Tres notas tres
Uno.
El decomiso del arsenal y la detención de una especie de ejército particular del narcotráfico ayudará para dimensionar la guerra en la que está metido el país en este momento. No es lo mismo ver que las balaceras y los muertos y los levantados y los secuestros y las ejecuciones y todo lo demás sucede en Reynosa, en Tijuana o en Torreón. No. Ahora ha ocurrido aquí en la Ciudad de México, en zonas pijas como Romero de Terreros y El Pedregal. De hecho, Milenio Diario ha titulado su cabeza principal con un contundente “La guerra, en San Ángel y Coyoacán”. Comparado con esto, el asunto de las incombustibles marchas y plantones que suceden en el día a día son cosa de niños.
Dos.
Cuando escuché que habían asesinado al vocalista de un grupo que se dice llamar Capaz de la Sierra (o como se escriba, pero así suena…), pensé que estábamos en el umbral de haber encontrado a la versión masculina de la tal Selena. Es decir, que las clases populares ya habían encontrado a un mártir al cual adorar y rendir culto incondicionalmente. Una especie de Kurt Cobain del subdesarrollo. Claro, también estaba otro grupero asesinado afuera de un palenque –Valentín Elizalde—que se disputaba al tú por tú ese trono. Sin embargo, oh sorpresa, por lo que veo, la gente no ha reaccionado igual que con la méxico-norteamericana. Me refiero a que, bueno, sí le han llorado, sí le han hecho homenajes, sí le ha representado al grupo un subidón en sus ventas, pero… Al parecer, la parroquia ha visto que lo que ha causado su trágica muerte no entra en la categoría de esto-me-convierte-en-icono-popular-de-manera-instantánea, sino más bien se ha debido a sus relaciones peligrosas (al igual que el otro). Entonces, el mensaje que tenemos es que en esas cosas el respetable (y los medios) no quiere meterse.
Tres.
Ricardo Ferreti ha sido un técnico que jamás me ha convencido. Lo vi desde que dirigió a Pumas luego del campeonato de 1991 y hasta 1996 en su primera etapa. Yo estuve en el Olímpico Universitario cuando las gallinas nos eliminaron en la liguilla de ese año, hecho que le significó abandonar –por fin—el banquillo. Luego, en su segunda etapa, recordemos que lo trajeron para salvar el descenso, cosa que hizo, pero de ahí a que nos vuelva el equipo ganador y contundente que todos los universitarios queremos ver está muy, pero muy lejos. Sí, no olvido que llegamos a la final en diciembre pero, ¿realmente se jugó bien?, ¿podemos decir que fue una campaña exitosa luego de 14 partidos sin ganar? En fin. Saco este tema porque me parece que el Tuca cada vez se está convirtiendo más en un DT que los medios buscan para que dé la nota por sus declaraciones y no por sus aciertos futbolísticos. Es decir, que se ha vuelto una especie de bufón y de bocafloja antes que en un símbolo de la institución en términos deportivos. Lo último ha sido su respuesta furiosa a Vergara y demás jalisquillos sobre el asunto del partido del sábado contra Guadalajara. Hombre, hubiese sido mejor cerrarle la boca chimuela a todos esos ganando a las odiosas Chivas en su campo, con todo y su homenaje a Reyes, y luego no andar declarando que si Huicho Domínguez y los nacos y tal. El problema más fuerte, sin embargo, pienso que es: ¿quién podría sustituir a Ferreti?
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