lunes, octubre 09, 2006

Nuclear era (II)

Una acotación al post anterior: más bien no son los coreanos del norte, sino los dirigentes de Corea del Norte.

Esto es algo que escribió Foix de La Vanguardia al respecto.



Es muy inquietante que la dictadura más retrógrada del mundo, un país militarizado y pobre como Corea del Norte, disponga de la bomba nuclear. El anuncio del régimen de Pyongyang de haber llevado a cabo con éxito una prueba nuclear subterránea ha sido interpretado como una provocación internacional.

El Consejo de Seguridad lo ha condenado unánimemente y el presidente Bush pide acciones concretas para castigar a la dictadura norcoreana. El anuncio ha sido acogido con estupor por las potencias asiáticas, desde China a Japón pasando por Taiwán, Corea del Sur y Rusia.

Las dimensiones de la bomba son inciertas. En Seúl se habla de 550 toneladas de poder destructivo pero Rusia lo ha cifrado en 15 kilotones, muy superior a la que el 6 de agosto de 1945 cayó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.

La prueba practicada por el régimen de corea del Norte no implica necesariamente que disponga de la tecnología suficiente para poder lanzar una bomba atómica sobre un objetivo concreto.

Pero es un paso de gigante para entrar en el siniestro club nuclear del mundo en el que se encuentran Estados Unidos, Rusia, Francia, Gran Bretaña, Israel, India, China, Pakistán y posiblemente Irán.

El problema más serio de la bomba nuclear es que exista y que se haya experimentado hace más de sesenta años. La historia de la Humanidad nos recuerda que desde las armas más rudimentarias de la Edad de Piedra, todo artefacto inventado por el hombre ha sido utilizado para la destrucción de otros seres humanos.

Decía hoy Javier Solana que un país militarizado, sin recursos para alimentar a su población, sin libertad y sin progreso, actuaría con más inteligencia si los presupuestos dedicados a la construcción de estas armas fuera dedicado a las necesidades más perentorias de sus gentes.

La reacción de las Naciones Unidas se formalizará en una o varias resoluciones condenando al régimen de Pyongyang. Posiblemente se aplicarán sanciones económicas que ahoguen todavía más al régimen más aislado del mundo.

Pero el peligro de las armas nucleares se cierne sobre la existencia de los humanos. Hasta ahora, disponían de ellas estados "responsables". En tiempos de la guerra fría hubo momentos en los que la Unión Soviética y Estados Unidos estuvieron a punto de utilizarlas.

La existencia de la destrucción mutua asegurada frenaba a los presidentes americanos y a los dirigentes soviéticos. Un problema añadido es que la tecnología puede estar a disposición de grupos o movimientos que no representan a estados.

Irán sigue adelante con su programa de enriquecimiento de uranio que conducirá a la obtención de la bomba nuclear. El mundo está en contra. Pero el régimen de Teherán no piensa detener el proceso con el argumento de que es defensivo y no ofensivo.

Hay dos consideraciones respecto a Irán. La primera es que su presidente ha dicho por activa y por pasiva que Israel debe desaparecer del mapa. La segunda es que los movimientos terroristas de Hizbulá y Hamás, los dos con representación democrática en sus respectivos espacios nacionales, dependen en buena medida de la ayuda que les llega de Teherán.

Grandes declaraciones se producirán en los próximos días. Se tomarán medidas políticas y económicas. Pero Kim Jong Il, el pequeño dictador de Corea del Norte, mantiene a su país en un puño y no tiene intención de ceder en la cuestión de la bomba nuclear.

El siglo pasado fue el siglo de las masas. El que vamos transitando va a ser el siglo de las decisiones de unos pocos que también van a castigar a millones de ciudadanos.

El nuevo secretario general de la ONU, el diplomático surcoreano Ban Ki-Moon va a inaugurar su mandato con un bautismo de fuego.