martes, febrero 03, 2009

Mal inicio de semana

Ya lo decía ayer mi colega Paco: mal inicia quien es jodido en lunes. Bueno, hoy es un martes con sabor a lunes.

Javier Aguirre ha dejado de ser, por fin, el director técnico del Atlético de Madrid. Ya sé que esto es como algo circunstancial frente a toda la vorágine de violencia y terror que se vive en ciertas zonas del país, pero bueno, no puedo dejar de decir que me jode y me pone triste. Aguirre es uno de los mexicanos visibles más exitosos que hay. Excluyo, por supuesto, a los que no se ven, pero que igualmente son eficientes y contundentes en el campo de la ciencia, la educación, la investigación, entre otros frentes de la inteligencia. Pero el fútbol, colegas..., el fútbol es el fútbol.

Aguirre ha dejado de dirigir al Atlético, entre otras cosas, porque es mexicano. Pienso que eso le jodía al vestuario: ¿cómo puede ser posible que un tipo de un país que no ha ganado absolutamente nada venga a dar órdenes a jugadores-divas de nacionalidades élite en el fútbol como Argentina, España, Portugal, Francia, et al?, ¿cómo un mexicano, aún con descendencia vasca y, sobre todo, su auxiliar, un mexicano original como Ignacio Ambriz, vienen a enseñarles la o por lo redondo a los europeos en su liga más emblemática a día de hoy?

En Osasuna las cosas funcionaron porque era un club menor (sin que esto se entienda peyorativamente). Pero en el Atlético, cuadro de la capital, tercero en importancia en la península, la presión ha sido mayor, casi asfixiante. Haber entrado a Europa después de 11 años y haber concluido tercero en la general en 2008 han quedado atrás. Valen más los arrebatos de las estrellas suramericanas y los rencores de gente como Simao. Suenan más fuertes los gritos de los ultras al palco y en las afueras del Vicente Calderón. Es más contundente la tradición de un club que ha tenido 30 técnicos en un poco más de una década.

Es triste que Aguirre deje al Atlético sin cumplir su misión ni completar su contrato. Sin embargo, tendrá otras oportunidades.

Sólo espero, en verdad casi rezo por ello, que no vuelva a México y, si lo hace, que sea sólo y exclusivamente para dirigir la Selección (o lo que quede de ella después de tanto extranjero arribista naturalizado). Pero, por favor, por Dios, que no lo traigan a dirigir al América o al Guadalajara. Sólo eso.

Ah, por cierto, suerte para el Atlético en la Liga de Campeones y en la Liga BBVA.