viernes, mayo 27, 2005

Ciudad o país Juárez

En este su ciber-lugar de confianza nos hemos empeñado en hablar sobre temas que de alguna u otra forma tienen alguna vinculación con la burocracia, ya se trate de historias protagonizadas por burócratas, de burócratas protagónicos o de situaciones sufridas a causa de burócratas.

También hemos querido compartir el sentir de un burócrata de a pié, de los que no tenemos que hacer declaraciones políticamente correctas y que por lo tanto podemos ejercer nuestra libertad de expresión a través de este instrumento (he de confesar que lo que se dice en estas páginas igual lo compartimos de viva voz con los compañeros que tenemos junto) con la ventaja de llegar a personas insospechadas y crear vínculos, como dice Weber con nuestros cinco lectores.

Y lo seguiremos haciéndo, muchas veces alimentándonos de los ejemplos que nos muestran nuestros compañeros de oficina y otras de lo mucho que se vuelve público a través de las notas periodísticas.

Pero también me gustaría soltar al aire propuestas de soluciones, que no son más que eso, pero que pueden llegar a prosperar como cuando haces circular un buen chiste y termina siendo del dominio público.

En realidad no es más que una medida desesperada cuando vemos que la sociedad que conocemos pronto dejará de existir. Ya no será posible, por ejemplo, remitir a los enemigos públicos a la cárcel y olvidarnos de ellos, sino tendrán que transformarse todos los centros penitenciarios en cárceles de alta seguridad.

Por esa razón me rio de las mega marchas que no llevan aningún lado, las dos últimas (la de la gente bonita contra la delincuencia y la de la gente del pueblo contra el desafuero) no sirvieron de nada o tuvieron un efecto totalmente contrario al deseado: la violencia se ha incrementado y el Peje se está convirtiendo en un Napoleoncito.

Como en cualquier época de crisis, me pronuncio por la mano dura, pero empezar desde el interior ¿quien daría el pitazo en la PGR? Ni la menor idea, pero seguramente alguien que se rajó por las consecuencias de una acción de ese tamaño.

En fin, no hay soluciones fáciles, pero debemos presionar por que nuestros gobernantes (burócratas de primer nivel) se dediquen a hacer su chamba y no se quede todo en el discurso o en pleitos de señoritos, mientras sigue la descomposición social.

Hoy El País publicó una entrevista a Guadalupe Morfín (de la que lamentablemente no podemos dar el link por carecer de suscripción) en la que resalta la Comisionada especial como causa de los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez la desigualdad que se vive en México. En otras ocasiones ya ha relatado la enviada del gobierno federal su esfuerzo por convencer al sector empresarial de esa región a apoyarla en sus programas adesarrollar junto al gobierno estatal y municipal.

Resulta fácil escandalizarse y horrorizarse ante los crímenes, especialmente el más reciente contra una inocente niña, pero las acciones brillan por su ausencia. Algunos sociólogos refieren que como en esa ciudad maquiladora las madres (generalmente solteras) tienen que trabajar largas jornadas, dejan a sus hijos e hijas en casa sin ninguna supervisión, y como la mayoría son migrantes de otros estados no hay respaldo familiar, lo que los convierte en víctimas de la delincuencia que abunda en esa zona fronteriza. Entonces resultaría necesario que las maquiladoras se corresponsabilicen y se creen centros de desarrollo infantil, que las colonias creen estructuras de comunicación y que las autoridades ejerzan su función de vigilancia. Esto convertiría el infierno que hoy es Juárez en una verdadera Arcadia, cosa que hasta el momento es inimaginable, espero que no se les ocurra hacer otra mega marcha. Eso sí, los juarences quieren lavar su nombre y dicen que no todos viven en la pobreza ni todos son asesinos en potencia.