jueves, enero 15, 2009

Breves

a. Obama. Barack Obama. Barack Hussein Obama. El hombre por el que muchos suspiran, desde los ultras latinoamericanos como Raúl Castro y Hugo Chávez, hasta los personajes intrascendentes como Paulina Rubio. Obama. Con todo su halo de gran reformador, de gran parteaguas, de ser el elegido. "Un exotismo de la historia", ha dicho de él José María Aznar, ex presidente español. ¿Qué será de Obama? Nadie lo sabe. La realidad es muy terca y suele ser dura con esta clase de neo mesías.

b. "Israel, la gran mosquita muerta de la historia", he leído en un blog que suelo consultar. En efecto, los israelitas, los judíos en general, suelen sentirse atacados por todo y por todos. Pero ellos sí pueden contestar, la mayor parte de las veces de manera desproporcionada. No soy antisemita, pero tampoco prosemita. Los he visto: duros y arrogantes cuando tienen la sarten por el mango, dóciles y sufridos cuando lo pierden. Hamas es un grupo terrorista, en efecto. Pero, ¿e Israel?

c. Algún pacto deben haber firmado los medios de comunicación nacionales que el número e intensidad de notas relativas a la violencia por el narcotráfico en el país han descendido notablemente. Es comprensible. ¿Quién quiere arriesgar su vida ante un enemigo feroz y despiadado? Cuando escucho cómo los ayatolas de los medios se quejan de la censura gubernamental no puedo menos que tamborilear con los dedos sobre la mesa. El maldito gobierno. A éste ya no le tienen miedo. Por más que puedan actuar bajo el cobijo de la ley y tal, los medios suelen ser más fuertes que el Estado. Pero, ¿qué me dicen del crimen organizado? Ahí sí tiemblan y miden sus palabras y sus acciones. Lo mismo que critican en la actitud de las agencias de seguridad de la Administración Pública Federal mexicana.