lunes, julio 19, 2004

El argentino Lavolpe tiene la piel sensible. Se enoja de que se le cuestione la humillante derrota sufrida ante los sudamericanos. Afirma categórico que la prensa es burra (bueno, ahí como que medio le damos la razón, pero no es la manera de contestarle, precisamente, a la prensa... es como si te pusieras al brinco con la señora que sabes que te va a servir la comida y luego le cuestionas por qué te sabe rara la sopa...). Sigue hablando con marcadísimo acento porteño del barrio de San Telmo o Caballito, lo cual, sin anestecia de por medio, es horripilante, sobre todo, cuando ya lleva como mil años viviendo en México y además afirma que nuestro país lo ha formado, ¿entonces?, de hecho, hasta otro argentino, Carlos Ahumada, ya habla como chilango de la colonia Victoria de las Democracias en Tlatilco. Además, tiene una pinta de perdonavidas que no puede con ella. Por último, no cumple lo que promete, por ejemplo, al decir que va a dejar el puesto, pero primero lo va a someter a consideración con uno de sus protectores en la FMF, su antiguo patrón en el Atlas, Alberto de la Torre.

No le busquen más, la selección la debe tomar el Dr. Hugo Sánchez Márquez, técnico campeón con el equipo de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Aunque, pensándolo bien, mejor deberíamos dársela a José Luis Trejo para que Hugo pueda competir primero en las presidenciales del 2006...