domingo, abril 10, 2005

Que se haga justicia

Pero en los bueyes de mi compadre. Me encantaría ver a Juan de Dios Castro, defender behementemente la decición del juez de dejar de libertad al compañero Nahum, porque se respetó el ESTADO DE DERECHO. ¿Algo similar podría ocurrir en el caso AMLO?

Para todos es conocido que de los compañeros que más nos han creado mala fama son los MP´s tanto federales como locales al grado de que cuando a alguien le ofrecen trabajar en alguna procuraduría de justicia, espeta: ni que fuera ratero. Y que no se malinterpreten mis palabras tengo muchos y muy buenos amigos que son o han sido MP´s, la mayoría de los cuales me consta se han mantenido íntegros en realizar su chamba lo más honestamente posible.

Pero lamentablemente también me he topado con más de uno que directamente me dice al irle a tratar de algún asunto: ¿de cuanto estamos hablando lic.? Y con la misma indiferencia continúa comiendo su torta. También les gusta burlarse de quien tuvo la desfortuna de caer en sus manos y hasta se dan el tempo de darles alguna lección de moralidad: no mi amigo eso no se hace, ahora vea vamos a tener que mandarlo al reclusorio, piense en sus hijos, en su esposa. Es la seguridad que da el poder y no se diga de los agentes judiciales o ministeriales, mejor me ahorro mis palabras.

Todo esto viene al caso porque, como bien nos lo reporteó Elena, nuestra corresponsal en Tijuana, el sábado tuvieron que liberar a Nahuma Acosta, ahora podemos decirlo, el acusado injustamente de narco-infiltrado en Los Pinos. Un Juez no fue comparsa del jefe del MP, Macedo ni de su jefe (o ya habría perdido interés, tras la victoria de Espino en el PAN) y salio del CEFERESO de La Palma, a donde los remitieron después de días de estar arraigado, ya nos imaginamos por lo que tuvo que pasar, con un policía bueno y uno malo, invitándolo a denunciar a sus cómplices.

Sólo nos queda una pregunta, ahora le regresarán su plaza o tendrá que sumarse a las estadísticas de exacusados y exconvictos desempleados y con sus antecedente pues nadie le va a tener confianza, lo que nos lleva a un último cuestinonamiento ¿derecho y justicia son lo mismo? Nos gustaría escuchar la argumentación de Döring, si es que puede hilar tres ideas.