Miércoles de ceniza
No sé porqué el destino me lleva a estar vinculado con fiestas cívicas y religiosas, dirán que todos estamos marcados por ellas, pero la mayoría no sabe, por ejemplo quienes son las personas que aparecen en esos actos cívicos. Yo me lo preguntaba, sobre todo en aquellos muy específicos ¿quien va a querer ir al aniversario luctuoso de Lucas Alamán o de Francisco Madero (como le llaman sus panistas y descenciente) a las ocho de la mañana de un domingo? Pues ahora ya sé la respuesta y la mayoría vamos por obligación, casi siempre ante una estatua abandonada hasta ese día en algún parque público y ante la mirada de vecinos, viejitos sin quehacer y deportistas ocasionales.
Ayer, 24 de febrero, fue una fiesta cívica excepcional, el día de la bandera, en día hábil, desde las nueve de la mañana estábamos en el monumento en turno, rodeados de cientos de estudiantes, que felices preferían estar bajo el rayo del sol tropical que estar estudiando por su patria. El evento, por lo que se podía notar, fue organizado por los militares. Me llamó la atención y lo comenté en ese momento, que el sonido amenizaba con música típica mexicana, como los Jonha´s brothers (o como se escriba) y Madonna; más tarde la banda de la marina amenizaba con música autóctona del compositor mejor conocido como el buki mayor y de un muchacho que dice que va a hacer llorar a una persona con un beso (hecho por demás absurdo y pretensioso), sobra decir que los escolapios se prendían con la música y entonaban las letras de las melodías.
Después de tres horas bajo el sol, inició el evento cívico, no sé si estábamos esperando al gobernador, pero yo desde un día anterior sabía que no llegaría, los adolescentes y preadolescentes caían insolados, los milicos aguantaban parados bajo el sol inclemente, los funcionarios estaban sentaditos, estoicos en unas sillitas bajo pleno sol; pero aún en ese escenario se dan esas escenas humanas y conmovedoras: me encontraba parado a la sombra, no quería sentarme en una de esas sillas de castigo, mis compañeros y compañeras aguantaban sentados de cara al sol, una abogada, digamos de mi edad, estaba ahí sentada con su bolsa, sus lentes oscuros, su celular y demás artilugios, cuando de repente un milico se le acerca y le dice con todo respeto "gusta agua" y en el acto le entrega una botellita de bonafont, el resto espectante no pudo guardar un breve dejo de sorpresa y reir, el militar muy serio se regresó a su lugar y permaneció ahí parado, unos instantes después nos pedían estar atentos a los honores a la bandera.
Terminó el evento y me encaminé a mis oficinas a una reunión de tres horas para tratar de solucionar un problema de los niveles educativos. En esas reuniones, cuando se pierde el rumbo y todos están pensando en defender su posición o sus intereses, suelo intervenir y remitirlos a nuestro fin último que son los niños y su buena educación.
Como suele decirse ese ya es tema de otro espacio, espero mañana poder abundar sobre el "burocratismo" como suele llamarse y lo fácil que es encontrarnos desprevenidos ante las crisis, me explicaré.
Por ahora habrá que acudir a recordar que polvo somos y en polvo nos iremos a convertir, algo así como la versión mística de que la materia no se crea ni se destruye.
Post Escritum
Los que no puedan o no quieran recordar nada en esta fecha pueden seguir consumiendo chicharrón, carnitas, tacos de buche o de pastor y demás delicias ricas en grasita sana y deliciosa.
Por otro lado esta época es oportuna para degustar algún pescado, marisco, pan de cazón, panuchos, romeros y demás delicias culinarias que interrumpan nuestra dieta ordinaria, para pasarla mejor entre el origen y el fin de la ceniza en nos convertirá la depresión (me refiero a la económica) o la tercera guerra mundial que se está tardando en llegar.
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