lunes, junio 29, 2009

Usos y costumbres

Estábamos según tan instalados en eso de que la democracia ya es lo nuestro y lo que más nos gusta y donde más nos sentimos a gusto y donde siempre quisimos haber estado y de donde nunca debimos haber salido, que ya habíamos perdido un poco la capacidad de sorpresa ante nuestros propios usos y costumbres.

Y me refiero al caso del país ése en donde recién han depuesto al presidente que la gente eligió en las urnas por uno que el parlamento --apoyado por el ejército, claro-- ha decidido que debe mandar sobre sus destinos. Un caso de esos que de vez en vez nos devuelven al piso donde realmente estamos parados y nos alejan de las ilusiones y las falsas promesas. Es decir, al señor van y lo cogen los militares, lo conducen a una base militar y lo envían a un país vecino.

¿Por qué nos sorprendemos? ¡Esto es Latinoamérica!