iPod
Claro que existen Goajaca, Tabasco, Chiapas. Que el próximo 20 de noviembre toma "posesión" el "presidente legítimo" de este país. Que sólo faltan unos días para el cambio del sexenio y que, por lo tanto, la burocracia tiembla. Que el estira y afloja respecto al (César) Bono sexenal nos tiene con el alma en un hilo. Que Corea del Norte en cualquier momento nos puede dar la sorpresa y que Pumas sigue hundiéndose en la mediocridad (los de Acatlán ya descendieron). No se nos olvida.
Mientras tanto, celebremos al iPod.
El fenómeno cultural de Apple
EFE
Apple celebró el quinto aniversario de su omnipresente reproductor digital de música iPod, uno de los productos de electrónica de consumo más populares jamás creados y, a estas alturas, todo un fenómeno cultural.
Cuando Steve Jobs, el presidente ejecutivo de la multinacional informática, presentó el iPod el 23 de octubre de 2001, nadie sabía que el aparatito se convertiría en la tabla de salvación de la empresa, que entonces atravesaba una mala racha, ni mucho menos que desataría una fiebre musical.
Por aquellas fechas, cuando el reproductor costaba 399 dólares y era del enorme tamaño de una baraja de cartas, Apple no tenía ninguna experiencia en un mercado tan competitivo como el de la electrónica de consumo, en el que se enfrentaba a gigantes de la talla de Sony.
Contra todo pronóstico, la empresa de Cupertino, en el californiano Silicon Valley, rápidamente acaparó un mercado -hoy es líder indiscutible, con el 75%- y recuperó su lugar como una de las empresas de tecnología más dinámicas que ha habido jamás.
En los últimos cinco años, el 55% de sus ventas proceden del reproductor, que de paso está ayudando a espolear las ventas de los ordenadores Macintosh.
El fenómeno se extendió como la espuma tras el lanzamiento de la tienda de música online iTunes y su posterior compatibilización con el sistema operativo de Microsoft, Windows, lo que permite a los consumidores almacenar canciones con facilidad y escucharlas en cualquier lugar.
Y no es que Apple se haya quedado de brazos cruzados en todo este tiempo.
A los nuevos modelos de iPod, como el “ Shuffle ” o el minúsculo “ iPod Nano ” , le siguieron las capacidades de vídeo, lo que sugiere que la empresa está tratando de hacer con el video digital lo mismo que tiempo atrás hizo con la música.
Si a esto se le suman sus ingeniosas y multimillonarias campañas de publicidad y el apoyo de famosos como U2 o Madonna, puede decirse que el “ fenómeno iPod ” ha quedado anclado en la cultura popular.
En lugar de escuchar la radio, los usuarios se enchufan ahora a sus iPod, y los característicos auriculares blancos son ahora un complemento de moda más que llena los campus universitarios y las cafeterías estadounidenses.
Hay, de hecho, un sinfín de artículos compatibles, desde vaqueros Levi Strauss a cazadoras, camisetas con bolsillos transparentes y todo tipo de fundas que aprovechan el éxito del iPod y prueban hasta qué punto el reproductor está ya hasta en la sopa.
Para algunos, el iPod es algo así como la primera piedra en una cultura futurista en la que lo normal será llevar encima pequeños artículos capaces de incorporar toneladas de información.
No todo ha sido parabienes en estos cinco años, sin embargo. Los grupos ecologistas han criticado duramente la política de reciclaje del producto estrella de la compañía, ya que debido a que cada vez tiene precio y tamaño más reducidos, da la impresión de que es un producto desechable.
Otros llevan las críticas al terreno cultural.
Según algunos, además de contribuir al aislamiento de los individuos, que quedan integrados en su “ burbujita digital ” , el aparatito no ha hecho nada para mejorar nuestra relación con la música, sino todo lo contrario.
Como señala Farhad Manjoo, de “Salon.com”, el iPod "nos ha convertido en consumidores menos atentos al contexto y la calidad de la música, y preocupados constantemente por tener siempre más, más y más”.
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