jueves, agosto 19, 2004

Se extinguen los dinosaurios (y precisamente en Yucatán, lugar donde cayó el meteorito que los eliminó de la faz de la tierra hace millones de años...).

Ayer, uno de los pocos pro-hombres que quedaban de aquel Estadazo gobernado por el partidazo ha fallecido. Se trata ni más ni menos que de Víctor Cervera Pacheco, uno de los mejores representantes del espíritu priísta que, entre otras cosas, gobernó 10 años a sus paisanos bajo diversos argumentos que le permitieron extender una y otra vez su mandato (dizque) constitucional.

En su recuerdo también van las bicicletas y las estufas que solía regalar durante las campañas electorales para darle una ayudadita a sus amigos candidatos, también la imagen del Mussolini del Mayab de 2001 cuando desafió abiertamente a la Federación y, sobre todo, su renovada figura demócrata ante los últimos comicios en los que compitió --la alcaldía de Mérida-- y en los que perdió, pese a todo, frente a sus odiados contricantes panistas.

¿Cuántos más nos quedan de estas gárgolas priístas en la actualidad? Pues, haciendo memoria, diría que Manuel Bartlett, Patrocinio González Garrido, los Figueroa en Guerrero y otros por ahí que quizás sean igual de rudos, pero con menor presencia nacional...

¡Salve a todos aquellos que contribuyeron a la transición democrática! (por lo menos, impulsándola en sentido negativo...).