sábado, julio 18, 2009

Y ahora que

Ya parece que todo nos pasa, yo por eso no salgo de vacaciones, nada más abandonamos o parece que dejamos el changarro un rato y empiezan las desgracias:

1. En primer lugar y algo que verdaderamente me impacta es la posición diplomática de Canadá frente a los mexinacos. Parece que ahora sí le colmamos la paciencia a nuestros vecinos más septentrionales, tan políticamente correctos, avanzados y tolerantes.

Pues todos tenemos un límite y por alto que sea se llega a colmar. Creo que es lo que ha pasado con nuestros socios del tratado de libre comercio. Me sorprende mucho que el argumento canadiense no sea que por la influenza, ni por un concepto vago de seguridad; fueron directos y contundentes: ya nos cansamos de que nos estén viendo la cara y cualquiera que ingrese a nuestro país inmediatamente solicite asilo político.

Hace muchos años veía una serie sobre unos abogados canadienses, uno de ellos como que era el de ideas más avanzadas y siempre andaba defendiendo casos perdidos, era el de menos éxito económico pero tampoco vivía mal y muchos de sus casos eran sobre migrantes y como conseguía su estancia o incluso la ciudadanía canadiense, basándose en normas supremas del derecho anglosajón.

Y es cierto, saben que su sistema por ser de derecho natural, tiende a proteger a cualquier persona que manifieste que su vida corre peligro en caso de ser deportado. Y viendo las cosas como las vivimos en estas tierras tropicales, nadie puede negarlo, simplemente si te subes al metro o al momento de salir de casa ya estamos sujetos a atentados, granadazos, bombas, etc.

Así que los canadienses son nuestros amigos, siguen siendo igual de cool, pero con el trámite de visa que nos imponen definitivamente cierran sus puertas y se reservan el derecho de admisión.

Veo las escenas, la gente tirada en la calle pernoctando frente a la embajada, las expresiones de ira de quienes ya perdieron el boleto, el rencor y el tipo de nuestros compatriotas; y no me queda más remedio que decir que estuvieron en lo correcto, muy a pesar nuestro.

2. Se cayó un puente que conecta Veracruz con el sureste mexicano. Así que los que vivimos en el sur profundo ahora nos encontramos aislados o con la única opción de la vía aérea. Y ahora que están con sus campañas de visite México.

3. De los mexinacos y el pambol mejor ni hablar.