lunes, noviembre 15, 2004

452 pesos por haber errado al momento de interpretar el Himno Nacional. ¿Cuánto por haber cortado a la mitad el Escudo?

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El PRI está imparable en las estatales y municipales. Qué bueno que en los ministerios de la Federación se realizan obras de remodelación y mantenimiento a los edificios. Roberto Madrazo y su cofradía de dinosaurios se los agradecerán mucho al llegar.

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La mejor obra de Vicente Fox no habrá sido generar el primer gobierno de la transición mexicana. Él y su no-acción lograrán lo que ningún priísta hará jamás: volver a su partido más fuerte e invencible.

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¿Alguien sabe qué hacen los ministros de Agricultura, de la Reforma Agraria, de Turismo, de Medio Ambiente? A sus homólogos los conocemos por declaraciones desafortunadas, escándalos mediáticos, decisiones erróneas. Esconderse detrás de las fallas del otro es el signo de esta nueva clase política mexicana.

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¿A dónde debemos voltear los ojos para sacar adelante este barco? Primero, a las universidades. Ahí hay mucho talento por aprovechar. Segundo, a las administraciones exitosas de los estados y municipios. Tercero, y sólo en caso de desastre, a la iniciativa privada. La función pública será revalorada después de este magro intento de mimetizar a la empresa privada con la gestión pública.

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Vicente Fox es el primer presidente municipal de México. Celaya se salvó al haber rechazado a su segunda consorte como alcaldesa. Los que no pudimos evitarlo fuimos los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos.