miércoles, julio 21, 2004

La transparencia. Ahora vemos qué hace el de al lado, el de atrás, el de adelante, los de todos lados. Y ellos también te ven a ti. Antes podía hacerme soberano wey o leer cosas de la tesis sin pensar en el "qué dirán". Ja. Bueno, pero ahora puedo ver a las chicas que pasan enfrente de mi sitio. No hay mucho de dónde escoger. Las vecinas son de algún área relacionada con adquisiciones o presupuestos. Algo así como la Facultad de Ingeniería local. Pasan al baño constantemente. Una, en especial, lo hace cada 27 minutos. La clásica sabrosona de la oficina. No está buena, a veces se ve buena, se siente buena, pero no está tan buena. Diría mi colega el abogado: es como la de angora de estos rumbos. Al principio era como la novedad que pasara tan seguido. Hoy pienso que debe tener algún agujero extra en el esfínter o que por culpa de un accidente de juventud tiene destrozada la vejiga y deba descargarla más seguido que el promedio reportado por el INEGI. No puede ser que alguien vaya tan seguido al sanitario. Además, no veo que tome agua en cantidades bíblicas como para tener que arrastrar sus carnes hasta los servicios de damas. Más bien creo que quiere que la veamos. ¿Qué buscará? ¿Marido? ¿Tutor? ¿Un padre para sus hijos? ¿Un amante? ¿Un ascenso en la jerarquía burocrática? Ni idea. Ahí seguirá dándose sus vueltas por este lugar. Vaya. A lo mejor son las várices, ¿no? Tiene que caminar cada 27 minutos, señora, prescripción médica. No puedo doc, trabajo en una oficina. ¿Hay pasillos? Sí. Bueno, pues ahí. Ok. Por las tardes la he visto en el puesto de café callejero al que muchos acudimos. También en un café internet cercano. Mmmm. Bueno, una pista. Si acude al café internet al salir de la oficina significa que hay cosas que no puede ver aquí, claro, por la transparencia y el accountability. ¿Porno? ¿Correos-e calientes? El Mundo del Burócrata. Aunque nos ubiquen en áreas que parecen mimetizadas de Procter & Gamble, Goodyear o Microsoft seguiremos siendo los mismos en esencia. Ya lo dijo hace muchos años Ludwig von Mises: pongan al mejor empresario en el sector público y al cabo de unos años será un burócrata más. Así debe ser. ¿No? Probablemente algún día saldremos de aquí a una nueva vida empresarial y ganadora. No preguntaremos quién nos ha robado nuestro queso ni pediremos que Dios mío nos haga viudos o viudas...

En lugar de estar escribiendo estas cosas debería trabajar en la tesis. Ok. Seguiremos...