, comprar todos los ejemplares tendría un costo final aproximado a los 5 mil pesos, y segundo, no todas las réplicas valen la pena, principalmente porque presentan fallas al momento de utilizarlas. De hecho, hasta compré el estuche en el que puedes ir acomodándolas, pero no me pareció que, al momento de escribir, muchas de ellas --la mayoría-- no lo hicieran de manera correcta (no fluye la tinta o no se desliza de forma adecuada la punta de la plumilla). Sin embargo, quien esté aún en el proceso --van por el número 32 de 50, creo-- sí merece un aplauso. En España dieron alguna vez una colección de plumas parecida, en la que, además de los folletos explicativos y de la historia de la escritura, daban un libro de algún autor famoso. Es probable que algún día llegue a México.