jueves, mayo 28, 2009

Mi primera final

Hoy el aire huele a ti, a complicidad, a pasión y oscuridad.

No es la rola de Luis Miguel, es más bien una descripción bastante rupestre de lo que está aconteciendo por estas horas en las inmediaciones del Estadio Olímpico Universitario, sede del primer encuentro de la final del fútbol mexicano entre Pumas y un equipo de rayas de provincia.

Es la primera final que me toca vivirla desde adentro, es decir desde la Universidad misma. Ya afuera se perciben los primeros movimientos de patrullas, policías, gente de protección civil, curiosos, villamelones, forofos, etcétera.

Afortunadamente ya tengo boletos. Y no sólo para mí, sino para tres personas más. Ahora sí me han costado, pero de no tener nada a pagar, he preferido adquirirlos con anticipación. Así que en un rato más estaré adentro del campo sagrado de Ciudad Universitaria alentando a los 11 de nuestra tribu.

Por cierto, esta final con Ranchuca me recuerda algo. El único partido que vi con mi madre en un estadio fue precisamente un Pumas versus hijos del paste en su estadio. En aquella ocasión íbamos perdiendo dos por cero cuando arribamos al lugar después de todo un periplo desde el pueblo poblano hasta la capital hidalguense. Después empatamos gracias a un suraca de triste memoria llamado Federico Lagorio. Dos dos. Fue una linda experiencia.

Ahora el destino nos ha puesto frente a frente.

Conseguiremos La Sexta.

A por ellos.