A empezar
Ahora sí, listos para reemprender nuestras labores cotidianas, lentamente nos integramos a los deberes laborales.
Como en otras ocasiones he mencionado, prefiero la cotidianidad, es decir, que las cosas sigan pasando con facilidad, con cierta soltura y que las dificultades se vayan sorteando, lamentablemente no siempre es así.
De momento hay que regresar a las labores, dejar en el pasado estos días y olvidar la rutina adquirida en ellos, para regresar a levantarse a las seis de la mañana, bañarse y salir corriendo para estar a tiempo en la oficina, donde nos esperan cientos de problemas que tendrán que irse resolviendo de alguna u otra forma, gracias a nuestra intervención o a pesar de ella.
No hay que dejar de ser optimistas, después de todo regresamos a esta nueva realidad con novedades, un nuevo timonel en la selección nacional, fuimos santificados por la visita del faraónico Obama, todavía podemos ganar 177 millones del melate.
Así que la vida nos depara sorpresas, ¿que cosas no veremos?
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