Meter reversa
¿Cómo va el asunto de la manejada?, me pregunta un colega por el mensajero instantáneo. ¿Que cómo va? Pues miren ustedes...
Podría afirmar que he avanzado. Claro, cuando uno está casi en cero al inicio y luego de unos días arriba a 0,5, pues siempre será considerado un paso adelante, ¿no? Pequeño, pero significativo el paso. Bueno.
En vías rápidas ya hago incursiones más o menos confiado, en el tráfico intento no desesperarme y tomar las cosas con calma. Sin embargo, ahora el asunto se ha tornado difícil en... el aparcamiento.
En efecto, las maniobras en espacios cortos son la tarea pendiente de estos días. Que siento que estoy conduciendo un Caterpillar sobre La Rumorosa. Para intentar resumir mi pesar, confesaría que puedo estar horas conduciendo por doquier, incluido el Periférico a la altura del cruce con Reforma a las 19.10 horas de los martes y jueves con dirección hacia el municipio conurbado de Naucalpan, que puedo coger la carretera hacia el pueblo poblano, que puedo dar vueltas infinitas por Tlalpan y Eje Central, pero que por favor no me pidan buscar un lugar para estacionar el coche y descender. Me refiero a esos lugares en los cuales no aparece un tipo todo sonrisas dispuesto a ayudarte y tú solito debes montártelo. Tal cual.
Estoy convencido que es parte del aprendizaje de todo este embrollo, así que continuaré en mi empeño. Además, para ser francos y directos, no queda de otra más que hacerlo.
Por cierto, hace poco recordé, entre el clutch, la reversa y el retrovisor, las palabras de un colega del pueblo. Según él y su visión provinciana de la existencia, en HCH se contaba con un "mejor nivel de vida" que en la Cd Mx. Bueno. Después de digerir lo anterior, le pedí argumentar su afirmación. Una de las razones que dio fue que allá no había atasques. Mmmm. Yo le contraargumenté que nada más viera la que se armaba los sábados, el día del tianguis. Él dijo, bueno, es que ustedes viven en el DF, pero no tienen coche. Ja. Ahora resulta que, en parte, tenía cierta razón (pequeña, mínima): hasta que llegó el sedán a casa comenzaron a surgir un nuevo tipo de sensaciones de estrés y angustia por cualquier número de causas: que el seguro, que la pensión, que el tráfico, que los accidentes, que tal y tal. Todo bajo el eje rector de mi ignorancia en cuestiones de conducción, claro.
Pero de eso a que allá el nivel de vida sea mejor hay un gran trecho... No me jodan.
1 Comments:
Lo dicho: NO ME JODAN!
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