domingo, julio 05, 2009

Verano peligroso

Y mientras en la calle --imagino-- la gente se arremolina en las casillas electorales para emitir su opinión respecto a la inmaculada democracia mexica, yo permanezco atrincherado en mi piso escuchando cuáles son, de acuerdo al criterio de la revista Rolling Stone, las mejores 500 canciones de la historia de la humanidad. En este momento suena "New year's day" de U2. Ahí vamos.

Y esta publicación es básicamente para anunciarle al mundo occidental que se me ha levantado la veda relativa a la ingesta de alcohol. En efecto, el miércoles 1 de julio, justo unas horas antes de dirigir nuestros pasos a La Condesa para ver a Calamaro en acción, acudí a la consulta con mi alergóloga quien, luego de revisarme y de escuchar los síntomas que he tenido en el último mes de tratamiento, me dijo, bueno, intente agregar un alimento de la dieta a su rutina para ver cómo reacciona. Y dicho y hecho. Como siempre he sido un buen paciente, paciente y bueno, puse en práctica sus atentas recomendaciones esa misma noche.

Hombre, qué buena cosa ésa de beber por fin cerveza en un concierto de rock n' roll. Primero pedí una tímida Coronita de esas que se conocen como "ampolletas". Como mi organismo dijo oye, tú, ¿pues qué te pasa?, ¿cómo una de este tamaño?, ¡ponme a prueba bien, coño!, después ya me puse al corriente con una de tamaño familiar. Como dijo el viejo Bukowski: cuánta vida por vivir.

Debo comentar aquí con meros fines científicos que, en efecto, la combinación con antihistamínicos potencia el efecto aletargador de la sustancia etílica en el organismo. Eso está bien: logro lo que busco con poco esfuerzo y con poca inversión económica.

En fin. Sólo era para comentar esto. Ustedes vayan a sufragar.