miércoles, octubre 01, 2003

Con el tiempo uno descubre que los bajos fondos de la burocracia son muy amplios. En la universidad había compañeros que iban del extremismo de izquierda pasando por todas su alas, hasta los yupifresas que ya esperaban salir con título para colocarse en alguna posición de mando o liderazgo ya fuera como funcionarios o como dìputados o senadores.

Hoy muchos de nosotros hemos seguido caminos distintos pero al final nos une nuestro deseo de servir a México.

Aquellos antiguos líderes CEUistas hoy comparten puestos con algunos moderados del CGH en el gobierno del DF, mientras que otros servimos a la patria desde la trinchera del Gobierno Federal. Unos más luchan por puestos de elección popular y eventualmente ganan. Ahorran sus dietas y sueldos y ponen una tienda aqui, una lavandería allá, una bar acullá. Aparte de excelentes representantes populares han salido colmilludos emprendedores.

Ya lo decía Gengis Hank González, un político pobre es un pobre político.

Por eso, yo siempre esgrimo: Si en la vida no se vive para servir, no se sirve para vivir.