domingo, marzo 08, 2009

Quisiera ser millonario

¿Y quién no? Para diversos fines, pero todos desearíamos serlo. Claro, menos San Francisco de Asís. Bueno.

Tengo que admitir que entré a ver el filme con muchas reservas. Mis claros prejuicios sobre la India y, en general, sobre todos esos países exóticos de Asia y África, me impedían ir con gusto al cine expresamente a pagar por ver una película tipo Bollywood. Digo, para ver realidades tropicales y kitsch tengo a mi propia nación.

Pero, ahí tienen ustedes que vaya cosa he visto hoy en la pantalla: Slumdog Millionaire (Boyle, 2008) es una gran película que recomiendo ampliamente. En serio.

No me ha quedado mal el director del filme que ocupa el primer sitio de mi muy particular Top Ten de películas (Trainspotting, 1996).

Quisiera decir más sobre la obra, pero el tiempo del fin de semana se acaba. Quizás mañana haya otra ronda sobre la cuestión. Para rematar sólo diría que con bastante gusto repetiría la experiencia de verla. La escena del niño bañado en mierda, corriendo y con una fotografía de su héroe de la pantalla en una mano me hizo reír bastante.

Tenía bastante tiempo que no salía medio contento del cine (por cierto, Quisiera ser millonario me recordó también a Ciudad de Dios, otro filme que me devolvió un poco la confianza en la humanidad y en su capacidad de creación...).