viernes, diciembre 17, 2004

Diciembre 17, 2004

Como buenos burócratas que somos, fuimos y seremos, el viernes 17 de diciembre es nuestro último día hábil del año dos mil cuatro. Hoy, por ahí de las 14 horas, comenzará ese viejo ritual que consiste en levantar la copa (o vaso desechable en nuestro caso), decir ¡salud! y abrazar a quien se deje de la oficina. El acto oficial para decir adiós. Por supuesto, algunas palabras alusivas del jefe, en este caso del Director General (DG), algunos chistecitos de los chistositos de tiempo completo y el ataque masivo de la banda weberiana a la mesa donde hayan puesto los canapés de la panadería El Progreso.

Si la tradición no falla en esta ocasión, después de tan significativo acto, equivalente a la clausura oficial de cursos en cualquier institución educativa, el DG ingresará a su oficina, se creará un ambiente de expectación artificial y minutos después se dará el gran aviso de la temporada por medio de algún lacayo:

PUEDEN IRSE A SUS CASAS, LA TARDE (Y LO QUE RESTA DEL AÑO) SON SUYOS

Entonces, los demás, haciendo expresión como de oh, mira, qué gran sorpresa, tomaremos nuestras cosas, nos dirigiremos hacia los más cercanos colegas, les abrazaremos y les diremos algunas buenas frases trilladas como nunca cambies, vales mil, feliz año nuevo, salúdame a tu familia, que te la pases increíble, súper bien, nos vemos el próximo, sale, en eso quedamos, te llamo, comemos, ¿no?, entre otras, para después enfilar nuestros pasos hacia la salida, previa parada técnica en el ATM.

Este año el DG ha dispuesto que nadie haga guardias la primera semana de las vacaciones. Se ha dado cuenta de que hay varios mañosos que piden venir los días lunes, martes y miércoles previos a la Nochebuena, con el fin de disfrutar en enero de los días en que vacacionar es mucho más fácil. El clásico que se ofrece a venir porque sabe que no va a haber nada en las mentadas "guardias" y, de esta forma, gana algunos días extras para enero. Así que, bajo esta nueva orden, sólo los verdaderamente masoquistas estarán por estos pasillos burocráticos los próximos días. Pero esto debe quedar en reserva entre tú y yo. Sería terrible que los malosos y los acelerados supieran que este Ministerio está acéfalo, a la deriva del Señor.

Espero que las sonrisas que hoy por hoy inundan al funcionariado permanezcan hasta el día tres de enero del año 2005. Este día todo es como excitación. Por fin iremos a casa. Gastaremos. Beberemos. Veremos a los que queremos. Romperemos piñatas. Pero, ¿y después? Crudos, desvelados, gastados y enfadados volveremos a sentir que la vida se nos escapa frente a monitores, escritorios y oficios. El viejo ciclo de nacer y morir estampado en una nómina gubernamental.


Con esto, colegas, queremos decir que --quizás-- las colaboraciones en este espacio se vuelvan un poco menos frecuentes. Si encontramos algún ordenador desde el lugar en el que estemos vacacionando (lo cual puede ir desde El Rollo hasta Aspen, pasando por Paso del Macho, Ver.), estaremos reportando cual si fuésemos Paco, Luis y Pablo, "Los Locos de la Risa" de la interminable Risa en Vacaciones. O al menos intentaremos ser como Resortes en Vacaciones de Terror con Pedrito Fernández.

Pero, antes de finalizar, queremos decir algo serio (uuuuhh, I'm scare...!).

Agradecemos sinceramente a los que nos han leído este año. A los que buscan expresamente el Sex D' Bur como la ventana hacia la fría y coagulada burocracia mexica, así como a los que llegan a través de diversos buscadores al poner "lolitas calientes", "hoteles de Tlalpan" y "upskirts pics" en el recuadro de search... (Cf. CQ Counter).

Está por demás recordarles que va lo mejor de nosotros para vosotros: Salud y Confianza.

Adelante.


[aquí agregar música de "a mí me gusta el Año Viejo, porque me ha dejao cosas muy buenas..." o de "a dónde irá, veloz y fatigada...", etc., etc., etc.]